Buenas noches!!! Ya estoy de nuevo por aquí. Perdón por tardar tanto, pero este capítulo es importante y no quería que saliera un churro. Aún así, tampoco me convence del todo pero espero que a vosotr@s sí, que es para quién lo escribo y vuestra opinión es la que cuenta para mí.
Sin más rodeos, aquí os dejo el capítulo 20.
Besitos
Becky Towers
Introduje unas monedas en la ranura de la máquina expendedora que se encontraba en el pasillo del hospital.
Pulsé el botón del agua, haciendo que cayera al depósito de la zona inferior de la máquina.
Me agaché, cogiendo la botella de la bandeja.
Mientras caminaba hacia la zona de ascensores, comencé a girar el tapón de la botella para abrirla. Usaba toda mi fuerza para poderla abrir, pero no había manera. El nerviosismo que invadía mi cuerpo, a causa de la situación vivida hacía pocos minutos, hacía que mis dedos no quisieran hacer caso a las órdenes que le emitía mi cerebro “gira el tapón”.
Volví a intentarlo sin lograrlo. Me estaba empezando a enfurecer con una estúpida botella de plástico.
Me senté en una de las sillas de plástico que había en la zona de ascensores.
Solté mi bolso y la botella en el asiento de al lado mío y apoyé la cabeza sobre mis manos.
Tenía que analizar toda la escena. Tras encontrarme con su mirada, mi cuerpo entró en estado de shock. Lo último que esperaba era encontrarme con él, aquí, junto a mi madre como si fuera el hijo perfecto. Como si él, fuera su hijo.
La mirada despectiva que mi madre me dedicó tampoco me pasó desapercibida, y sus palabras recriminando mi presencia menos aún.
Ni un beso. Ni un “hija, te he echado de menos”. Nada. Tampoco tendría que sorprenderme, ella siempre había sido así de fría. ¿Acaso creía que podía haber cambiado en estos cuatro años? Y el verla, tan agarrada de su “yerno” menos debía pensar que podría haber cambiado. Seguía siendo una egoísta, importándole sólo la reputación.
Pero lo que más me molestaba, conmigo misma, era las mariposas que había sentido en el estómago al verlo. No debería haber ocurrido, yo tenía que odiarlo. El ocultarme de él, había sido por todo el daño que me estaba haciendo y ahora, me lo reencuentro ¿y siento mariposas? Esto no podía estar pasando.
Si además, le sumamos la opresión que sentí en mi pecho y que me puse nerviosa, al tenerlo de nuevo tan cerca, hacia que mi cabeza estuviera hecha un lío tremendo.
- Toma-levanté levemente la cabeza, encontrándome la botella de agua abierta justo delante de mí.
- Gracias-dije, agarrando la botella con mi mano y levantando la mirada.
Mi mano se paralizó, haciendo que la botella cayera al suelo y salpicara todo de agua.
Ni me inmuté, a diferencia de Rubén que pegó un salto hacia detrás. Creí escuchar alguna maldición, pero incluso mis oídos habían entrado en shock. Todos los ruidos a mi alrededor se escuchaban lejanos.
El único sentido que creo que funcionaba era la vista, porque hasta el gusto se había resecado. Ahora sí que necesitaba el agua.
Mis ojos seguían clavados en él, que se intentaba quitar las gotas de agua que habían caído sobre los bajos del pantalón y sus zapatos.
Lo observaba con cautela, esperando su siguiente movimiento por si en algún momento debía pedir ayuda.
“¿De verdad crees que puede hacerte algo aquí? ¿Rodeado de gente?” era listo, nunca había hecho nada delante de los demás. Al caer en ello, mi cuerpo se relajó pero seguía alerta.
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Saga White. Perdóname.
RomanceTras la primera parte Saga White. Enamórame, os traigo la continuación. Ruth se aleja de Nick, igual que hizo de Rubén. Huye de nuevo para olvidar el daño que este nuevo hombre, el cual se había metido bajo su piel, le había hecho sin piedad. Nick i...