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Narra el judge:

Estamos llegando a mi casa y siento una pesada respiración salir de una fría nariz en contacto con la piel de mi cuello.

No puedo creer lo que acaba de ocurrir. Estuvieron a punto de hacerle daño a Ty, ¡y yo lo ayudé! Después de habernos ignorado todo el día. Todo es muy extraño y confuso pero solo sé una cosa... haré todo lo que pueda por protegerlo y cuidarlo.

Cuando ya estamos en el ante jardín escucho unos leves ronquidos que me aseguran que no despertará fácilmente, así ya en la puerta lo suelto pero me inclino hacia adelante para que quede colgando y no se caiga cuando busque las llaves.

Abro la puerta y mi madre al ver mi cara de cansancio y a Tyler durmiendo en mi espalda se levanta como un resorte del sillón y se acerca trotando a nosotros.

—¡¿Que les pasó?!—dijo con  preocupación e intriga.

—No grites que Ty está durmiendo—susurré señalando al castaño en mi espalda.

- Llévalo a tu cuarto - susurró.

Y eso hice. Dejé las mochilas en el living y subí las escaleras.

Al llegar a mi habitación, pasé de cargarlo como caballito a cargarlo como princesa.

Lo dejé con sumo cuidado sobre mi cama, pero mientras lo posicionaba él entreabrió sus ojitos.
Ya en la cama pude ver lo lindo que se veía, con sus mejillas ruborizadas y sus hipnotizantes pestañas. Y pensar que se quedó dormido en mi espalda. Sonreí ante ese último pensamiento, es que no lo podía creer.

—¿Josh?- preguntó con voz ronca, entreabriendo sus ojos.

—¿Si? - contesté.

—¿Donde estamos?

—¿En mi casa, Ty - respondí sonriéndole y acariciándole en cabello.

Hubo un minuto de silencio en el que volvió a cerrar sus ojos

—¿Josh? - volvió a preguntar.

—¿Si?

—¿Podrías acostarte aquí... junto a mi?—dijo aún más rojito y aún no abría los ojos.

No respondí, solo me saqué las zapatillas y me acomodé junto a él.

Tyler se acercó a mi y me abrazó por el cuello, escondiendo su cabeza en mi pecho. Yo lo abracé por la cintura.

No podía estar más cómodo y feliz.

Hasta que mi madre tenía que entrar de golpe y sobresaltarnos.

—¡Les traje chocolate caliente para las amarguras! —dijo con una bandeja que contenía dos tazas en ella y un plato con frutas.

Obviamente Tyler y yo nos separamos pero seguimos acostados.

—Mamá, ¿se te olvida lo que es tocar la puerta?—dije poniendo mis ojos en blanco.

—Okay okay, prometo tocar para la otra pero no seas desagradecido con este manjar de dioses —contestó sonriendo con una ceja alzada.

—Ay amo los chocolates calientes de tu mamá —chilló Tyler tomando rápidamente una taza y sintiendo el olor que emanaba.

Yo tomé las frutas y mi taza a regañadientes.

—¿Ves? ¿Por qué no eres como Ty ? —dijo acariciando a mi amigo. Largó un suspiro antes de agregar—eres como el hijo que nunca tuve.

—¡¿Qué?! —exclamé.

Stupid Cute Boy //JOSHLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora