Todo por él

Capítulo 26. Jayden

Veo un poco nervioso la cena que preparé después de ir a mi entrevista de trabajo, felizmente puedo decir que soy empleado de una importante empresa que se encarga de restaurar motocicletas, incluso cuando pensé que no podría conseguirlo me acordé de princesa y Kian, al final sabía que tenía que conseguirlo porque mi dinero no será eterno y tal vez sea más necesario en el futuro, por ejemplo, para la escuela de Kian o si se llega a enfermar, hemos tenido la suerte de que no ha sido un conflicto su salud, pero no sabemos lo que pasará en unos días, meses o incluso años.

— ¡Jayden! Ya estoy aquí—sonrío cuando la escucho poner sus llaves en el tazón que está en el mueble a lado de la entrada, voy por mi muchacho que todavía dormía en su cuna y camino con él en brazos para que princesa lo vea. Estoy orgulloso de mi avance, ahora que princesa va al trabajo no me da miedo estar a solas con Kian, manejo a la perfección los pañales y biberones.

— ¿Cómo fue tu día? —le pregunto besando la coronilla de su cabeza, aun se sonroja cuando hago eso y es parte del porqué no dejo de hacerlo, desafortunadamente el beso que pasó en casa de su familia no se ha repetido, pero estoy bien con eso, no quiero que piense busco algo pasajero con ella, tomarnos esto con calma es la mejor opción por Kian.

— Muy bien, solo ordené estantes y registré libros, por cierto, te traje uno nuevo que creo podría gustarte—señala su bolsa y me pide que saque el libro, princesa toma a Kian en sus brazos y comienza a hablar con él. Tengo el libro en las manos, pero la mejor vista que he tenido definitivamente está frente a mí, ella y mi hijo juntos es algo que siempre me hace sonreír.

— ¿Y bien? ¿Crees que te gustará? —me obligo a despegar la mirada de ellos y examino por primera vez el libro.

— Grandes esperanzas de Charles Dickens. Suena bien, tal vez lo empezaré esta noche—le prometo corriendo a la habitación para ponerlo sobre el buró que está de mi lado, vaya, ahora tengo un lado, lo cual es extraño porque siempre acaparé toda la cama, luego llegó princesa, me volví un abrazador por las noches y ahora tengo un lado.

— ¿Jayden? —la escucho en la cocina ¡La cena! Me devolví para buscar a princesa sorprendida por lo acomodado que estaba el comedor— ¿Tu hiciste esto? —me pregunta.

— Era una sorpresa.

— ¿Qué estamos festejando? —es tan linda cuando está emocionada.

— ¡Que ya tengo trabajo! Me va a costar un poco, pero la buena noticia es que ya solo debemos ir a unas pocas clases a la universidad y aún falta tiempo para eso.

— ¡Felicidades! —se acerca y me abraza con cuidado de no lastimar a Kian— Sabía que lo lograrías.

Ella no lo nota, pero esa fe que tiene en mí es lo que me mantiene a flote, toda vida estuve con la creencia de que no valía si no era el número uno del equipo, el que más chicas conseguía o el que más bromas estúpidas hacía, princesa me mostró lo equivocado que estaba, puedo hacer mucho más y gracias a Vanessa hoy tengo dos motivos.

Kian se retuerce un poco en sus brazos y es mi turno de tomarlo— Hoy continúe intentando que coma un poco de papillas, quiero decirte que el bambino le va agarrando el gusto—me di cuenta que sonaba como un papá orgulloso y es que lo estaba, con cuatro meses princesa decidió que ya era hora de comenzar a darle un poco de comida para que se acostumbrara gradualmente.

— Entonces los ejercicios que le recomendó la pediatra me tocan a mí, ha crecido tanto—le dice a Kian acariciando su cabellito esponjoso rubio.

— Siéntate, llevaré al bambino a la cuna para que pueda terminar su siesta, en un momento vuelvo para servir la comida debes estar agotada—Kian suelta su pequeño bostezo justo cuando lo comienzo a acomodar, prendo el juguete móvil que hay sobre la cuna porque le relaja.

Al volver princesa ya ha servido para los dos y me sonríe inocentemente.

— Prometo que quería ayudarte, esto es increíble Jayden—soy feliz de que le haya gustado, no es una comida extravagante, pero me costó varios tutoriales de cómo preparar una pasta con albóndigas. Princesa siempre está encargándose de la comida porque yo soy un caos en la cocina— Has sido maravilloso con Kian estos días y de verdad te agradezco por eso—nos sentamos, pero ninguno de los dos comemos, solo nos quedamos viendo completamente perdidos.

— Princesa, quiero lo mejor para el bambino, sé que es alguien que estará siempre con nosotros y por eso no puedo estar más agradecido de que Vanessa me llevara hasta ti.

— Vanessa siempre supo lo que hacía, incluso cuando nosotros creíamos que no. Nunca terminaré de entender porque se fue de esa manera—su sonrisa se vuelve triste y odio que pase, la quiero feliz y sonriendo.

— Hay cosas que nunca nos aclaró, pero Kian y tú son lo mejor que me ha pasado y ahora estoy seguro de eso—veo la sorpresa en su rostro, sé porque, pero no diré más si ella no lo pide.

— ¿Yo? ¿Qué te puede hacer pensar en eso?

— Bueno, princesa, no solo Kian me ha enseñado lo que realmente importa, el irte conociendo todo este tiempo me ha mostrado lo vacío que estaba. Eres la mujer más increíble que conozco y sé que ni siquiera te has dado cuenta.

— Tu eres más que el idiota que conocí al principio.

— Eso es bueno—río un poco— Porque no sé qué es lo que está pasando aquí y tampoco me importa mientras no te pierda de mi lado.

Toma mi mano y me acaricia lentamente con su frágil pulgar— Prometo que mientras me quieras contigo no me iré. Vales más de lo que crees, tu eres el que debe abrir los ojos a eso.

— Ven acá—hago que rodeé la mesa y la siento en mi regazo para fundirme en un abrazo con ella— Eres hermosa, princesa.

— Tú no estás mal Jayden—se pone a horcajadas sobre mí y comienza a jugar con mi cabello como siempre hace, solo que ahora lo siento más personal, algo está pasando aquí y tal vez sea que me he leído varias de sus novelas románticas favoritas, pero me siento igual de emocionado que cuando el protagonista se da cuenta que esa era la chica indicada, que estuvo tanto tiempo frente a él sin darse cuenta por hacer tonterías.

— Quizás eres lo que necesitaba—confieso sintiéndome por fin en paz.