Poder

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Vive dentro de todos, variado en color, olor y sensación, no lo podemos ver, pero sabemos que está ahí, dentro de nosotros.

Sale cuando debe salir, en el momento indicado.

Caminaba por la blanca arena delante del inmenso mar que llegaba a la orilla con espuma blanca, el atardecer a escasos minutos de ser nada, el azul oscuro del cielo con las tintineantes estrellas.

Sus pies tocaron el agua, fresca que le recorrió un frío la espalda. Se acostumbro y metió por completo, los pokemon marinos nadaban con tranquilidad, las aves meciéndose en las corrientes de aire y otras sobre las olas tomando un descanso.

Algunos otros terrestres jugaban en la arena; el solo se mantenía a flote mirando todo, en especial el cielo.

Todo aquello, las cientos de millones de existencias, cada ser vivo, planta, humano y pokemon congeniaban en armonía, pero él... él no se sentía encajar en ese mundo, ni en otro.

¿Por qué? ¿Por que siempre era así su pensar?

—¡Por que todos cuantos me ayudan salen lastimados!

¿Mala suerte? ¿Coincidencias? ¿Que era en realidad? ¿Karma?

Se adentró un poco más con la luz de la luna como farol, relajo el cuerpo y dejó que las olas lo meciesen, algunos pokemon le miraron extraño para luego estar a su lado.

Solo quería pertenecer a un lugar, ser el mismo, sin que nada pasara. Un deseo resguardado en su corazón que, tal vez, jamás se cumpliera.

Estela azulada cayó, una, dos veces. Articuno sobrevolaba el lugar —todo es posible si en verdad lo deseas con fuerza.

—¿A qué costo? Cualquier cosa me resulta en un alto precio.

—Tal vez por qué no lo pides bien.

—No lo merezco... solo soy... una creación humana...

—Eres lo que quieres ser, eres lo que deseas.

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