Capítulo 19.

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Ea! Ya estoy de nuevo por aquí, jajajaja. Nuevo capítulo recién salido del horno, jijiji. No estoy muy convencida de él, pero bueno...espero que a vosotr@s os guste, que es para quién lo escribo.

Tengo que avisar, que pasado mañana empiezo a estudiar por lo que puede ser que el final de esta segunda parte tarde en escribirse, aunque intentaré hacerlo cuanto antes que si no después me agobio, me centro en escribir y no estudio y no puedo perder otro año jajaja. Así que, tened paciencia si tardo en subir...que el final llegará y después la tercera parte jajajaj.

En fin, que os dejo aquí el nuevo capítulo. Ya sabéis votad y comentad.

Besitos.

Becky Towers

Me levanté corriendo de la cama, dirección al cuarto de baño. Como no fuera más deprisa, terminaría ensuciando todo el suelo del pasillo.

En cuanto llegué me arrodillé junto al inodoro, abrí la tapadera y dejé que todo lo que tenía en el estómago saliera por mi boca.

Sentía como la bilis que subía por mi garganta, quemaba las paredes del conducto. La quemazón era insoportable. Nunca aprendería a beber, aunque cada vez que lo hacía era porque mi ánimo estaba por las nubes.

Tras echar hasta mi primera papilla, dejé apoyada la cabeza sobre el mueble del lavabo, mientras las piernas las tenía estiradas y colocadas a ambos lados del inodoro.

Cerré los ojos, intentado serenarme y así poder recordar todo lo ocurrido la noche anterior o más bien desde la tarde del día anterior.

Charlie me encontró en el baño, sí eso si me acuerdo, justo cuando se me estaba pasando por la cabeza volver a autolesionarme. Tras eso, me obligó a comer lo que había preparado.

Luego se le metió en la cabeza el salir a tomar algo, por lo que me obligó a arreglarme. Sin muchas ganas, ya que mi estado de ánimo no estaba para fiestas, me vestí para salir con Charlie. Decidí ponerme aquel vestido rojo que llevé la noche que Nick me invitó a cenar, más bien me obligó a cenar con él. Me traía buenos recuerdos de aquella noche. De él. ¿Dónde estaría? ¿Y cómo estaría? Desde que discutimos no había sabido nada de él. Ni llamada, ni mensaje. Parecía como si se lo hubiera tragado la tierra. Tal vez, se haya olvidado de mí y yo llevara razón, no me quería lo suficiente como para luchar por lo nuestro. Para ser sincera, yo tampoco tenía fuerzas ni para luchar por él ni para luchar por nada. Si Charlie no me hubiera detenido…lo habría hecho, sí. Habría terminado por fin, de una vez por todas con esta mierda de vida. Con esta falsa vida que intentaba llevar como si fuera una completamente normal. Todo era una mentira. Mi vida era una farsa.

La puerta del baño se abrió, apareciendo Charlie en el interior.

Abrí uno de mis ojos mirándolo.

-          ¿Qué? ¿Resaca?-su sonrisa burlona me repateaba. Apoyó su cuerpo en el marco de la puerta, mientras no me quitaba ojo de encima.

-          ¡Vete a la mierda!-masajeé mis sienes para intentar aliviar el fuerte dolor de cabeza que tenía.

-          Anda, levántate-ordenó mi amigo mientras me tendía su mano para ayudarme a levantarme del frío suelo.

-          Acepté su mano, levantándome con un solo tirón. Desde luego, este chico era fuerte ya que yo no puse de mi parte para que me levantara.

-          Me miré en el espejo. ¡Madre mía! Daba miedo, mi aspecto era espantoso. El pelo estaba completamente alborotado, veremos a ver cómo iba a peinar ese desastre, con lo que odiaba que se me enredara… Antes de acostarme no me había desmaquillado, por lo que mi cara era una mezcla de diferentes tonos de negros y grises.

Saga White. Perdóname.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora