Capítulo 3.

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Ya estamos de nuevo por aquí con el tercer capítulo.

Antes de nada, quería hablaros de mi amiga Junn (Sinomo en Wattpad) ella tiene varias obras andando por aquí, son demasiado buenas por lo que os las recomiendo al 100%. La Llamada es una de mis favoritas, relación diferente. En serio pasaros por ella y naturalmente por el resto.

Bueno y dicho esto, paso a dejaros el capítulo de hoy.

Becky Towers

-       Buenos días princesa-saludó Charlie cuando me vio aparecer por la puerta del salón. Él se encontraba sentado en una de las sillas de la mesa del comedor, tomándose un café y mientras miraba su teléfono móvil.

Me hizo sonreír con esa frase, imitando a Roberto Benigni  en “La Vida es Bella”, siempre me había encantado esa película, sobre todo por la manera en que Guido enamoró a Dora.

-       Buenos días-me senté en una de las sillas, cercana a él.

-       ¿Has dormido bien?-asentí con una pequeña sonrisa-Se nota, tienes las marcas de la sábana en la cara-rio mientras señalaba con su dedo mi mejilla.

Mi famosa reacción apareció. ¡Qué vergüenza! Siempre había odiado que se me marcaran las sábanas. Tapé mis mejillas con mis manos.

-       Es buena señal, no te tapes preciosa-se levantó, recogiendo su taza de la mesa-¿Te apetece desayunar algo?

-       No tengo mucha hambre-negué con la cabeza-¿Qué hora es?

-       Son las once de la mañana, has dormido unas cinco horas-no eran demasiadas pero después de la noche tan movidita que había tenido, estaba bastante bien.

Charlie desapareció por la puerta de la cocina. Escuché como corría el agua, seguramente estuviera fregando la taza del desayuno.

Mientras él estaba en la cocina, decidí ir a por mi móvil, a la habitación, que aún se encontraba cargándose. Se me había olvidado desenchufarlo cuando me levanté.

Me senté en la cama para echarle un vistazo. Tenía mensajes de Ana, preguntándome cómo estaba, y si su primo me estaba tratando bien.

Mary también se interesaba por cómo había ido la cena del aniversario. Con sorpresas pensé en contestarle, pero pasaba de darle explicaciones sobre Nick.

Menos mal, el susodicho no había vuelto a darme la lata. Desde el último mensaje de anoche, en el que decía que me quería no había vuelto a intentar ponerse en contacto conmigo. ¿Qué estaría haciendo? ¿Me habría ido a buscar al hotel?

“Se supone que tras lo que te ha hecho, no debería de importarte ¿no?” no podía remediarlo, me seguía importando. Me era imposible olvidarme de él, de la noche a la mañana. ¿Estaría bien?

“Pues claro que estará bien, es él quien ha hecho daño no tú” pero tal vez Charlie tuviera razón y debería haberle dejado explicarse.

“No digas tonterías, te ha ocultado aspectos importantes de su vida que te debería haber dicho desde el principio” desistí seguir discutiendo con mi conciencia, no iba a servir de nada.

-       ¿Piensas en él?-pegué un respingo ya que no me esperaba a Charlie en la puerta de la habitación. Se estaba secando las manos en un trapo de cocina. Tenía razón había estado fregando.

-       Sí-acepté por reconocer, por qué mentir si era cierto. Ninguna persona en su sano juicio, podría olvidarse así como así de otra, sobre todo si se sentía algo por ella aunque sólo fuera afecto.

Saga White. Perdóname.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora