Capítulo 6: Proposiciones indecentes.

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Mis dedos se enredan alrededor de la copa que Liz Taylor me acaba de servir. Yo procedo a beberme el tequila como si de un chupito se tratara, sin ni siquiera pestañear.

-Cuidado chica, como bebas así me vas a dejar sin existencias -me advierte Liz.

-Deberías hacerle caso, monada... Por la forma en la que bebes se diría que nunca has probado una gota de alcohol -me dice Donovan.

A continuación aparta la copa de mí de un movimiento y juro que si hubiera pestañeado, me lo habría perdido.

-Vaya... un hombre que retira la copa a una mujer, ¿dónde quedaron los hombres que animaban a beber para luego aprovecharse de ellas?

-Te necesito sobria, no ebria, bombón.

-¿Y ahora cómo voy ha olvidarme del día que llevo, Don ApartaCopas?

Él se inclina hasta mi oído y posa su mano en mi hombro. Giro ligeramente mi cabeza en su dirección, mostrando mi interés.

-Tengo muchas maneras de hacerte olvidar... -se levanta de la mesa y me tiende una mano- Ven conmigo, y te mostraré Los Ángeles como nunca lo verás...

Al principio dudo debido a que era una invitación demasiado directa. Puede que sea casta y pura, pero no estúpida y sé cuando un hombre insinúa ciertas cosas.

Pienso en Tristan, y en todo lo que ha ocurrido antes en mi habitación. Revivo mis sentimientos de rechazo y enfado, por lo que me dispongo a hacer una locura.

Acepto su propuesta, tomando su mano y siguiéndolo fuera del hotel.

Y así Donovan y yo fuimos de turismo nocturno por la ciudad, que debido a que era Halloween estaba llena de luces y decoraciones de temática terrorífica.

Donovan tenía razón cuando dijo que no iba a ver esta ciudad igual con alguien más, ver a gente disfrazada y calabazas en las puertas no ocurre todos los días.

Entonces vemos una tienda de disfraces abierta, lo cual me parece una gran idea para la gente que no tiene traje hasta el último momento.

Miro el escaparate asombrada, pero cuando me giro hacia mi acompañante observo que me está sonriendo maquiavélicamente.

-Se me ha ocurrido una gran idea... -dice Donovan, agarrando mi mano y obligándome a entrar en la tienda.

Intento resistirme, pero es inútil, es cien veces más fuerte que yo.

Yo me quedo mirando en una esquina algo atemorizada, nunca había tenido la oportunidad de disfrazarme.

Donovan observa la tienda con interés, mirándome de vez en cuando, supongo que para imaginar cómo me quedarían los disfraces o cuál es mi talla.

Finalmente descuelga uno de la percha y me lo muestra, provocando que me ruborice al momento.

Era un disfraz de ángel, con un vestido blanco de encaje que tenía unas mangas parecidas a las que se pueden encontrar en kimonos o trajes medievales. Los hombros estaban al descubierto pero el largo del vestido lo compensaba.

No tuve más opción que entrar en el probador y ponérmelo. 

Tras vestirme, salí del mismo, encontrando a Donovan vestido de diablo, con una camisa negra abierta y pantalones ajustados del mismo color. Incluso los cuernos y cola de diablo eran de color negro.

Me observa interesado, revisando mi vestuario de arriba a abajo, provocando que me ruborizara levemente.

-Te queda exactamente como pensaba, monada. Nos lo llevamos -dice Donovan.

Eternidad (Tristan Duffy y tú) AHS HotelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora