Capítulo 9 - Intermedio

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"Tiempo", una de las pocas cosas que las relaciones necesitan para crecer sin notarlo, fortalecerse y dar pie a nuevas emociones y sentimientos. 
Los pensamientos y el corazón maduran, aprenden y se fortalecen; el mundo se extiende, las cosas se revelan y los ojos se desvendan, sólo necesitan eso, tiempo, siempre es el tiempo... hasta para el amor.


—Entonces serían dos malteadas de chocolate, una normal y la otra con menta, por favor —La chica que los atendía en la barra de snack del cine asintió con una sonrisa y muy servicialmente comenzó a preparar la orden del chico. Ya que aún faltaba tiempo para que la película comenzara, habían decidido pasar el tiempo en la sala de estar charlando—. Que amable, gracias —Agradeció Shiro antes de retirarse de la barra y darle su malteada a Keith.

—Ha pasado un tiempo desde que probé una malteada de estas —Keith dio un sorbo a su bebida, expresando su satisfacción solamente con su rostro—. Definitivamente este es de los mejores sabores del mundo.

El mayor arqueó la ceja divertido mientras caminaban y algunas personas pasaban a su lado con palomitas o dulces—¿Chocolate y menta? No lo sé, no pienso que sea un sabor normal.

—Como ha dicho Hunk, hay paladares que no son dignos de sabores tan únicos —Citó una de las frases que uno de sus nuevos amigos había dicho durante su viaje a la playa—. Deberías probarlo.

—Sí, tal vez deba hacerlo —Keith asintió mientras exploraba aquél lugar con la vista, en la ciudad donde solían vivir no había cines tan grandes como en el que estaban ahora. Definitivamente estaban pensados en los turistas, o al menos eso era lo que pensaba el menor.

Por otra parte, Shiro se debatía si lo que pensaba era cruzarse demasiado. Observó de reojo a Keith, quien aún observaba cada pequeño detalle del lugar. Al diablo, como decía cierto moreno "por algo debe empezarse". Shiro se inclinó levemente cuando Keith alzó su vaso para tomar un sorbo más de su malteada y antes de que llegara a sus labios el sujetó su mano deteniéndola y llevando la pajilla hacia su boca, robándole así malteada a Keith.
Era poco decir que el corazón del pelinegro casi se le salía por la garganta, la cercanía sorpresiva del mayor lo había dejado totalmente en blanco. Cuando Shiro terminó, miró a Keith de manera extraña y después le sonrió de forma aún más extraña, ¿qué diablos estaba pasando? Keith casi podía decir que esa expresión era parecida a la coqueta de Lance cuando veía alguna chica... ¿Acaso Shiro estaba...?

—Tienes razón, el chocolate con menta es rico —Keith se le quedó mirando aún en blanco, limitándose a asentir y asimilar lo que estaba sucediendo, fue entonces que el último golpe antes de que quemara totalmente sus neuronas llegó—Aunque definitivamente preferiría beberlo de otro lugar... —susurró de manera casi inaudible para cualquier ser normal en la tierra, pero Keith no era un ser normal y él definitivamente había alcanzado escucharlo a la perfección.

—¿Qué? —respondió casi en automático. ¿ACASO ESO ACABABA DE SER UN FLIRTEO? Maldita sea, necesitaba hablar con un profesional, ¿dónde demonios estaba Lance cuando se necesitaba?

Shiro se exaltó levemente al escuchar su pregunta, por supuesto que no lo escucho, ¿verdad? —Ah, que... —Observó disimuladamente algo que pudiera utilizar como excusa, fue entonces que apuntó con genuina felicidad hacia el frente— ¡Keith, mira!

El azabache desvió la vista de su amigo hacia donde apuntaba con su índice, encontrándose con algo que gritaba "infancia" por todos lados. Shiro lo miró de aquella manera en la que le pedía a Keith que lo acompañara a hacer alguna cosa, hacía mucho tiempo que no presenciaba esos ojos oscuros hacerlo, así que sin dudar asintió e instintivamente el mayor sujetó su mano llevándolo a aquel lugar.

El chico llamado LANCE - Klance AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora