Rosa

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Detrás de aquel manto cálido y rosado, se encontraba Mew usando todo aquel potencial el cual reservaba.

Mew no sólo era tierno, el poseía un poder extraordinario que igualaba al de su padre Arceus, pero se limitaba a usarlo sólo en caso de emergencia, y ese era el caso.

Mew se encontraba jugueteando en un bosque cuando todo comenzó, y antes de ello, un escalofrío le recorrió, una sensación de que algo malo estaba por pasar.

No tardaría en esperar a ver que sucederia; aunque su poder oculto tardase un poco en fluir, este se manifesto haciéndole resplandecer aquellos bellos orbes azules ahora en neón, y explotar todo su potencial, creando un espacio en el que resguardaria a todos los pokemon y humanos.

Podía con ello a la vez que buscaba al causante de aquello, un poder terrorífico, el cual sólo le podía ser frente al de su padre.

—Mew, cuanto tiempo –escucho con tono de burla aquel ser.

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Para cuando Mewtwo logró despertar, la mayoría le veía expectativa, su mirada pasó de uno a uno, hasta dar con los orbes lila de Rina, quien desvío la mirada, no comprendía.

—Fue más rápido de lo que creí –Topacio posó la mano en el hombro de este, logrando que este se diera cuenta de ese detalle que, no había pasado por su mente.

¿Y si en algún momento volvía a ser él?

No solo ver aquellos recuerdos del chico y entablar charla con él, sino que también ahí estaba, recobrando el sentido, un chico que había muerto hace tiempo, todo esto solo pasaba por que alguien así lo quería.

Y el primero que vino a su mente fue: Arceus.

—Creo saber lo que piensas, y no fue el –miro a Topacio —más bien, podría decir que fue su lado malévolo.

—No hay algo que podamos haber más que esperar –dijo Kida con calma —solo Arceus puede lograr regresar todo como es.

—¿Dejar todo a un ser que en verdad no sabemos si en verdad hará algo? –cuestionó Vanellope.

Melody aún se encontraba afligida por el asunto de su padre, aun teniendo el apoyo de Rina, aquello solo era hundir aún más la daga en la herida de su corazón.

—Es lo que quiere –habló después de tanto Kuroi sujetado por Ámbar —no sólo quería desterrar a todo aquel que logrará el lazo entre pokemon y humanos, sino acabar con todos los legendarios, en especial con Arceus.

—Por tu historial, ya me imagino un poco por que sabes eso –riño Vanellope —como sea, siempre habrá algo que hacer, un punto ciego del cual podamos tomar ventaja.

—Los humanos solo terminan arruinando todo y hacer una guerra en un vaso con agua –salió Kida.

—¿De qué lado estás?

—Del de preservar la vida.

—A ver las dos ya —freno Topacio.

—En todo caso, cualquiera que quiera quedarse, no se le cuestionara –habló Ámbar —no entiendo bien esto, yo solo buscaba a mi hermano, y gracias a Dios esta aquí, pero, si puedo ayudar en algo, en lo que sea sin importar fallar en el intento, lo haria. Y es que también, es un error que debe ser reparado.

No era su problema, el no había apoyado aquello, sino su hermano, pero, de alguna manera, no lo había hecho sólo por que si, algo más había detrás, y quería saberlo, así como también ayudar a la causa que en su momento su hermano había fomentado.

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