Change

Deseo

Ya había pasado mucho tiempo, no sabía cuánto en realidad ya que todo le era igual.

La luna, su única amiga y acompañante noche tras noche, su dama elegante con quien charlaba largas horas hasta quedar dormido por completo.

Aquella que guiaba su camino, quien lo iluminaba en sus horas de oscura soledad, la única en quien podía confiar.

Entrada la noche, los pokemon dormían placenteramente después de un largo día de juegos, los nocturnos ya merodeaban por el lugar en busca de una presa o alguien con quien pasar el rato en una pelea.

Y ahí estaba el como cada noche, mirando detenidamente a la redonda y brillante luna, hablándole de sus penas.

«E perdido la noción del tiempo, incluso aquellos que decían decirse mis amigos se fueron separando, tomando un nuevo rumbo »contaba a la bella dama.

Algunos pokemon acuáticos saltaban salpicando brillantes gotas de agua reflejo de la luz de la luna sobre el río.

«Forastero »llamó un Flygon manteniéndose en el aire.

Mewtwo, aquel quien sería el gobernante de todo humano y pokemon miro al otro.

«¿No tienes manada, o te has perdido? Además, no había visto a alguien como tú »dijo con toda confianza, una que aprendió de su entrenador desde que era un huevo.

Mewtwo no le respondía, solo le veía hasta que noto que aquel ser era noble y sin segundas intenciones mal intencionadas.

«Como dices, soy un forastero, y me gusta estar solo »respondió con su seriedad.

«Ya veo... a nadie le gusta estar solo, si te gustará estar solo, no estarías en un lugar donde hay muchos buenos amigos »dijo Flygon posándose en una roca.

Aquello lo irritó un poco, pero lo dejo pasar.

«Puedes pasar el rato con nosotros si quieres »ofreció amable «un poco de compañía no hace daño a nadie, además de que está enfriando ya, seguro un buen fuego abrigados nos espera »

«Estoy bien así »dando a entender de una vez por todas que no quería a nadie.

Flygon dejo de insistir, diciendo que si se le ofrecía algo, le podía encontrar fácilmente.

Pasado está interrupción, se recostó en el pasto, mirando al infinito repleto de estrellas y galaxias desconocidas.

—Fuiste creado por humanos para obedecer y servir a los humanos.

—Todos somos especiales.

—No eres nada, sólo una copia.

—Humanos y pokemon convivimos en armonía.

Tantas cosas se le vinieron a la cabeza, estaba harto de ello, de ser diferente a pesar de que todos lo trataran como un igual, con saber que era diferente le hacía estar distanciado de todos y todo.

Ayudando en ocasiones a pokemon en problemas o humanos en una situación de riesgo. Sus poderes síquicos eran sin más intachables y más poderosos.

¿A donde pertenecía? Si es que en verdad pertenecía a un lado. ¿Quién era en realidad? ¿Para que propósito fue destinado en verdad?

Aquello le cayo de peso logrando por fin quedar dormido.
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Mew vagaba de un lado al otro, jugando con diferentes pokemon y cambiando de forma entre los humanos para jugar también con ellos.

Fue una hermosa noche donde comía animadamente una moras jugosas junto a un grupo de Venonat y Butterfly cuando miro la luna.

Recordó la lucha de hace ya años contra su otro yo, uno de intenciones opuestas a las de él influenciadas por el mal de humanos que aún no comprendían que entre pokemon y humanos podría ver una gran amistad.