Habían pasado dos horas desde que mi turno había comenzado y sin duda el nuevo vestido que me había regalado Liz era claramente más cómodo que el de ayer.
La música sonaba por toda la zona del bar, haciendo que incluso me perdiera a ratos, aunque Liz no me lo echaba en cara.
Por el local habían pasado bastantes inquilinos, tanto nuevos como los que me comento mi ''jefa'' que eran los habituales.
-Anda querida, hazme el favor de recoger esos vaso de ahí -me pide con amabilidad Liz.
Yo obedezco como si en parte fuera una máquina, y en verdad ayudaba bastante su trato cariñoso, un trato que irónicamente no había podido experimentar hasta que llegué aquí.
En varios sentidos... por mucho que odiara admitirlo.
Entonces, un golpe en la mesa provoca que me ponga alerta.
Veo un chico alto, moreno y con ojos azul claro. Nunca había visto semejante mirada...
Sin embargo, se le notaba malhumorado, cabreado con todo y con todos, y eso en cierta manera me intimidaba.
Intenté ignorar ese malestar que sentía al mirarle debido a que tenía la sensación de que me encontraba frente a un tigre que podía arrancarme la piel a tiras si me atrevía a realizar cualquier movimiento.
-Cuánto tiempo sin verte, Donovan. Es raro no tenerte por aquí sin que estés purulando alrededor de la Condesa -le habla Liz al chico.
-Cállate y sírveme algo -responde de forma regia.
Bajo de las escaleras y me acerco para ayudar a Liz con el cóctel.
Mi pulso tiembla delante de este hombre y no soy capaz de reaccionar a tiempo a las órdenes de mi jefa, que a su vez hace que mis nervios aumenten.
-¿Por qué estás tan nerviosa, monada? Ni que te hubiera comido la lengua el gato... ¿O acaso esas reacciones son por mí? -dice Donovan, posando su mano encima de la mía.
-¡En realidad ella es la gatita! -grita Tristan desde las escaleras.
Intento separar mi mano de la de Donovan, siendo un esfuerzo inútil. Me tiene aprisionada, pero no sé cómo no siento ningún dolor, solo presión.
-¿No notas que la estás molestando, juguete roto? Además, no sería la primera mujer que te rechaza esta semana, ¿no? -sigue hablando Tristan.
Donovan se levanta con furia, agarrándole del cuello de la camisa y provocando que la espalda de Tristan choque violentamente encima de la barra, rompiendo vasos y botellas.
Liz inmediatamente procede a separarles, y yo sin pensarlo dos veces intento soltar a Donovan de Tristan, gritando una y otra vez para que paren.
Iris sube al bar cuando oye todo los gritos y golpes.
-¡¿Qué es todo este jaleo, Dono?! ¡Si te ve la Condesa se va a enfadar contigo!
Donovan, quien estaba siendo sujetado por Liz y por Iris se aparta con fuerza de ellas, mirando a la recepcionista con especial desprecio.
-¡Eso no te importa, Iris! Pero ahora voy a seguir tu consejo y me marcharé de este sitio para no ver a este gilipollas -contesta Donovan.
-¡Ven aquí si tienes tantos cojones como aparentas, muñequito! -grita Tristan forcejeando para intentar liberarse de mi agarre.
-Nos veremos de nuevo, monada -me susurra Donovan, provocando que Tristan se enfade todavía más.
No pudo volver a pegar a Donovan puesto que Liz e Iris me ayudaron a contenerlo hasta que salió del hotel.
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Eternidad (Tristan Duffy y tú) AHS Hotel
FanfictionEvelyn Blake es una chica que decide huir de su pequeño pueblo a Los Angeles. Sin embargo, no tiene los suficientes ahorros para alquilar ningún apartamento, por lo que el destino la acaba llevando a hospedarse en el hotel Cortez. Todo cambiará cuan...