Día número quince

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Pareja: Blitz y Bell.

Día del profesor.

15.

Hacía tanto tiempo que estaba enamorada de su compañero de trabajo que pensó que ya no podría aguantar más. Su corazón palpitaba sin parar cuando lo veía, o cuando simplemente hablaban sobre él.

¿Por qué él estaría con ella? Era una simple ordenanza que apenas le alcanzaba para comer, mientras que él era el profesor mejor pagado de la universidad.

Pero, ese día era especial.

Había ahorrado durante semanas para comprarle un regalo digno de aquél profesor de matemáticas.

Pedía horas extra, atendía a veces la fotocopiadora, la dibujaban en la carrera de artística... Hizo miles de puestos esas semanas, y esperaba que él haya visto todo ese esfuerzo.

Estaba asustada.

¿Y si él no recibía el regalo? ¿Y si no le gustaba?

Bueno, ni siquiera era su compañero de trabajo. No era profesora, ni secretaria.

Nunca la había tratado mal. La trataba mucho mejor que todos los demás, entonces... ¿Por qué estaba tan asustada?

Blitz salió de su clase sin ningún regalo, como ella creyó que lo vería. Creyó que se perdería entre tantos que recibiría, porque él era un profesor excelente.

Cuán equivocada estaba.

Se sonrojó terriblemente. Estaba tan nerviosa que ni siquiera se había peinado. ¿Cómo diablos pretendía ir a darle un regalo en esas fachas?

Suspiró, al parecer no le daría su regalo.

–Bell, ¿Cómo estás?

Blitz estaba justo delante de ella.

No tenía suerte para nada. Ni siquiera podía dar un regalo.

–Y-yo, eh... Blitz... Regalo... No...

–¿Que?

–Yo... ¿Cómo está señor Blitz?

–Oye, ¿Acaso se me adelantaron las fechas?

–¿Qué? ¿Por qué?

–¿Es San Valentín?

–No.

–¿Entonces para quién es ese regalo?– preguntó el joven.

–Eh... Yo...

–¿O acaso es para mí por ser el día del profesor?

Si ya estaba sonrojada, ahora el cuádruple.

No contestó.

>>Ay, Bell. Ven aquí.

La abrazó.

Me gustas Bell.




30 días de azúcar, flores y muchos colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora