Desde que perdí a Kian se me dificulta tenerlo cuando estoy solo y si llega a ser necesario no suelto al pequeño de mis brazos, llámenme exagerado, pero jamás me volverá a pasar, respecto a las tutorías de algebra hemos estado estudiando y aunque princesa me tiene toda la paciencia del mundo sabe que muy difícilmente le entiendo el setenta por ciento de lo que me dice.
El bambino, como lo llama princesa, cumplirá tres meses dentro de poco y cada vez es más difícil para ella tenerlo oculto de toda su familia, sin mencionar que William ya se está cansando de ayudarle a mentir. No quiero presionarla porque al final es decisión de ella, pero quizás lo mejor es arrancar eso de una vez.
Mientras tanto estamos tomando la última clase de tutorías y todavía no logro entenderle todo, odio tanto esta materia y de hecho descubrimos que tuvimos demasiada suerte, a mi la contabilidad no me interesa en lo más mínimo fue una carrera elegida al azar, aun así, mi duda persiste ¿Por qué demonios nos dan algebra?
— Lo primero que debemos observar es cómo vamos a determinar si dos matrices de las mismas dimensiones son iguales ¿Recuerdas? —me dice apuntando el cuaderno que hemos usado para estudiar, veo el reloj y llevo ¡Tres horas! intentado aprender algo, cuando nota que no he logrado un avance muy grande suspira— ¿Qué te parece si descansamos un poco? —me siento inmediatamente mal por esto, no soy un idiota ¿Por qué no puedo con esto? Puedo armar una motocicleta desde cero, esto no me va a ganar.
Siento cuando se levanta de la mesa del comedor y lo más seguro es que vaya a ver a Kian, pero esta vez no la sigo, no despego mi vista del cuaderno y comienzo a analizar todo lo que he repasado, lo más complicado es no distraerme con cualquier cosa cuando comienzo a leer.
Podemos definir la inversa de una matriz, teniendo presente que el elemento neutro del producto es la matriz identidad.
Decido dejar de lado lo teórico que princesa ya me ha hecho aprenderme y conforme voy resolviendo el ejercicio es casi como si fuera un milagro, porque realmente lo entiendo ¡Estoy entiendo esto!
Una sonrisa se pone en mi rostro, veo a princesa regresar con Kian en los brazos con un trajecito diferente.
— ¿Ahora a ti que te paso? —me pregunta algo cautelosa parándose atrás de mí para ver lo que hice. Orgullosamente le entrego el cuaderno y cuando lo revisa y ve que todo está bien me paro para tomar a princesa de la cintura y levantarla junto con Kian por toda esta emoción— ¡Ya entendí Azul! ¡Eres la mejor maestra del mundo mundial! —vuelvo a gritar mientras ahora los abrazo
—Me...quedo sin...aire—sé que lo dice jugando, pero aun así aflojo el agarre y me sonríe de nuevo.
—Te dije que era fácil solo tenías que concentrarte—camina a la cocina aun con el bambino en brazos y por su comportamiento sé que no se siente cómoda todavía. Lleva un mes aquí y no lo dice, pero es muy obvio que mi lugar no le gusta y está haciendo todo lo que puede para irse rápido, dobla varios turnos en la biblioteca en que trabaja y ha rechazo la oferta de su amiga para irse a vivir con ella.
Regresa y me da una barra de chocolate, lo que es raro porque solo lo hace cuando tenemos que hablar de cosas serias.
—Hablé con Axel y me dijo que no le molestaría que me quedará con él unos días—su vista se posa en mi pero no es una mirada cualquiera, esta está llena de nervios.
—De ninguna manera, Kian es mi hijo y tú eres su mamá, tengo el deber de cuidar de los dos.
No sé por qué, pero mi comentario no le gustó y solo me hace sentir más inútil— De Kian si tienes derecho, pero tú no tienes por qué cuidar de mí.
—Azul ¿No te sientes cómoda aquí? —su mirada cambia a una cautelosa.
—Te agradezco mucho esto, el que me hayas hospedado aquí en tu departamento y no me cobres nada, pero...—deja la frase en el aire.
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Todo por él
RomanceLos Miller #1 Azul Miller es una chica verdaderamente inteligente y muy poco sociable, mientras que Jayden Ferreira es totalmente su contraparte, es despreocupado y extrovertido con el mundo que le rodea. A simple vista ellos son el cliché perfecto...