Capítulo 27

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— Exactamente lo que dije Simón, Miami, ¿No están emocionados? — dijo Leo — será este domingo.

— ¡¿Qué?! — exclamé totalmente sorprendido, no podía ser posible —. Leonardo, sabes que yo me voy a casar este domingo y luego me iré a México de luna de miel, no es justo, neta.

— Lo siento Simón, eso no lo he decidido yo.

— No, te lo juro, lo lamento yo, por no poder asistir — bufé —. No voy a arruinar mi boda que la planeo desde hace años, una cosa es que sea una salida con mi novia y otra cosa muy diferente es mi boda, tú lo sabes bien. Para mí lo primordial es mi novia.

— Oye, Simón...

— No, nada, esto no es nada justo. ¿No hay otra posibilidad?

— Pero tenés que asistir, si vos no vas la banda tampoco podrá ir — me intentó detener, pues ya estaba caminando directo a la salida.

— Entonces la banda no irá, fin.

Ámbar.

— Bueno, ¿Así que te gusta el encaje y algo sencillo?, tengo el vestido perfecto para vos, vení conmigo — le guiñé un ojo a la clienta que estaba atendiendo, la dirigí a donde se encontraban todos los vestidos de novias, busqué y encontré exactamente lo que ella buscaba —. Sé que está caro, pero, hay uno más sencillo y económico. Está a tu elección cual vas a elegir.

— hmmm, mejor ese — señaló el vestido que sostenía en la mano —. Me encanta, eres muy buena.

— Ay, gracias por el cumplido — reí —. Bueno, ¿Lo compras?, ah por cierto, también tenemos vestidos de damas de honor, por si es que te interesa.

— Estupendo, vendré con mis amigas la próxima vez — me sonrió, ambas volvimos a la caja para poder cobrarle el monto de dicho vestido.

— Te estaré esperando, cualquier cosa, que te atiendan a nombre de Ámbar Smith — le devolví la sonrisa.

  Luego de pagarme, nos despedimos con un saludo de mano y la ví desaparecer por la puerta de vidrio, dirigí mi mirada a mi teléfono por unos segundos, me llega una lluvia de mensajes por parte de Simón. Sin dudarlo un segundo, los leo inmediatamente.

“ Bonita, ¿Estás ocupada? ”

“ Oye, neta me urge hablar contigo. ”

“ Estoy desesperado, no sé qué hacer. ”

“ He cometido una estupidez... ”

“ Amor, ¿Estás ahí? ”

“ Necesito verte. ”

“ Te necesito ”

  Preocupada, respondo con los dedos temblando. Estoy así por él, vaya a saber qué cosa hizo para estar así.

“ Hola amor, ¿Qué sucedió?, si querés ven al local, no hay nadie. ”

“ Enseguida voy, espérame. ”

  Esperé aproximadamente media hora a su llegada, finalmente lo ví llegar corriendo y entró exhausto, corrí a abrazarlo. Su cara lo reflejaba todo, había tenido una pelea fuerte, seguramente con los chicos.

— Mi amor, cuéntame, ¿Qué sucedió? — susurré —... ¿Querés que cierre por un momento el local?

— Y-Yo... Sí, por favor — dijo con la voz quebrada.

Nos separamos y fui directamente a voltear el cartelito de abierto a cerrado, introducí la llave en la cerradura y volví con él. Nos sentamos en unas sillas altas que habían en el mostrador, me tomó las manos y depositó un beso en cada una de ellas.

— Ahora sí, cuéntame.

— Pues..., Estoy muy decepcionado de mí mismo. Lo que pasó es que, la Roller Band fue nominada para los premios de MTV, el problema es que es el domingo. Justamente el día en que nosotros nos casamos. Y, me enfureció demasiado que Leonardo no nos dé otra posibilidad, por ejemplo, no asistir pero en el caso que ganemos, que nos entreguen el premio igual. Pero no, él insistía en que asistieramos. Cómo dije que era un rotundo no, empezamos a pelear, los chicos intervinieron y me provocó tanto que Pedro en un momento dijera que si no estuviera por casarme esto no hubiese sucedido. Te lo juro, nunca me había dolido tanto un comentario como ese. Y me chocó demasiado, al punto de que le... — permaneció en silencio — quise pegar, Ámbar, yo no soy así. ¿Entiendes?, Jamás le pegaría a un hermano. Sin embargo, lo hice.

— Yo... Ay, Simón, lo siento tanto... — eran las únicas palabras que podía decir, mi voz comenzaba a temblar, todo esto era mi culpa.

— no te digo esto especialmente para hacerte sentir culpable de mis actos, sólo que... No sé... Me angustia tanto como podemos cambiar al paso de los años — mordí mi labio.

Hasta el final© | SimbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora