Capítulo XXIV "Resentimiento"

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Rosalie POV:

Eso que tanto decían sobre el brillo de las embarazadas...a mí no me había tocado. Las náuseas matutinas eran el polo opuesto a esa condenada creencia, y eso aunado al hecho de ser un desastre emocional, fue en resumen lo que me había otorgado la lotería hormonal de las madres primerizas. Nadie puede decir que alguien con el rostro pálido-ceniciento puede verse guapo. Sin embargo mi hermano insistía en que cada día me veía más preciosa. ¡Tan tierno y tan ciego!.

—No seas tonta, Rose. —musitó Jasper apretujándome contra él. Apoyé la cabeza sobre su hombro y dejé que me mimara. Al fin y al cabo él era mi único hermano. —Te ves hermosa como sea, pero comprende que es normal que te sientas así. Los mareos descomponen a cualquiera. —su tono de voz de pronto se endureció. —Y más si tienen que lidiar con toda esta situación, como estás haciendo tú sola.

Me separé de él para mirarlo a los ojos con seriedad.

—No empieces, por favor. Ya hemos hablado de eso y Emmett dijo...

—Que va a responder por su hijo, eso ya lo sé. —me interrumpió. —Pero ¿Quién cuidará de ti? ¿Acaso tú no importas? ¿O es solo lo el bebé porque en parte es suyo también? Discúlpame que sea tan crudo, pero pienso que es un idiota narcisista.

Acaricié el borde de ese rostro tan masculino y a la vez tan precioso. Las dos cosas no iban peleadas en sus facciones. Sin duda éramos similares en ciertos aspectos, pero más que todos en los gestos. Y en el innegable legado dorado de los Hale en nuestro cabello, pero allí terminaban las coincidencias.

—Yo solita me sé cuidar bastante bien. Además, espero que tanto tú como mamá y papá vengan a visitarme de vez en cuando. —necesitaba tranquilizarle. Estar en pie de guerra no le hacía bien a nadie.

—Pero si mamá me dijo que le habías pedido que no viniera...

—En un me. Le dije que me dejara un tiempo para hacerme a la idea de toda esta nueva situación. —interrumpí porque sabía lo que diría.

—¿Cuál situación, tita? —interrumpió mi pequeña sobrina con cara de muñequita.

Hasta ese momento había estado entretenida con un bolso repleto de maquillaje que tenía reservado solo para ella. Me vio como si lo que yo estaba diciendo no tuviese sentido alguno para ella, pero era sumamente difícil tomarle en serio cuando tenía un párpado pintado en color azul y otro en violeta. Las mejillas color fucsia y la boca toda garabateada de un tono rosa pálido. Toda una obra de arte...de Picasso.

—Vas a tener un primito con quien jugar, Charly. —dije y me sorprendí al darme cuenta de que estaba acariciándome inconscientemente el vientre.

—¡Vaya! —abrió sus ojitos de manera desmesurada. Hizo un mohín. —Pero no entiendo nada ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

—Princesa, eso significa que tiene un bebé en su barriga.

Charlotte aún seguía mirándome con cara de no entender nada.

—¿Cómo que tienes un bebé en tu barriguita? —se horrorizó de pronto. —¡¿Te lo comiste, tía Rose?!

Jasper suspiró cansado y se sentó en el suelo para estar a la altura de su hija. Señaló mi vientre aún plano y le dijo:

—No, Charly. Tu tía Rose está haciendo un bebé allí dentro. —fruncí el ceño por la escueta explicación de Jaz. Dudaba mucho que eso tranquilizara a mi sobrina con complejo de gata curiosa.

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