Kida

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Desde hace muchos años, un grupo oculto de personas mantenía la estrecha relación con Arceus desde hace cientos de billones de años, podía decirse que de entre los primeros hombres creados.

Una tribu pasiva, alegre y fructífera que vivía de la naturaleza en armonía y paz con ella y los pokemon. Hogares cálidos de paja y lodo, niños alegres aprendiendo de los más viejos y jóvenes combatiendo como uno solo con su pokemon contra el enemigo.

Oculto para no ser destruido por el ser humano moderno y tecnológico, sabían de la vida ajena del hombre, la construcción de rasca cielos y aparatos modernos, pero eran felices tal cual en diferentes zonas.

No recordaba nada más que una fuerza en su interior tan poderosa deseando salir en ese momento, luego oscuridad, caer en un posó sin fondo en cámara lenta y luego estar sobre algo cómodo mientras aromas de diferentes especies le envía las fosas nasales.

—¡Despertaste! –exclamó una voz femenina. El paño en su frente fue cambiado por otro más húmedo —¡Wow! No te levantes –le recostó de nuevo con delicadeza.

No había mucho en aquella habitación, estantes con frascos de yerbas, aguas coloridas y flores hermosas. Utensilios y más frascos, un molcajete y otras camas de paja en el suelo con sarapes y almohadillas del mismo material.

—¿Qué te duele? –cuestionó la chica sentada aún lado de él, de cabellos blancos con otras personas que entraban y salían del lugar con piel morena y grabados en ella de tono azul como los orbes de la chica —eso estuvo cerca, debes de tener más cuidado Mewtwo.

Aquello si lo hizo enderezarse con rapidez y verla sorprendido sin darle importancia al dolor que le invadió en la cabeza y pesadez en el pecho. Ella exclamó en reprobación por aquel acto y lo recostó como pudo ya que Ziri se quedó petrificado.

—Tú nombre está escrito en tú alma –llegó una mujer mayor que Kida con orbes más claros y expresivos que la chica con larga cabellera —no te asustes, no somos enemigos –posó la mano en el hombro del chico relajando con su tacto los músculos del joven quien de nuevo se recostó —Arceus debe de tener planes para usted.

—Arceus es un cretino que hace lo quiere –recriminó Ziri, ambas mujeres solo se vieron entre ellas —soy creación de los humanos, no de él.

—Él da el hálito de vida, él te vio antes que "tus creadores" y trazó tu destino.

Chasqueo la lengua ocupando la mano en su cabeza, le dolía bastante siendo notorio en la expresión del rostro por lo que la mujer mayor de entre los frascos del estante trajo uno que contenía una de las bellas flores, la molió en el molcajete con aceites varios y vertió en un vaso de barro —bebe –le extendió el vaso.

Tomando del contenido de golpe, aquella acción le dolió más la cabeza pero el líquido calmo la presión en el pecho y poco a poco el dolor de cabeza, fue entonces que recordó poco a poco el por qué de su reacción.

—¿Dónde estamos, dónde está Rina y Ralts? –cuestionó mirándolas.

—Tú pequeño crío está con otros pokemon bebé, la chica en el mundo exterior –contestó Kida —tú eres por el cual iba, el poder que emanaba como miedo llamó mi atención y fui a su ayuda.

—¿Miedo? –río —yo no tengo ese sentimiento vano.

—Lo tiene como cualquier otro ser existente –habló la mayor. Ziri desvió la mirada —no es una debilidad, sino un poder que ayuda a la superación. humanos y pokemon tememos a algo, es natural, parte de la vida.

El rugir de sus tripas resonó haciéndolo sonrojar y reír a madre e hija —traeré comida –se levanto la menor saliendo del lugar.

—¿Cómo saben quién soy?

Su vista aún estaba desviada. La mujer le palpó la espalda —ya te lo dije. En tu alma está escrito tu nombre.

—Y si saben quién soy... ¿por qué me ayudan? Solo causó desgracia y mal a quienes me rodean.

—Temes causar daño.

—¡Eso no...! –calló. Bajo la mirada y empuñó asintiendo levemente —es un sentimiento inútil que por más que trato de rechazar, sigue ahí, apareciendo cuando menos lo espero.

—Eso es por qué lo necesitas más que nunca. Mewtwo, eres un gran pokemon que pese a empezar mal, te enderezaste y fuiste por el camino del bien, ahora como humano debes seguir en ese camino y ayudar, no será fácil, por qué nada lo es, pero te aseguro que encontrarás la manera de volverlo fácil.

El chico soltó un suspiro y se acomodó en su lugar cerrando los ojos hasta que después de unos minutos llegó Kida con comida y agua fresca.
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Rina, Meowstic y Skitty buscaban a Ziri y Shinyx a los cuales dejaron de ver después de la tormenta de arena.

Ámbar, o Dark ya se había ido con su equipo y un par de chicos del pueblo después de derrotar junto con Melody a la chica con sus secuaces. Sebastián abrazo a su sobrina con preocupación de que le hubiese pasado algo, pero en el fondo sabía que la joven era igual de valiente que su padre.

Prinplup ayudaba en la búsqueda como agradecimiento por haberles ayudado. Ariel no tardó en regañar a la chica interviniendo el alcalde y su tío dejando que la chica fuera a ayudar a Rina.

—No puede ser... no se lo pudo tragar la Tierra.. ¿o sí? –cuestionó Rina a sus dos pokemon y Prinplup quien como los otros dos se encogieron de hombros. Suspiro —Shinyx está con él, Ralts...

—Tranquila –ánimo Melody —lo encontraremos. Solo hay una cosa que me cuestiono ¿que fue todo eso? ¿Conocían a ese chico?

—Si, bueno, conocer conocer no pero nos topamos con él antes de venir aquí y su Moltres parece conocer a Ziri.

Melody asentía comprendiendo, el alcalde envío a varios hombres y oficiales Jenny a buscar a los desaparecidos lo más rápido posible. El sol ya estaba por ocultarse por lo que Melody ofreció hospedaje y comida a la chica y sus pokemon los cuales estaban gustosos con Prinplup.

Ariel después de una seria charla con ambos hombres llegó a admitir que si se estaba volviendo sobreprotectora, pero era a causa de no querer perder a nadie más.

Llegó al pie de la puerta de su hija quien esa noche compartiría cuarto con Rina.

—Mis padres viajan por el mundo con mi hermana mayor. Me envían tarjetas y cartas ya que no hay electricidad o red para comunicarse –contaba Rina —mi abuela es dueña de una casa de alojamientos, en realidad es un hotel pero prefiero llamarlo así.

—¿Ziri y tú se conocen de ahí? Te preocupas mucho por el que creí eran hermanos o parientes.

Negó —llegó un día común con su amiga y me pidió que fuera con el por el mundo.

—¡¿En serio?! No eh salido de aquí, y no me molesta pero... quisiera conocer más allá, cuando sea mayor tal vez salga, cuando mi madre pierda ese temor.

—Bueno, es tu mamá después de todo.

—Siento que no me tiene confianza. Sé que desde el fallecimiento de mi padre este así, pero, ya debe de superarlo. Creo que papá no hubiese querido que estuviera así.

Las mejillas de Ariel se bañaron en gotas saladas de lágrimas retirándose del pasillo a su habitación.

—Pero sabes –atrayendo más la atención de la otro —siento que mi padre está en algún lugar, vivo esperando el momento.
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—Tendrás el cuerpo de un humano, pero tu alma sigue irradiando el poder del pokemon que eras –explicó Kala, madre de Kida —tú poder es como el que se esperaba que fuera.

El chico arrullaba sobre el pecho a Ralts quien después empezó a buscar a su "mamá" y al no encontrarla lloró, Shinyx apareció después con hojas en la cabeza.

—¡Deja de desaparecer! –regaño en el regazo de Ziri —Rina estará muy preocupada, le causarás daño.

Ziri le gruño y este solo se hizo ovillo entre sus piernas en loto. Kida y él escuchaban a la mujer hablar del poder interno de Ziri y algunas teorías hipotéticas de lo que pasaría en tal y tal caso.

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