treinta y uno: hablar de tus problemas

2.2K 258 12
                                    

Hola! Aquí estoy reportandome y dejándoles éste cap que he hecho con mucho amor y avisándoles de una vez que no si pues seguir subiendo capítulos al menos hasta el fin de semana por la universidad.
En fin, capítulo dedicado a fernandarago gracias por tus comentarios ❤❤

Al día siguiente Irina salió temprano a la escuela, inmediatamente se topó con Gustav succionándole la cara a Natasha, ella rodó los ojos y en silencio pidió que alguna profesora llegara tarde y los viera.

—Hey —saludó a Karina quién le sonrió de una manera extraña —¿Qué te pasa?

—¿Puedo preguntarte algo? —Irina asintió y ambas empezaron a caminar hacia sus salones —¿De verdad no te interesa Julian?

—Pues no, creo que eso fue bastante obvio por mi locura con Graham ¿no? —Karina asintió distraídamente, también se estaba comiendo las uñas, algo que hacia cuando estaba ansiosa —Habla.

—Como que Julian y yo nos hemos mandado algunos mensajes y... ¡Me invitó a salir! Ya, lo dije —Irina soltó una carcajada que no pudo evitar, su amiga le dio un golpe en el brazo.

—¡Au! Lo siento pero ¿eso es lo que te tiene tan nerviosa? Por favor Kari, eso es genial —ella le dio un abrazo a su mejor amiga —de verdad que estoy muy feliz por ti.

—No te precipites que solo es una cita —Irina rio nuevamente y movió las cejas.

—Quiero que recuerdes tus palabras cuando ya sean pareja —la risa cesó cuando Natasha apareció por el pasillo y pasó junto a ellas golpeando el hombro de Irina con demasiada fuerza —¡Fíjate por donde vas! ¿O es que la idiotez de Gustav se pasa por la saliva?

—¿Eso no lo sabrás tú? Seguro que en algún momento te confundiste de gemelo o solamente te gusta pasar entre ellos como si nada, al menos eso es lo que creo que hacen las zorras necesitadas —Irina sentía como se le calentaba la sangre, la mitad de las chicas del pasillo ya se habían detenido a ver la confrontación.

—Cariño, creo que cada persona que haya entrado temprano se dio cuenta de quién es la necesitada —Natasha se acercó un paso haciendo puños con sus palmas, Irina la conocía lo suficiente para saber que se estaba molestando mucho.

—Solo estás celosa de que al final yo consiguiera al chico ¿Desde cuando lo estás intentando, cariño, desde los ocho? Patética —Irina resoplo y se dio la vuelta para irse —Supongo que para una perdedora como tú es mejor la segunda opción, el hermano lúgubre y suicida desesperado por algo de atención.

Ciento un RazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora