Capítulo 16.

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Ya estamos de nuevo por aquí con un nuevo capítulo de nuestro querido White. Aunque este está más centrado en Ruth. 

Capítulo dedicado a Aura, que se lo prometí jejejeje así que aquí lo tienes preciosa.

Lo dicho, os dejo con el nuevo capítulo. Concretamente el 16.

Becky Towers

El frío aire que salía de los respiraderos del coche hacía que mis lágrimas se congelaran sobre mi piel.

A pesar de estar secándolas a cada momento, mis ojos no paraban de llorar. La nariz se me había congestionado, lo que se me hacía una tarea imposible el poder respirar por ella, teniendo que utilizar la boca para ello. Por consiguiente, la garganta se me resentía también con el aire acondicionado. Todo era un círculo vicioso, de una manera u otra empeoraría mi salud. Debía tener las amígdalas como dos bolas de golf.

Eché el cuerpo hacia delante y cerré los respiraderos del coche. Prefería pasar calor que congelarme por dentro. 

Charlie no tardó ni cinco minutos en recogerme en el sótano del hotel. En ese lugar no había periodistas que me esperaran.

Pasé todo el camino mirando a través del cristal de mi ventana. Escondida tras mis gafas de sol, no quería que nadie se diera cuenta de mi tristeza aunque mi roja nariz me delataba. Parecía el reno de Santa Claus, Rudolph.

Los clínex no dejaban mis manos. O secaban mis lágrimas, o sonaban mis fosas nasales o simplemente se retorcían entre mis dedos hasta que terminaban destrozados.

Observaba a la poca gente que había por las calles. Aún hacia bastante calor para pasear o simplemente salir de casa. Por ello no había demasiado gentío por las aceras de la ciudad.

Mi amigo había intentado en varias ocasiones entablar una conversación, pero esta vez no tenía ganas de hablar ni con él ni con nadie. Estaba pagando los platos rotos de Nick, pero no podía evitarlo, lo último que necesitaba era a alguien diciéndome que me había advertido sobre Nick, que me haría de nuevo daño, patatín patatán. Sólo quería llegar a casa y meterme en mi cama, olvidándome del mundo.

Esperé a que fuera Charlie el que abriera la puerta del apartamento. Dejó que pasara yo primero.

En cuanto puse el primer pie dentro del piso, Lon salió en mi encuentro ladrando. Pasé rápido por su lado, dirigiéndome a mi habitación en cuanto estuve en ella cerré la puerta tras de mí.

Me despojé en un instante del uniforme, dejándolo tirado en el suelo.

Deshice la cama, tirando las sábanas hacia detrás dejándolas arrugadas a los pies. Me eché en ella. Tomé la almohada y la coloqué a mi lado, abrazándome a ella.

Por mi cabeza no paraban de pasar imágenes de la discusión con Nick. Me dolía en el corazón que él no creyera mi palabra. También me reñía a mí misma por lo dura que había sido con él, pero nuestra relación no avanzaba, si él no tenía intención de ofrecerme la protección que yo necesitaba, no tenía sentido continuar juntos.

Esta vez sería diferente, todo lo era. No regresaría a él y tras las puñaladas que yo también le había dado, dudaba que quisiera volver a por mí. Esto se había acabado.

Finalmente, sin recordar cuanto tiempo, el sueño terminó venciéndome entre sollozos.

La semana pasó sin recibir noticias de Nick.

Saga White. Perdóname.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora