Hasta el final© | Simbar

Capítulo 15

Concierto antes del Lunes, mañana temprano estaría en el aeropuerto junto a mi prometida. Terminamos por fin en Chile, los chicos y yo caminamos muy alegres al hotel.

— No, no, no, chicos nosotros nos merecemos una buena comida y bebidas — dije sonriente —. Vamos a un bar.

— ¿Y vos?, ¿Por qué tan sonriente? — me codeó Nico.

— Mañana viene Ámbar, estoy súper feliz neta — revolví mi cabello, estaba muy muy muy feliz.

— Aaaaah, con razón — rió Pedro —. Bueno, disfruta antes de que vuelva, vamos a un bar que está cerca del hotel.

Eran la una de la mañana, la cabeza me daba vueltas, estaba cansado. Había perdido de vista a mis amigos, no tenía las suficientes fuerzas para ir a buscarlos, quería irme ya. Milagrosamente, llegué a la recepción del hotel, pedí mis llaves y subí a mi habitación. Coloqué mi alarma y me dispuse a dormir, al cabo de dos horas, el despertador sonó. Por lo menos en el transcurso de Chile a Brasil podré dormir, de pedo.

Moraleja: nunca te duermas tomado a la una de la mañana, si a las tres tienes que levantarte.

Me puse algo cómodo, tomé mis valijas y salí con lentes de sol puestos. Mis ojos me dolían, abajo estaba la camioneta estacionada ya con los chicos adentro, masajee mis sienes.

Mi bolsillo vibró, saqué de él, mi celular. Era bonita, o bueno, era Ámbar, es que me encantaba llamarla así.

"Tus tres palabras del día, amor."💋

Sonreí, se había vuelto una pequeña costumbre, como anoche no me había preguntado, seguro estaba durmiendo. Decidí responderle antes de sumergirme en una dormida larga hasta llegar al aeropuerto.

“Te
extraño
a
ti.”

“Esas son cuatro palabras, tonto. Pero sí, yo también te extraño a vos."

" ¿Las tuyas? ".

" Morfi, sueño, Simón. "

Reí por lo último, era todo un caso.

— ¿Qué sucedió? — me miró pícaro Pedro.

— Es Ám, ya sabes.

— Hagan silencio por favor, me duele la cabeza — pidió Nicolás.

— No es nuestra culpa que seas un alcohólico.

Al cabo de una hora, llegamos al fin al aeropuerto, tomamos nuestro vuelo correspondiente. Mientras, en la fila, recibí una llamada de Ám.

— ¡Hola Ámor!, ya estoy por tomar mi vuelo a Brasil, supongo que llegaré antes de vos — mordí mi labio —. Te veo allá, adiós.

Lo había dicho tan rápido, que ni me dio tiempo de saludarla. Al parecer estaba emocionada, mucho.

— Adiós... — dije mucho después de que me marcará.

Sí, al fin llegamos a Brasil, el avión aterrizó en el aeropuerto, solo quería abrazar y besar a Ámbar, para finalmente, llegar a la suite que teníamos reservadas. Salí de aquel pasillo que conducía al avión, estaba sentada en unas sillas riendo junto a su hermana, era obvio, su sonrisa resonaba por todo el lugar, por lo menos para mí era así.

— ¡Ámbar! — corrí hacia ella

Su mirada se desvió hacia mi persona y se levantó de su asiento.

— ¡Simón! — de la misma forma, nos unimos en un abrazo para después besarnos -—. Te extrañé tanto, lindo.

— Y yo a vos... — acaricié las hebras de su cabello.

Ya estábamos en el hotel, en nuestra suite, en la cama. Disfrutábamos de una película romántica, porque se empeñó en hacerme puchero, sabiendo que esa era mi debilidad.

— ¿Qué hiciste sin mí? — me miró a los ojos, mientras acariciaba mi pecho.

— Cantar, dormir, comer, beber... — murmuré lo último.

— ¿Beber? ¿Es posta? — frunció el ceño, oh mierda —. ¡Simón!, ¿Qué te dije sobre beber?.

— Vamos Ámbar, ya somos grandes para esto.

— Pero me preocupa tu salud.

— Apenas tomé, ¿Bien? — besé la punta de su nariz.

— Bien.

Ámbar.

 Estaba emocionada, ¡Volvería a ver a mi mejor amiga!, estaba esperando junto a mi novio en la cafetería acordada. Entraron de la mano, ella llevaba el pelo hecho ondas, un poco menos ella.

— ¡Amiga! — dijimos a coro.

— ¡Ámbar! — chilló abrazandome, se sentaron junto a nosotros en la mesa reservada —. No sabes cuánto te extrañé, ¿Qué me contas?.

— Muuuuy pocas cosas, ¿Y vos? ¿Qué tal su vida de casados, ah? — la miré de forma perversa.

— Super bien, y eres una maldita pervertida, ya capté — rió, e hizo su pelo ruloso hacia atrás —. Esto de ser patinadores olímpicos cuesta, porque no tenemos un lugar definido donde vivir. De vez en cuando vamos a México, otras a Chile... ¿Y tú? ¿Cómo lo van tomando?.

— Pues, tuvimos unos problemas — le dije en voz bajita, al notar como los chicos hablaban entretenidos entre sí —. Luego te contaré más a profundo — ella asintió con complicidad.

Después de unas horas de habernos puesto al día, fuimos a la playa, caminamos en la arena con pies descalzos.

— Te extrañaba tanto... — tomó mis manos.

— Tu sonrisa y ojos son más bonitos en persona — acarició mi mejilla.

— Eres un romántico, Álvarez.

»»»»•««««

¡He vuelto gente! ♡.

Más tarde subo el capítulo que viene, ¡"Hasta el final", la va a dar toda!. 😂