Capítulo 10.

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De nuevo por aquí, con el castigo que Nick le tenía preparado a Ruth. Me ha costado escribirlo la verdad...me llevado casi una semana jajajaja. Pensaba publicarlo el miércoles (que por cierto es mi cumple), pero lo acabo de terminar y ya quiero compartirlo con vosotras.

Espero que os guste.

PD: Capítulo con contenido sexual. No recomendado para menores de 18 años, si lo lees no me responsabilizo.

PD1: Este capítulo se lo dedico a mi Ezti, que creo que aún no te había dedicado uno y este es de los que te gustan jajaja.

Lo dicho, aquí os lo dejo.

Becky Towers

Me quedé sin respiración cuando Nick abrió la puerta de la suite. Se encontraba con el torso al descubierto, vistiendo tan sólo los pantalones del traje que llevaba puestos cuando entró en el hotel.

Quedé bloqueada en la entrada. Mis pies no reaccionaban, ni para delante ni para detrás. Tuvo que ser Nick el que cogiera mi mano y me hiciera entrar en la habitación.

-       Parece que nunca me has visto desnudo-comentó entre risas. Se cachondeaba de mi reacción al verlo. Lo miré haciéndome la enfadada.

Dejé el macuto que llevaba sobre el sofá de la sala de estar de la habitación.

-       ¿Tú ves normal abrir la puerta así?-lo señalé-¿Y si no hubiera sido yo?-me crucé de brazos, frunciendo el ceño,  continuando con mi supuesto enfado.

-       Pues quién fuera se alegraría la vista, como tú-seguía con su risa.

-       Muy bien, la próxima vez abriré yo la puerta con sólo un tanga ¿te parece?-lo provoqué.

Su risa desapareció de golpe y yo tuve que aguantar no empezar a carcajearme de él.

-       Ni se te ocurra-dijo con autoridad.

-       Ya veremos…-le desafié.

Quité el sombrero de color beige que llevaba puesto

-       Estuvo bien tu idea de ocultarme con esta ropa.

Tras dejar la recepción y dirigirme al vestuario, encontré en mi taquilla un macuto con ropa en su interior. Nick me la había dejado para que me cambiara en uno de los servicios del hotel y saliera sin el uniforme, resguardada bajo el sombrero y unas gafas de sol. Por suerte, de camino a la suite no me crucé con ningún trabajador.

-       Tú querías discreción y yo cumplo tus deseos-me agarró por la cintura, atrayéndome a su pecho, y me besó. Ya había quedado olvidado el pique sobre enseñar el pecho al siguiente que llamara a la puerta.

-       ¿Y qué haces aquí?-pregunté mientras sus manos bajaban hasta reposar sobre mi culo.

-       Quería verte, además que mejor manera de celebrar mi libertad que contigo-sonreí.

Junto a él era todo tan ideal. Se desvivía por mí y a pesar del error que cometió, no paraba de demostrarme que me amaba, igual o más, que yo a él aunque no se lo confesara.

Se separó de mí y se dirigió hacia el baño de la habitación.

A su regreso, se había deshecho de los pantalones, andaba descalzo y llevando puesto un albornoz blanco. En sus manos llevaba otro.

-       Es una pena que tengas que quitarte este vestido, es tan bonito-dijo meloso, mientras tiraba del cuello del vestido.

Miré mi vestido. Tendrá cara, si lo ha elegido él, claro que le parecía bonito, aunque era cierto, era precioso.

Saga White. Perdóname.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora