Capítulo 11.

21.2K 1.5K 24
                                    

Tras cinco díitas, os traigo un nuevo capítulo.

Aquí os dejo el castigo de Ruth a Nick ¿se lo merecía no? Por sonreírle a Mary jajajaja. Es un capítulo bastante intenso, así que espero que os guste.

También quería recomendaros dos obras de la usuaria miii87, se tratan de "IDEM (diez días)" y "Si tan sólo fuera sexo" me he leído ambas y me las bebí en pocos días, son increíbles, así que añadirlas a vuestra biblioteca de lecturas!!

Becky Towers

AVISO: Capítulo con escena sexual, si no tienes los 18 años es tu responsabilidad leerlo.

Una melodía hizo que me despertara.

Según mi intuición, dicho sonido procedía de la habitación de al lado y parecía que pertenecía a un teléfono móvil. Estando recién despierta, mis neuronas no tenían muchas ganas de trabajar.

Al cabo de unos segundos, dejó de sonar.

- Que ha hecho, qué-escuché la voz de Nick, provenía del salón y se le notaba enfadado o molesto con lo que la otra persona le estaba contando.

Puse toda la atención que mis neuronas me permitieron.

- Sí, mándamelo. Sabía que no se quedaría quieta. ¡Ya lo sé, joder! Intentaré solucionarlo antes de que se entere.

¿Qué ocurría? ¿Tendría que ver conmigo? ¿De nuevo ocultaba algo?

Multitud de preguntas se agolparon en mi cabeza, haciendo que mi confianza comenzara de nuevo a resquebrajarse.

Nick se despidió de la persona con la que estuviera hablando. Escuché como resoplaba tras dejar de hablar.

Comencé a escuchar sus pasos, acercándose hasta mí. Volví a cerrar mis ojos, haciéndome la dormida.

El lado de la cama en el que me encontraba, cedió.

Abrí lentamente mis ojos, Nick se había sentado junto a mí. Lo miré, siendo una gran sonrisa en su boca lo primero que vi.

Moví mis ojos, analizando su aspecto. Tan sólo vestía unos bóxer grises, el verlo de esa guisa hacía que mi corazón se acelerara. No podía evitar que me atrajera tanto.

- ¿Qué hora es?-pregunté adormilada, mientras rascaba mis ojos.

Debía hacerle creer que estaba dormida, en el momento que él se encontraba al teléfono. Lo que ocurriera, quería que me lo contara por sí mismo, no por someterlo a un tercer grado con mis preguntas.

- Son casi las once y media-acarició mi rostro.

- Vaya, hemos dormido bastante-me incorporé, quedándome sentada, y estiré mis músculos.

- En realidad, la que ha dormido has sido tú-tocó con su dedo índice la punta de mi nariz. Mis ojos se movieran hasta el centro poniéndome bizca.

Regresé mis pupilas a su mirada, mirándolo con desconcierto.

- Me desperté al poco tiempo, he estado trabajando desde el salón-colocó uno de los mechones de mi cabello tras mi oreja-Se te veía tan cansada que no quise despertarte-sonrió.

Cogí una de las almohadas que tenía a mi lado y se la tiré a la cara.

- ¡Debías haberme despertado!-dije molesta y algo avergonzada.

Ya me imaginaba dormida como un lirón, con la boca abierta y cayéndome babas por la comisura, toda una estampa para que este perfecto hombre la contemplara.

Saga White. Perdóname.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora