Hasta el final© | Simbar

Capítulo 05

Hey pequeña, despierta de ese sueño color de rosas, es la vida real. Ya maduraste lo suficiente. Solamente vos puedes ser la villana de tu historia.

Recostada en la cama bajo un edredón blanco, con su típica vestimenta de casa. Estaba viendo su serie preferida, tratando de olvidar lo que había pasado varias horas atrás. Eran las nueve, el concierto ya terminó, y faltaba poco para que su prometido llegara. Suspiró, salió de aquel pequeño refugio, se dirigió a la cocina tenía mucho apetito. Pues no había ni siquiera almorzado, estaba muy enojada.

El sonido de un portazo estruendoso, hizo que la rubia se respingara. Con una ciruela medio mordida, se encaminó hacia la entrada de la suite. Sonrió con vergüenza y corrió a abrazarlo.

— Ámbar estás aquí... — estaba tenso, sus palabras eran frías, decidió separarse de él.

— ¿Qué sucede? — lo miró con preocupación y tomó sus mejillas.

— Nada, solo quiero irme a dormir, mañana habrá prensa — contestó, se retiró de la habitación dejándola sola.

No pudo evitar sentirse culpable por aquello, ¿Será lo que le dijo en la mañana que lo tiene de un humor taan pésimo?, terminó de comer su fruta y volvió a la habitación. Tenía seguro, así que no se le permitió entrar, de repente empezó a escuchar cosas cayendo al piso y causando ruidos estruendosos.

— Simón, abre — forcejeo la cerradura, intento fallido —. Simón — más sonidos —. ¡Simón maldita sea! — golpeó la puerta —. Ábreme por favor — suplicó al borde del llanto, golpeando la puerta sin cesar.

— ¡¿Qué quieres?! — se abrió la puerta en un segundo, ella cubrió su boca con ambas manos.

— ¿Qué hiciste? — preguntó en un sollozo —. Rompiste... rompiste...

— Déjame en paz Ámbar, no entiendes cuando parar, ¿Verdad? — se cruzó de brazos —. Estoy harto, yo también sufrí, pero pensé que me apoyarías en esto. No todo se trata de ti, ¿Qué hay de mí y la banda?, mi sueño.

Ignoró sus palabras y corrió hasta los cuadros de fotos que estaban rotos, hacia la cajita de los anillos de matrimonio. Había tocado fondo, sacó los vidrios que habían alrededor de éste y lo tomó entre sus manos.

— No me quiero casar contigo, ya no — revolvió su cabello —. Eres la razón por la que Luna ya no me hable.

Un mal sueño, eso era, despertó con un dolor de cabeza irritante en la cama de la suite. Suspiró del alivio, el sonido de una puerta cerrandose dió indicio a que su prometido acaba de llegar, entró a la habitación y mostró una sonrisa de tristeza.

— Estás aquí, me tenías preocupado — ladeó la cabeza y estrujó su cara con sus manos —. Maldita sea, esto es mucho para nosotros, debería cancelar el tour.

— ¿Qué dices amor? — corrió hacia él y tomó sus manos —. Jamás dejes tu sueño por un berrinche mío, jamás.

— ¿Berrinche?.

— Simón, no sé cómo, pero trataré de soportar al par molesto de Delfina y Luna, solo por vos — sin pedir permiso alguno, depositó un beso en sus labios.

— ¿Estás segura?... — en sus ojos había un brillo, y en sus labios se dibujaron dos amplias sonrisas.

— Te juro que haría lo que fuera por vos, como yo sé que lo harías por mí — se fundieron en un cálido abrazo.

Era la noche en el que las celebridades y sus parejas concurrían a una fiesta cada un año, este año sería Uruguay el país anfitrión de dar la gala.

Cortó su pelo, retiró cualquier rastro de rulos que quedara en su cabello con la plancha. Estaba dispuesta a comenzar una nueva etapa, le dejaría la boca cerrada a esas arpías cuando vieran su nuevo cambio. Convirtió su pelo en un rodete no muy notable, y cubrió su cabello con una peluca oscura como la noche. En sus labios aplicó un color rojo intenso mate, en sus pestañas unas capas de rímel y delineador negro para resaltar sus intensos ojos azules.

— ¿Estás lista amor? — dijo colocándose su saco, levantó la vista y su mandíbula estaba a Punto de caer al piso —. No vas a ir así, ¿Verdad?.

— ¿Así como? — volteó.

Tenía un vestido negro no tan apretado, que marcaban sus curvas a la perfección, el largo era hasta las rodillas y no era para nada atrevido. Además, estaba con unos tacos de charol rojos con tacón de aguja.

— ¿Cómo me veo? — sonrió.

— Bonita.

;;———;;———;;

¡Me digne a actualizar!, Jajaja, ¿Por qué no actualizaba?, ¡Sí, Sabri explicanos!. Mis niños, la secundaria me tiene agotada y eso que vamos principio de año. :(

⭐ ¿Pronto nuevo capítulo? ⭐