treinta y seis; sacar la nota máxima en un examen

2.4K 261 15
                                    

—¡Adiós chicos! —ambos despidieron a Karina con la mano mientras subía al auto de su hermana mayor, Irina y Graham comenzaron a caminar de vuelta a sus casas, eran veinte minutos de caminata pero les daba un tiempo a solas para hablar entre ellos, de cierto modo sus caminatas siempre resultaban ser terapéuticas.

—¿Te ha gustado? —preguntó ella, él asintió sonriendo -Es algo muy hermoso ver a todos esos niños siendo tan felices, de cierta forma me brindan esperanza ¿sabes? Aún con sus limitaciones son los niños más felices que he visto.

—También los más hiperactivos —dijo él pasándose la mano por el cabello, ella se encogió de hombros.

—Solo algunos. Realmente te hace pensar ¿no crees? Si esos niños aún con sus limitaciones pueden ser felices ¿por qué nosotros no? Lo tenemos todo Graham; salud, juventud, posibilidades —él hizo una mueca.

—Algunos más que otros —ella negó con la cabeza.

—Los obstáculos los creas tú mismo aunque sea difícil para ti entenderlo —explicó ella —tienes todo un mundo de posibilidades y lo único que hace falta para alcanzarlas es tener fe en ti mismo, creer que puedes lograrlo, una vez que lo creas el mundo será tuyo y de verdad espero que algún día te des cuenta de eso.

—Gracias —murmuró él. Irina vio emocionada como sus mejillas se tornaban rojas y quiso molestarlo pero prefirió no atosigarlo.

—Nos graduamos en un par de semanas, por fin nos liberaremos de los idiotas con los que compartimos clases, bueno, tú más que yo —dijo ella pero él no parecía tan entusiasmado —¿Qué pasa?

—No es nada —ella alzó una ceja a modo de interrogación como él siempre hacía, lo vio luchar contra el impulso sobre si decirle o no pero al final suspiró con derrota —Bueno, he estado fallando en un par de clases y el director tuvo una junta con mis padres y dice que si no paso los exámenes finales probablemente no me graduare.

—¡¿Qué?! —gritó ella llamando la atención de unos cuantos transeúntes -¿Por qué no sabía nada de esto? Eres un idiota.

—Lo siento —murmuró él pero ella estaba muy molesta y no lo escuchaba.

—¿Cómo es posible? Y yo como una tonta llevándote a fiestas y voluntariados ¡Deberías estar estudiando ahora mismo! —Graham se cubrió cuando ella empezó a darle golpes en el brazo —Más te vale que apruebes esos exámenes finales Graham Stepanov ¡Con la máxima nota!

—¿Cómo piensas que haré eso? —preguntó él y ella cruzó la calle a paso firme hasta una cafetería, él la siguió.

—Por supuesto, te ayudaré pero primero necesito cafeína y mucha azúcar —siseó ella con furia, él parecía algo perdido pero como todo con Irina solo se dejó llevar porque de cualquier modo él iba a hacer lo que ella quería.

Una vez que consumieron suficiente azúcar ambos se encaminaron en silencio a su calle, Irina le indicó a Graham que fueran a su casa para estudiar el resto de la tarde, él se encogió de hombros importándole poco el lugar, saludó a los padres de Irina con la mano y ambos subieron al segundo piso. Inmediatamente ella dio vueltas por el cuarto murmurando para sí misma mientras tomaba lápices, marcadores, hojas de papel, post it de colores y algunos de resaltadores.

—Pareces emocionada —dijo él y ella le sonrió encogiéndose de hombros.

—Siempre lo estoy —respondió alzando una ceja y él no pudo evitar reír un poco —Para cuando terminemos tal vez alguno de los dos sepa algo de química.

—¿Y así piensas enseñarme? —se burló y ella soltó una risa —No tienes que hacerlo.

—Podría ser una razón —dijo ella tratando de animarlo, él rodó los ojos.

Ciento un RazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora