Hoy era Halloween, el mejor día de todos. Mis padres habían salido a una reunión con viejos compañeros, y mis hermanos a pedir dulces. Por lo tanto era mi turno de entregar dulces a los niños esta noche.
Tocan el timbre, abro y entrego los dulces al pequeño grupo. Cierro, otra vez el timbre suena.
— ¿Que tenemos aquí? ¿Estas pidiendo dulces, Padilla?.
— Eh, no. Pero venía a buscarte.
Lo abrazo con ternura. Se veía bastante bien como Dracula. Debido a su estatura, podía jurar que se veía como un niño.— ¿Que tienes planeado?—me separo de el.
— Podemos ir a nuestro lugar especial, hoy hay luna llena y pensé que querías tomar fotos—se hace a un lado—¿Si quieres?.
— Claro, solo deja que me pongo mi máscara y vamos.
Mi disfraz era del asesino de "Feliz día de tu muerte". Tony me había obligado a ir al cine con el.
Cierro con llave y nos metemos a su lindo mustang rojo. Como es de costumbre, pone un casete y una linda, y antigua, canción nos acompaña durante todo el trayecto.
— Todavía recuerdo cuando me trajiste a escalar—el ríe.— ¿Lo recuerdas?.
— Tuve que cargarte hasta tu casa, ¡Claro que lo recuerdo!.
Estaciona el auto en el pequeño descampado. Nos asomamos a la orilla y tomamos asiento, dejando nuestras piernas colgando.
— Qué linda vista.
Saco la cámara de su estuche y tomo una foto. Luego le tomo una foto al yoda.
— ¡Oye! Borra eso—intenta quitarme la cámara pero la escondo en mi espalda.
— No quiero.
— Siempre te gusta tomarme fotos, ¿no tendrás algún altar en tu cuarto?.
— De hecho, hay una posibilidad de que así sea.
— Si, ya lo suponía.
Nos carcajeamos un buen rato por las estupideces que decíamos. Con Tony no me da miedo demostrar quien soy en realidad.
— O cuando te golpearon con el balón en la cara por mirar mucho a Clay-
— ¡Basta! ¡N-no me lo recuerdes!—exclamo entre risas.
Mi estómago dolía, y el de Tony debe estar igual.
El sabía todas y cada una de las estupideces que me pasaron, nunca las usaría en mi contra, pero si para recordarmelas y hacerme reír.
Amaba verlo reír, o el me encantaba, para ser más específica.
El momento lucia bien, buena vista, los dos solos en un silencio. Debía hacerlo.
— Tony—el me mira con una sonrisa.
— Dime.
— A-ah esto es difícil de decir, y no quiero dar rodeos. Así que lo diré.
Respira profundo y suelta todo el aire.
— Me gustas.
Tony no dice nada, solamente suspira. La muchacha cubre su rostro con la máscara.
— ____, eres hermosa, ¿bien? Y muy buena persona—sin quererlo ríe un poco—Pero, no me gustan las mujeres.
— ¿¡Q-que?! No tenia idea.
— Eres la primera en saberlo, aparte de mis ex parejas, claro.
— Dios, que puta vergüenza. ¿Por qué no me lo dijiste? Me ahorraba el momento más vergonzoso del mundo.
— Lo siento, iba a decirtelo—dice apenado.
— ¿Podemos irnos? Quiero pedir dulces.
— Claro.
Me declare a mi mejor amigo gay.
Mierda.