Venticinco; comer hasta reventarte

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 — ¿Por qué? —fue todo lo que pudo decir Irina mirando a Natasha Sharipova pavoneándose alrededor como la abeja reina que era. Karina se encogió de hombros a su lado y le ofreció un trozo de chocolate que ella comió con cara de tragedia —De tantas personas que hay en esta ciudad ¿Por qué tenía que ser Natasha? Digo, pensé que estaba saliendo con Jennifer Krauss, la hermana de Julian.

—Incluso dejó que le patearan el trasero por Jennifer—apuntó Karina y ella asintió de acuerdo.

— ¿Cuándo demonios ocurrió eso? Ni siquiera sabía que se hablaban —dijo Irina haciendo puchero, Karina se volvió a encoger de hombros —él se está vengando por lo de Graham.

— ¿Qué hay con Graham? —Irina se tensó y Karina lo noto, después de todo ella la conocía mejor que nadie. Irina se encogió de hombros para aliviar la tensión en ellos y luego puso el puño contra su b oca mientras tosía incontrolablemente, tal vez Karina se olvidaría de la pregunta —No te hagas la tonta.

—No estoy haciendo nada —dijo ella pero Karina la miro fijamente sin dejar de comer su chocolate, honestamente esa mirada te llegaba al alma — ¡No me mires así! Gustav solo está molesto porque estoy pasando más tiempo con su hermano que con él.

— ¿Por qué estas pasando tiempo con Graham? Pensé que se odiaban o algo así —Irina soltó un largo suspiro y le do una mala mirada a Karina.

— ¿Por qué todo el mundo simplemente asume cosas de mi y los gemelos? No, no odio a Graham y no, no tengo nada con Gustav.

—Bueno lo de Gustav es obvio, amiga —dijo ella señalando a Natasha con su barbilla quien reía a la distancia con sus propias amigas, probablemente contándoles todos los detalles de su relación con Gustav, Irina hizo una mueca y le robo otro pedazo de chocolate a su amiga —Sin embargo, tu y Graham siempre han sido totalmente opuestos.

—Pues últimamente me cuenta más cosas que Gustav —dijo ella frunciendo el ceño luego ambas levantaron cuando sonó la campana y caminaron dentro de la institución para empezar sus clases.

—Igual no creo que sea todo lo que haya pasado entre tú y Graham o si no, no estuvieras tan tensa y Gustav tan molesto contigo —Irina se quedo de piedra en medio del pasillo mientras Karina le daba una de sus usuales sonrisas tranquilas y seguía caminando hasta el aula de Ingles. Irina maldijo entre sus adentros y la siguió con el corazón corriéndole a toda velocidad, ella lo sabia ¿Era tan obvia?

El resto del día paso rápidamente, Irina evito hablar o mirar a Karina con éxito, cuando sonó la campana de salida ella casi por inercia empezó a caminar al campo de futbol junto a la escuela y se detuvo a medio camino recordando que ya no estaba en el equipo, se giro y dio pisotones hasta la salida mientras veía a Natasha caminando con su bolsa de deportes hacia el campo. Irina estaba mas allá de la irritación, estaba definitivamente molesta con todo y con todos ¿Por qué Natasha siempre tenía que ganar en todo? La odiaba a ella y al estúpido imbécil que se hacía llamar su "mejor amigo"

Para cuando ella llego a su calle estaba casi viendo rojo mientras los pensamientos en su cabeza volaban repitiéndose cada pocos segundos, ella miro la hora en su celular y calculo que el imbécil debería estar en su casa después de la práctica de futbol para ducharse y probablemente salir con su nueva novia así que camino directamente a la puerta trasera de los Stepanov.

Graham estaba holgazaneando en su habitación o más bien solo estaba sentado en su cama mirando el techo y sintiendo que sus días se iban por el drenaje al igual que su vida entera. Honestamente esta última semana sin hablar con nadie estaba volviéndolo loco, al menos antes Irina intentaba hablarle la mayoría de los días y Gustav se obligaba a sí mismo a hablarle un par de horas al día para hacerlo sentir menos solitario pero ninguno de los dos estaba hablando con él. Fue entonces cuando escucho el escándalo en la planta baja, sabía que no eran sus padres porque ambos estaban trabajando todavía así que por primera vez en la semana salió de su habitación para encontrar la ridícula escena en la sala: Gustav estaba a medio vestir sosteniendo solo una toalla en sus caderas mientras esquivaba una furiosa Irina que lo golpeaba con un cojín mientras le gritaba.

Ciento un RazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora