Hasta el final© | Simbar

Capítulo 21

No, sería incorrecto. Mejor será salir con unos amigos y ya. Mandé un mensaje al grupo de la Roller Band, quería despejarme un poco de todo esto y pasar un buen rato.

"Chicos, ¿Vamos a tomar algo por ahí?"

A los minutos recibí una respuesta positiva por parte de ambos, Nico propuso ir al bar del hotel, nos pareció perfecto, ya que no tendríamos que viajar ebrios (si es que llegábamos a estarlo) al hotel.

Le mandé otro mensaje a Ámbar:

"Mi amor, voy a tomar algo con los chicos en el bar de acá abajo, no te preocupes".

Ámbar.

— ¡¿Qué vos qué?! —dijo pasmada por mi confesión.

— Sí, Male, estoy embarazada de Simón.

— ¡Genial! ¿Ya lo sabe? — aplaudió emocionada, bajé la mirada y negué con la cabeza, avergonzada.

— Tampoco tengo la intención de que lo sepa, ¿A caso sabes cómo se va a poner cuando sepa que estoy... Embarazada? — dije tomando con mis manos mi vientre.

— Pues feliz obviamente, él es un chico estupendo.

— Malena, ¿Por qué no tratas en entenderme?, Vos te embarazaste justo cuando estaba ascendiendo la carrera de Nicolás. ¿No te afectó?

— Pues, te contaré la verdad — frunció sus labios y me tomó mis manos —. Estaba igual a vos, desesperada sin saber que hacer y en ese período vos no estabas presente. Te habías ido a Cancún con Simón, ¿Te acordás?, tampoco tenía el valor para llamarte por teléfono.

— Oh sí... Fueron re lindas esas vacaciones. Simón me había consentido mucho esos días — sonreí embobada.

— ¿Lo ves? ¡El te ama! — dijo riendo —. Bueno, volviendo, yo me decidí y me enfrenté a él. Cuando se lo dije, ¿Sabes cómo se puso?, debí grabarlo.

— ¿Qué? ¿Se enojó?

— ¡Se puso a llorar! ¿Puedes creerlo? — ambas reímos.

Mi celular sonó, había recibido una notificación de WhatsApp. Era Simón.

— Hablando del rey de roma... La corona de asoma — tomé mi teléfono y leí el mensaje.

— Deberías hablar con él.

Simón.

  Habían pasado un par de horas, habíamos tomado botellas Smirnoff, al principio no sentía absolutamente nada. Pero después comenzaba a sentir el efecto del alcohol.

— Pedro... Mi amigo — sonreí — y Nico, el boludo...

Soltamos unas carcajadas, de un momento a otro me tomaron de la mano y me jalaron hacia una esquina del bar. No estaba muy conciente de quién era.

— ¿Estás tomando aquí y no en la fiesta?

— ¿Qué haces aquí? — dije alargando las letras.

— Si no vienes a mí, yo voy a ti.

— Vete, Mica — la alejé de mí.

— Espera, Simón — me volvió a tomar de la mano y me arrastró hacia ella, junto sus labios con los míos.

La alejé bruscamente, mientras pasaba mi mano tratando de borrar algún rastro de sus labios en los míos, la miraba con repugnancia.

— ¡Ya te dije que no te quiero, estoy saliendo con otra persona! — le grité.

Ella se tapó con las manos su boca y se fue corriendo de allí. Alcé mis hombros en modo de que no me importaba en nada, total, ya se lo había aclarado muchas veces.
Después de eso, volví a la suite, no le iba a mencionar nada de esto a Ámbar. No quería lastimarla.

»» Escondida, con un gran secreto en las palmas de sus manos, guardo su cámara para que nadie sospechara de ella. Buscaría sus contactos, y aunque tarde días, meses o años, publicaría esa foto. ««

Ámbar.
(( Unos días después))

Preparé una noche romántica con el propósito de contarle sobre mi embarazo a Simón. Escondí la foto revelada debajo del plato, él ya estaba por llegar. La gira había acabado, y decidimos quedarnos unos días más en Brasil, aprovechando que Ramiro y Emilia también lo iban a hacer. Suspiré pesadamente para calmar todos mis nervios.

Escuché la puerta ser abierta y seguidamente cerrada, Simón entró a la cocina. Sonreí ampliamente.

— Bonita... ¿Y esto?

— ¡Sorpresa, amor! — corrí a abrazarlo.

— Yo... Pues, gracias, bonita — Besó mi coronilla, luego de eso nos separamos.

— Ven, vamos a comer lo que preparé y de paso te cuento algo... — me interrumpió el sonido de mi celular, leí el nombre del contacto y era Malena.

Atendí e inmediatamente mi hermana me habló desesperada.

— ¡Ámbar! ¡Por fin! Entra a nuestra conversación, está circulando esa foto por todos lados — arqueo mis cejas intrigada, corto la llamada y abro WhatsApp.

— ¿Qué sucede? — abrí mis ojos sorprendida ante la foto que estaba presenciando.

Mis ojos se cristalizan, mi sangre hierve de la furia y yo miró a él, con decepción solamente. Buscó una respuesta y nada, buscó una explicación y tampoco la encuentro.

Las promesas se habían roto.