cuarenta y dos; almuerzo familiar

2.4K 254 3
                                    


Al día siguiente Irina encontró a Graham paseando a Cookie en el patio delantero, ella se acerco y por supuesto, Cookie la vio antes que su dueño y salió corriendo a su encuentro.

–Hola, bola de pelos –ella le sonrió y la acaricio mientras gimoteaba a sus pies, pronto vio los zapatos de Graham frente a ella así que se irguió y prácticamente se lanzo sobre él, suerte que Graham tenia reflejos rápidos y la atrapo levantándola un poco del suelo–Hola, novio.

–Hola, novia –ella sonrió y lo alcanzo para darle un beso largo y lento que la tenia doblando las puntas de los dedos de los pies –Deberías saludarme así todos los días.

–Anotado –dijo ella con una sonrisa luego movió los pies en el aire – ¿Vas a bajarme?

– ¿Tengo que hacerlo? –ella se encogió de hombros.

–En algún momento te vas a cansar –él rodo los ojos y la bajo al suelo donde inmediatamente la tomo de la mano para llevarla a su casa –Mis padres quieren invitarlos a almorzar.

– ¿En serio? –Ella asintió –No lo sé, papá no ha sido él mismo ésta semana. La verdad me siento un poco culpable.

– ¿Por qué? –ella lo detuvo en la entrada de la casa y él suspiro mirando la puerta luego se dio la vuelta y la atrajo hacia él para darle un abrazo, Irina rodeo su cintura con los brazos y le beso el hombro.

–Porque me haces feliz –dijo él sin ninguna advertencia y ella sintió como todo en su interior se volvía liquido, sin embargo no dejo de abrazarla o de acariciar su cabello –y me siento un poco culpable por ser tan feliz mientras mi madre nos abandonó y él está en la ruina.

–No estoy segura si ella los abandonó o no, tal vez vuelva –él se separó un poco para mirarla y hacer una mueca, ella rodo los ojos –de todas formas, no es saludable sentirnos culpables por las cosas buenas que nos pasan, entiendo que estas en una situación difícil pero nadie puede evitar sentirse de alguna manera solo para complacer a los demás, es imposible.

–Lo sé –ella alzo una mano y le acaricio la mejilla con cariño, empezaba a crecerle algo de vello facial así que le raspo un poco. Él cerró los ojos y se dejo acariciar.

–También me haces feliz –él abrió los ojos y de alguna forma la mirada tan fija que le dio con esos ojos grises la pusieron tímida –muy feliz.

–Me alegro –dijo él acercándose para besarla justo cuando la puerta se abría y Gustav ponía cara de asco.

– ¿Podrían no hacer eso en mis narices? –se quejo y Graham la beso solo para molestarlo, Gustav les paso por un lado mascullando para sí mismo –Son asquerosamente cursis.

– ¡Oye! –Irina se separo de Graham justo antes de que Gus se subiera a su auto – ¡Tenemos un almuerzo familiar, te quiero ahí a tiempo!

– ¡Si mamá! –gritó antes de subirse al auto, ella le saco el dedo medio él sonrió haciendo lo mismo antes de irse.

–Es un imbécil –dijo mirándolo desaparecer en la siguiente esquina, Irina se giro hacia Graham que le daba una pequeña sonrisa divertida –Dijiste que ibas a enseñarme a conducir a Betty.

– ¿Lo hice? –Ella le dio un empujón y él rió –No lo sé, no me veo convencido de dejarte tocar a mi mujer.

– ¿Tu mujer? –él se encogió de hombros.

–Ella estuvo primero ¿Qué puedo decir? –ella abrió la boca sorprendida y le dio otro empujón pero inmediatamente lo acerco y le estampo un beso que él acepto gustoso –Vas por buen camino.

Ciento un RazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora