Sentimientos

87 4 3
                                    

—Devuélvelo a lo que es, por favor...

Pidió Mew al creador Arceus, pero este se encontraba en reposo. Le miro de reojo para volver a cerrarlos.

El rosado inflo las mejillas y dio tirones y empujones al otro que no se inmutaba por nada —¡Arceus!

—Mew, ¿por qué debería de hacerlo?

.

El pequeño volaba sobre las nubes, bajando a los montes y crear olas en los lagos. Pokemons le saludaban y reían, pero este buscaba una respuesta que fuese suficiente para Arceus.

.

—¡Los dieciséis participantes finalistas tendrán cuatro rondas en las cuales lucharán con sus pokemons! Pero no será ganador aquel que gane a su contrincante, sino quien los jueces punteen –informan el joven de cabellos rizados y orbes carmín —explicó, los jueces van a calificar habilidad, poder, respuesta y unión entre pokemon y entrenador.

—Vanellope es fuerte pero Rina ganara, a entrenado mucho estos meses en los diferentes pueblos, a ganado poder.

—¿Y tú por qué no estás con ella?

El pokemon azulado cayó en su lugar para luego reponerse inmediatamente —le doy oportunidad a los nuevos, toda mi vida e estado a lado de Rina.

—Papá, papá –Ralts "aplaudía" a su manera, aquel pokemon tomaba a la chica por padre y a Ziri por madre.

Observaba cada encuentro, detalles, estrategias. Aún le parecía tonto que un humano diera órdenes a un pokemon cuando el mismo sabe que hacer por instinto, y torpe del pokemon no moverse, sino esperar al humano.

Chasqueo la lengua molesto. Era irritante, pero no paraba de aprender tantas cosa de ellos, empezó a tener gusto por cocinar aún si quemaba la comida.

Hablaba con los pokemon para que estos entrenarán con las chica, incluso sin decir nada, estos eran atraídos por Rina. Le quemaba la sangre cuando la alagaban, decían cumplidos o plenas bonitas, le hacía querer torturarlos con su poder psíquico pero no debía.

.

El personal estaba como loco de un lado al otro, apuntando y dando nota y voz a todo lo que pasaba. Todos aquellos que fueron capturados fueron liberados excepto uno que no parecía darle importancia estar libre o no. Se dedicaba a estar oculto entre las copas de los árboles y hablar desde ellos.

Dark aún no llegaba a usar todo el poder al estar fusionado con su pokemon, pero todo era darle tiempo. El reporte llego a manos del líder, por fin, el día que añoraba se acercaba, podría ser libre, su familia, su hermano, ya no tendría que ocultarse.

.

—¿Que haces aquí?

—Estar contigo, estás muy solo.

—Me gusta estar solo, vete.

—No eres dueño del lugar.

El rosado pokemon se acomodó en l otra rama del árbol, la luna era contemplada desde aquel punto, sin nubes que la cubrieran, solo hermosas estrellas que la adornaban.

La observaba cómo siempre, le parecía tan hermosa, brillante, y solitaria.

—No deberías ser tan ruso... de lo contrario tendrías muchos amigos.

—No necesito amigos.

—¡Todos los necesitamos! –voló frente al otro —¡para reír, llorar, cantar!

—Silencio –sentó de una al rosado quien le vio —quiero estar solo, punto. Así que vete, llegue primero.

—No, es cuando más necesitas de... ¡oye!

Mewtwo se fue del lugar, hasta que perdió al pequeño pokemon y logró tener vista de la luna mientras se mantenía despierto.

ChangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora