Capítulo 21 - Consciencia

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Nota del autor: Mención de drogas.

Por favor, nunca acudan a estas medidas, si necesitan ayuda hablen, busquen, por favor, no se destruyan.
Siempre habrá alguien que los ama y espera, aunque no lo sepan.

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"Una sonrisa no siempre significará que todo está bien, un te amo no siempre significará que realmente tienes amor, un sólo amigos no siempre significará que no hay nada más.
Los sentimientos son más complicados de lo que parecen y el corazón, no siempre puede ser honesto, incluso con uno mismo. "

Sus grandes y blanquecinas manos pasaron sobre su rostro, acariciándose el rostro y los parpados de forma exhausta antes de llegar hasta aquellas brillosas y ligeramente grasosas hebras castañas. Sus ojos cansados y trasnochados se encontraban fijos sobre la brillante luz del sol que finalmente había atravesado su ventanal hasta caer al suelo, su boca se encontraba reseca y su cabeza dolía al igual que su espalda. Así era como lucía un chico que había decidido quedarse al lado de alguien a quien consideraba su familia, un chico que acababa de cumplir 24 horas seguidas despierto y que en ningún momento se había despegado de aquella puerta, ni siquiera para comer.

Matt había intentado hablar con Lance durante toda la noche de distintas formas, siendo cada una de ellas un intento fallido para lograr que su amigo finalmente accediera abrir la puerta. Cuando finalmente aceptó su derrota, simplemente decidió esperar, porque a pesar de jamás haber recibido una respuesta, sabía que Lance le escuchaba. No quería presionarlo y a veces se sentía un tonto, pues era precisamente lo que terminaba haciendo con él. La presión jamás era una buena combinación con el cubano, aquello únicamente lograba que el chico se alejara y se cerrara a la gente.

El castaño apoyó la cabeza contra la puerta torpemente, cerrando los ojos con tranquilidad—. Oye, Lance..., ¿estás despierto? —Como Matt se esperaba, no recibió ningún tipo de respuesta, ningún sonido—. ¿Recuerdas lo que sucedió después de que me fui de casa?

Al otro lado de la puerta, Lance se encontraba sentado dentro de la bañera vacía. El cubano abrazaba sus piernas como si su vida dependiese de ello, con la cara tan demacrada, la mejilla apoyada sobre sus rodillas, unas ojeras tan marcadas y los ojos tan enrojecidos e hinchados que el solo hecho de verle lastimaba el corazón de hasta el más fuerte. Sus ojos vidriosos se enfocaban con somnolencia sobre la puerta de dónde provenía la voz de Matt, escuchándolo en silencio.

<<Lo recuerdo. >> contestó con el pensamiento.

—No paraste de buscarme, preguntaste por mí en todos lados de la ciudad, incluso habías ido a la policía —Se escuchó una suave y cansina risa al otro lado de la madera—. Y luego me encontraste. Te pregunté la razón y me respondiste que era porque éramos amigos, eso era lo que hacían y no me darías la espalda. Me dijiste que querías ayudarme a resolver las cosas, que estabas dispuesto a tenderme tu mano en todo lo que te pidiera.

Lance abrazó con un poco de más fuerza sus piernas, hundiendo su rostro entre las rodillas mientras escuchaba.

—Pero también me dijiste que entenderías si yo decidía no decir nada, porque aun así me apoyarías —Matt llevó una de sus manos hasta su cuello, acariciándolo debido al dolor que sentía en este, continuando—. Entiendo que tienes miedo, lo supe desde esa vez que discutimos aquí y mencionaste a Shiro. Sé que ese día fui un pesado, te acorralé y tú odias eso. Lo que quiero decir es... bueno, quiero ayudarte, estoy dispuesto a tenderte la mano y ayudarte con todo lo que me pidas. Pero también respetaré tu silencio, si no quieres hablar de ello está bien, si quieres hacer como si no hubiese sucedido nada también está bien. No importa que es lo que decidas, Lance, ahí estaré para ti.

El chico llamado LANCE - Klance AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora