Capítulo VI "GUARDIÁN"

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Dormí como no lo había hecho en quién sabe cuánto tiempo. Notaba mis músculos relajados por todo mi cuerpo que se encontraba distendido en el amplio colchón de la cama de Edward. Él, tenía la expresión de la calma en su rostro, como si al fin estuviese en un lugar en el que se encontrase seguro. Y para ser sinceros, no solo él sentía eso. Sí, era cierto que era yo quien cuidaba de él, de su salud mental e incluso de su cuerpo; pero era Edward quién resguardaba mi corazón de cualquier daño. Desde que lo había conocido había eclipsado la pena que me había golpeado más que ninguna otra cosa hasta ahora: La pérdida de mis padres. Primero fue Reneé hacía seis años atrás, quien murió de leucemia y tras dos años de eso, Charlie la siguió con un cáncer en la próstata.

Como enfermera, estaba acostumbrada a ver la muerte como una fase más de la vida, aunque mi especialidad eran los pacientes de Autismo, así concebía yo aquel concepto. Pero este se cayó el día en que Charlie me dijera la frase que me marcaría el resto de mi vida haciéndome sentir prácticamente nada y al mismo tiempo la más prescindible del mundo. "Ya no tengo a más nadie por quien vivir. Lo demás ya no me importa".

Sí. "Yo no importaba". Esas malditas palabras fueron como un fantasma que me asediaba día tras día, cuando me encontraba sin nada más que hacer que atormentarme a mí misma con los recuerdos. Me torturaba por las noches en mis pesadillas, cuando veía a todo el mundo caminar en una dirección contraria a la que yo iba, y pasar por mi lado como si yo fuese nada. No más que una simple ilusión o algo parecido.

Todo eso quedó atrapado en un baúl cuando Edward apareció y me supe la causante de sus mejoras. Él era como la enfermedad y la cura a la misma vez. Mi vulnerabilidad y mi fortaleza.

Me levanté de a poco y caminé hasta mi habitación; cuando crucé el umbral de la recámara que se me había asignado en la mansión de los Cullen pude ver el reloj despertador que marcaba las siete y media de la mañana. Tomé una ducha de agua caliente; porque el día había amanecido particularmente frío; cambié el vestido que había usado para ir a mi cita con Emmett por un cómodo par de vaqueros, una remera blanca y una mullida chaqueta azul cobalto.

Regresé al cuarto de Edward cuando ya casi era hora de despertarlo. Luego recordé que era domingo y lo dejé yacer dormido en paz; además se veía sobrecogedoramente hermoso entre las mantas.

Bajé entonces a la cocina por algo cítrico para inyectarme una dosis de vitamina C pero como nada era perfecto me topé con Claire y su ya más que demostrado desprecio hacia mí. Me recorrió de arriba abajo como si lo que viese fuese un poco menos que el polvo en una encimera y se giró para seguir haciendo el omelette que había estado revolviendo en el momento en el que entré.

—¿Cómo amaneció la escala posiciones, disfrazada de enfermera y heroína del año? —decidí ignorarla y tomar el vaso y el jugo para salir lo más pronto de allí antes de que respondiera de la manera en que en realidad se merecía.

Busqué en los gabinetes y luego en la nevera lo que estaba precisando. Una buena cantidad de coctel de frutas para reactivarme.

—Oh. ¿Ahora que no está la señora de la casa eres hasta incapaz de responder? —la sonrisa implícita en su tono de voz se apagó al decir: —. Debe ser que el nuevo joven Cullen ya la ascendió de posición.

Me detuve en la entrada de la cocina con la mano en el vaso de cristal, apreté los dientes con fuerza no queriendo demostrar lo molesta que estaba por su comentario pero me fue imposible no responderle:

—Tal vez te contestaría si tuviese algo coherente a que hacerlo. Ah pero me pregunto algo ¿Por qué estás tan al pendiente de cada paso que doy?. Hazte un favor, trata de crecer un poco como persona y deja que yo haga con mi vida lo que quiera. Si por el día soy una enfermera y por la noche una zorra eso no es de tu incumbencia. Lo que sí lo es: los deberes de esta casa y el tratar de mantenerte tan lejos como puedas de Edward. Yo que tú me alejaba lo más que pudiese de mí. —me giré sobre mis talones dejándola con una expresión del tipo Voy–A–Matar–A-Esta–Perra.

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