Humano

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Tuvo un sueño extraño, estaba en un estadio lleno de gente y pokemon, delante de él una chica lista para la batalla.

Un Piplup salió a su encuentro «que fácil »pensó, pero en su mano sostenía ¿una pokebola?

Efectivamente, tenía una pokebola.

La luz del sol ya iluminaba parte del lugar, comenzando el día de humanos y pokemon que se pusieron en marcha con sus labores.

Abrió los ojos permaneciendo aún en el suelo, se sentía extraño, bostezo y tallo sus ojos.

Al alzarse, cabellos se le vinieron al frente del rostro ¿cabellos? Los cuales removió con sus dedos ¿dedos?

No salía sonido alguno de su boca al verse reflejado en el agua, todo el, no era él, si lo era, pero no como antes.

—Ya te estabas tardando.

Escucho tras de él poniéndose en defensa —date un baño –lanzándole una bolsa –hay todo lo necesario y ropa. Seguro no sabrás como ponértela, así que dime cuando termines de bañarte para ayudarte.

—Humana... –se cubrió la boca, no hablo telepáticamente como siempre, sino como humano.

—Te vez menos aterrador así. Apresúrate que hay mucho por hacer.

Antes de poder decir algo, la chica se le adelantó —responderé tus preguntas una vez vestido y comido. Apresúrate.

«¡Quien te crees para darme órdenes! »pensó cuando tomó las cosas y fue a ducharse, cosa que no fue fácil a cuando era un pokemon.

El clima era agradable, por lo que no tuvo problema de si hacía frío para darse un baño en el río. Se sonrojó un par de veces al ver a algunos pokemon que le veían curiosos.

Terminando, siguió lo otro —¿listo? –cuestionó la encapuchada.

—Puedo solo –dijo serio, tomando el par de calzoncillos y ponérselos, claro que, era un pokemon, no necesitaba esas cosas.

Después de quince minutos de pelear con aquellos calzoncillos, siguió por la camiseta de tirantes, pantalón, cinto, el cual maldijo más de una vez y la camisa.

La chica le vio, señalándole aún dos cosas que le faltaban. El otro se cruzó de brazos negándose a ponérselos.

Dio un suspiro, y yendo donde el, lo sentó a la fuerza dándose un golpe en las nalgas, le alzó el pie y colocó el primer calcetín seguido de los zapatos, haciendo lo mismo con el otro pie.

—Soy Topacio, y se bien quién eres Mewtwo, así que escucha y pon atención –el otro seguía sin verle —te enseñaré lo básico para que sobrevivas, pero tú debes aprender lo demás por tu cuenta ¿comprendes?

La miro de reojo, se negaba a obedecer a un humano, su cuerpo comenzó a levitar y alzarse sobrepasando las copas de los árboles, ya unos pokemon se escondían ante lo que se venía.

Con moretones y ramas en su cabeza, Mewtwo seguía a regaña dientes a la chica, queriendo alejarse de ella, está siempre lo atrapaba y daba una reprenda.

Un grupo de chikorotas jugaban felizmente, en los cielos los piget volaban sobre las corrientes de aire.

—Ciudad Ragel, como todos los pueblos la gente es amistosa con los viajeros y en estos días hay una celebración por la fundación de su ciudad –contaba la chica.

—Como si me interesara –la chica le jalo la mejilla con fuerza –¡Ittai!

—Tan guapo y tan arrogante... –reprochó la chica. —No estaré contigo a menos que sea necesario, así que debes estar con alguien.

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