"El remordimiento es uno de los sentimientos más autodestructivos que existen para el ser humano, destruye la mente, el alma y el corazón sin darte cuenta; y cuando ya lo has notado, desafortunadamente te has encontrado en lo más profundo del abismo, sufriendo y buscando la redención que puede o no ser la correcta."
La biblioteca de la Universidad Altea era uno de los más prometedores escondites de muchos estudiantes, convirtiéndose entonces en uno de sus lugares favoritos para quien pasaba mucho tiempo entre todos esos ejemplares, estanterías y el olor que solo una vieja biblioteca podría tener, como era el caso de Matt Holt.El castaño amaba perderse en la biblioteca y solo quien lo conociese lo suficientemente bien sabría con certeza en qué parte estaría escondido: la última sala del segundo piso. Era raro que algún estudiante anduviera por ahí, volviéndola perfecta para pasarse horas ahí dentro, y ese día no sería la excepción al estar totalmente libre de compromisos. Solo entrar a la biblioteca, sus pies se dirigieron automáticamente a su "lugar".
Al llegar a su destino deseado, se detuvo de golpe, extrañado. Ese evento sí que era totalmente inesperado, al igual que todo el desastre que se encontraba sobre aquella mesa.
-Diablos... -avanzó a la última mesa de la sala hasta aquél bulto sentado. Tomó una de las sillas de madera para sentarse, se inclinó recargando parte de su cuerpo sobre ésta pegando su mejilla derecha sobre la madera cual niño curioso.
De su lado izquierdo se encontraba desplomado un muy agotado Keith sobre un cuaderno aparentemente viejo y desgastado. Las hebras oscuras que descendían por su rostro de forma vertical cubrían parte de él de manera torpe y desordenada. Su respiración rítmica indicaba que muy probablemente se había quedado dormido desde hace un buen rato, y a juzgar por el desorden de apuntes y libros que no se manejaban en esa universidad Matt podía deducir que Keith había estado estudiando hasta la muerte (o hasta donde su cansado cerebro se lo permitió).
<<Este se va morir antes de graduarse>>. Pensó el italiano, preocupado.
-Oye, Keith -Matt llevó la mano hacia el cabello de Keith, arrastrándolo hacia atrás de su oreja derecha, descubriendo su rostro. Automáticamente hizo una mueca de "auch", tenía unas ojeras horribles y oscuras, ¿cuánto tiempo tenía sin dormir este chico? -. Keeeeith -alargó su nombre dándole leves golpecitos con la yema de sus dos primeros dedos en la mejilla. Según recordaba ese sí era su nombre.
-Déjame en paz, Lance... -balbuceó aún adormilado intentando ahuyentar con la mano de forma desubicada y torpe los molestos golpecillos de Matt. ¿Eso quería decir que su amigo había despertado a Keith de esa forma antes? Una sonrisa al estilo gato de chesire apareció en su rostro, le encantaba la idea.
-Keeeeeeith -Esta vez parecía dar resultados su llamado. Keith frunció el ceño en medio de un bostezo antes de comenzar a abrir los ojos, reincorporándose en el asiento poco a poco.
-Tú, eh... -Intentaba recordar su nombre al tiempo que se tallaba los ojos por el sueño, los sentía horriblemente pesados, ¿cuánto tiempo había dormido?, ¿y en qué momento había pasado?
-Matt -respondió de manera divertida. El castaño recargó la mejilla sobre su brazo mientras observaba recostado a Keith, quién parecía aún confundido por la realidad-. No es por ofenderte ni nada, pero tienes un aspecto horrible, ¿proyecto pesado?
Soltó una leve risa, negando con la cabeza-Semestre pesado -corrigió mientras reunía los cuadernos regados por la mesa y los libros, apilándolos y metiéndolos a su mochila con pesadez-. He estado intentando estudiar los temas de mi universidad anterior en tiempos libres, cuando no tengo proyecto por delante, ni tarea, ni trabajo.
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El chico llamado LANCE - Klance AU
FanfictionHa pasado un año desde que los padres de Keith murieron. Shiro, su mejor amigo de infancia y de quien secretamente Keith está enamorado, en un intento desesperado y como última opción para sacarlo de su depresión lo invita a vivir a California junto...