Capítulo 20: Los 10 Mandamientos.

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Me desperté en los brazos de Tristan, tal y como había sido costumbre desde casi el principio de mi estancia en el hotel Cortez.

La discusión del día anterior todavía me dejaba perpleja, con algo de temor por nuestro futuro. ¿Acaso era como una de esas novelas donde los amantes eran condenados a tener un final desafortunado?

Ése fue el caso de mis padres...

Me levanto pronto, a pesar de que no tengo que trabajar. Había quedado con Auria y el señor March en el pasillo de mi habitación para hacer los preparativos del ritual.

Doy un beso en la frente a Tristan y salgo de mi habitación, donde me encuentro a esta extraña pareja.

-¿Estás preparada, Evelyn? -me pregunta la meiga.

-Preparada, no sé. Dispuesta, desde luego.

-He de advertirle, pequeña Evelyn, que a partir de ahora todo va a complicarse más de lo que ya estaba. Todo esto tiene un riesgo muy grande -me advierte el señor March.

-Lo sé, pero si es la única manera de salvar a mi madre, que así sea. No voy a permitir que otro de mis padres sea torturado hasta la muerte, la de verdad al menos.

Ambos asienten y caminan hacia el ascensor.
Salimos del ascensor a una planta que nunca había visto. Leo los números... 56... 58... 60... 62...

64.

El señor March abre la puerta y veo una habitación con muebles sobrios, de madera oscura a juego con la moqueta que adornaba todo el hotel.

Entonces el señor March toma un libro de una de sus estanterías, lo abre y se lo entrega a Auria.

-¿Qué hace un libro como éste en la habitación del señor Lowe?- Pregunto.

-Antes que la habitación de John, es mi despacho, dulce e inocente Evelyn. Ahora que sabes la verdad sobre John, ¿de verdad crees que le dimos esta habitación sin ninguna intención oculta?

Patrick March se dirige a una pared, la cual se abre y deja a la vista una imagen grotesca que me revuelve las tripas.

-Ésta es mi obra, joven. Cuando sea terminada demostrará que Dios no es nadie, y que soy mucho más poderoso que él. Tengo poder sobre la vida y la muerte, ésta es mi prueba...

No se que decir. Nunca había visto un cadáver tan cerca... o partes de uno.

Auria se acerca, intuyendo que es demasiado para mí.

-Es bastante... explícito el mensaje, señor March.

-Me agrada que lo comprendas. Solo lo habéis entendido vosotras y John, sois asombrosas.

-¡Por favor, señor March! No diga esas cosas o le perderé el respeto -dice Auria, mirando hacia otro lado, avergonzada.

¿Qué habrá ocurrido para hacer que Auria se sonroje?

-Mira -me dice Auria intentando cambiar de tema, mostrándome una página llena de dibujos rúnicos- El ritual es bastante sencillo. Solo debes verter algo de tu sangre sobre un trozo de madera de los muros del hotel y sobre un brebaje que prepararé yo. Entonces entrarás en trance y superarás una prueba. No se en que consiste exactamente... nadie ha vuelto de ella... Tienes que estar muy segura de ésto porque tu jodida conciencia puede quedar suspendida de por vida.

-Ya te lo he dicho, correré ese riesgo -lee reafirmo por enésima vez.

-Pues sin más dilación podemos retirarnos. Tengo varios asuntos que discutir con mi meiga...

Eternidad (Tristan Duffy y tú) AHS HotelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora