Día número ocho

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Pareja: Bombbles.

8.

Aquél niño había llamado enormemente su atención luego de verlo con esa hermosa rosa en la mano.

¿Habría sido para su mamá? ¿Su abuela? ¿Su tía? ¿O quizás para una noviecilla de por ahí?

Nunca supo para quién era, cuando lo vió estaba profundamente dormido.

Suspiró, quizás nunca lo volvería a ver.

O eso creía hasta que vió una rosa justo frente a sus ojos.

–Hola, señorita. ¿Me quiere comprar una rosa?– le sonrió.

–¿Una rosa?– entonces... ¿No era el príncipe que ella imaginó? ¿Ese que estaba repleto de modales?

–Sí. Mamá está siendo operada ahora mismo y necesitamos dinero... Ande, por favor, compreme una.

–¿No eres muy niño para vender cosas en la calle?

–Nunca se es ni tan pequeño ni tan grande si quieres ayudar.

–Dame cinco rosas...

–¡Genial, muchas gracias señorita! ¡Ahora podré pagar el último remedio de mi mamá!– Bubbles quizo llorar. Ese niño se veía tan feliz...

Y ese brillo en sus ojos la dejó cautivada. Sabía que nunca se olvidaría de él.

20 años más tarde

La joven de cabellos rubios sonrió a todas las cámaras mostrando con orgullo su último cuadro, el mejor de toda su carrera: un vendedor de rosas, llorando de la felicidad con un brillo indescriptible en sus ojos. 

Ya estaba el primer paso: dar a conocer el rostro que seguía en sus pensamientos.

–Recurro a este medio para que por favor hagan viral este cuadro. Es alguien que conocí de niña, y la verdad me gustaría preguntarle muchas cosas...

–¿Que significa su cuadro?

–¿Por qué está sonriendo y llorando a la vez?

–Su cuadro tiene un aura depresiva y otra de alegría, ¿Por qué?

Miles de preguntas no dejaron que continúe con su discurso.

Bubbles calló, dejando que todas las preguntas surgieran sin tener una respuesta.

Al cabo de unos minutos ya nadie preguntaba nada, por lo que se acercó el micrófono y suspiró.

–Gracias por su silencio, ahora... Diré la historia de ese cuadro cuando sea el momento. Todavía, no sé el final y quisiera contarla de forma completa. Muchas gracias por su cooperación– sonrió y se fue, dejando a todos con miles de preguntas en la punta de la lengua.





2 meses más tarde un hombre llamado Butch envió un e-mail a la cuenta de la pintora.

Querida Bubbles Kotokuji:

Sepa el honor que tengo al informarle que el del cuadro, es mi hermano.
Mi hermano Boomer Him.
Agradezco enormemente que, no solo le compró aquellas rosas, si no también hizo un precioso cuadro en su honor.
Puedo presentarle a Boomer si lo desea, pero debe saber dos cosas:
1) Es esquizofrénico.
2) Está en un psiquiátrico.
Queda a su elección la visita.
Aquí tiene mi número de teléfono si desea ir de igual manera:
+6789173618277
Sin más que decir, me despido cordialmente.

Butch Him.











Por fin había llegado ese día. Vería a ese niño que la había cautivado en su momento cuando era una niña.

Pero, ¿cómo comenzaría la visita? ¿Se presentaría? ¿Le iba a sonreír?

En lo único que podía pensar era en sus preciosos ojos azules.

Esos que justamente la estaban mirando.

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n/a: dos días !!! Vamos a ponernos al día en cualquier momento😌 (ojalá)

30 días de azúcar, flores y muchos colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora