Capítulo 2: Ascensores

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No sé cuánto tiempo ha pasado desde que he caído en brazos de este desconocido.

No sé si la gente a nuestro alrededor está hablando, recogiendo todo lo que he debido tirar al resbalar o simplemente miran en silencio.

¡Ni siquiera sé si he sido capaz de decirle algo!

Desde el instante en el que nuestros cuerpos se han rozado, no he recordado ni mi propio nombre.

Me ha atrapado este extraño de una manera que jamás había experimentado.

Y juré que nadie me atraparía.

-Evelyn, ¿te encuentras bien, no te has hecho daño? -me dice John, despertándome de repente.

-Así que Evelyn... bonito nombre, pero gatita te queda mejor -me dice el desconocido.

-Por favor Tristan, ten un poco más de respeto por nuestra invitada -pide Liz.

-No lleva aquí ni dos horas y ya la estás acechando como un animal -inquiere Sally mientras el tal Tristan me ayuda a levantarme.

-Haré como que no te he visto mover el vestido -dice Tristan con un tono acusador.

-¿Cómo que mover el vestido? -pregunto preocupada.

Están insinuando que por su culpa casi me mato, y ella está sonriendo, como si esta situación la divirtiera.

-Ni te molestes en preguntar por cosas que no tienen respuesta -me dice John con un tono confidente.

-Creo que has tenido demasiadas emociones por hoy. Puedes tomarte el resto del día libre -me dice Liz Taylor.

Sin decir demasiado me despido con un gesto de mano y camino hasta el ascensor.

Antes de que las puertas tuvieran la oportunidad de cerrarse Tristan se cuela dentro.

-Hola... -le digo sonrojándome levemente, sin entender exactamente el por qué.

-Tranquila, que no muerdo... al menos en ascensores -me responde con un tono coqueto.

Le miro nerviosa. 

Este tipo es muy extraño, y no entiendo como puede provocar que me cohíba de esta manera ante él sin ni siquiera conocerle.

-Vaya, eres muy tímida... -me dice acercándose peligrosamente.

-¿Qué estás haciendo? -pregunto alarmada hasta que mi espalda choca violentamente con la pared del ascensor.

-Nunca he conocido a alguien tan diferente. Lo he sabido en cuanto te he mirado a los ojos -responde apoyando sus manos en la pared, posando su frente en la mía, teniendo que agacharse por la diferencia de altura.

-No entiendo que estás haciendo, pero deberías parar... -le digo intentando mirar a otro lado.

Él toma mi barbilla con su mano derecha, obligándome a mirarle. 

-Déjate llevar, no es bueno reprimirse gatita.

Entonces se muerde los labios, intentándose contener...

-Tú eres el que se está aguantando por alguna razón, Tristan -le recrimino susurrando.

Él posa sus labios repentinamente, comenzando una batalla por controlarme, la cual estaba ganando.

Yo nunca había besado a nadie... ni siquiera había estado tan cerca de ningún hombre. Es más, apenas había tenido contacto con personas.

Sin embargo, me estaba entregando a un desconocido.

Eternidad (Tristan Duffy y tú) AHS HotelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora