Capítulo 22: El ritual.

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La muerte de Donovan no había dejado indiferente a nadie. Sin embargo, la Condesa había escapado, y no sabíamos si iba a ir contra Iris y Liz o se marcharía sin más.

Lo que tenía claro, era que debía realizar el ritual para salvar el alma de mi madre, ahora más que nunca.

Me había convertido en una infectada completa... Sería mucho más fácil que sobreviviera.

Tristan y yo buscamos a Auria en la habitación de John Lowe.

Les encontramos haciendo un círculo con tiza y poniendo velas blancas alrededor de él.

-No... Tiene que ser más centrado. Así...-dice Auria, dibujando ella una guía para March.

-Lo siento, querida, lo mío son los sacrificios, no los rituales.

-¿Qué haríais sin mí?

-Sufrir toda la eternidad, pero ahora estás aquí, mi meiga...

-¡Vale! -grito para que se percaten de nuestra existencia- Antes de nada, tenemos un ritual que hacer.

-Lo sé, sino estaría en mi habitación haciendo algo productivo...

-¿Y qué debo hacer?

-Sientate en el centro del círculo, entonces te daré un brebaje, pronunciaré unas palabras y te quedarás inconsciente. Cuidado con no perderte por los ahí, o no podrás volver a tu cuerpo.

-Todo entendido.

Me siento y hago exactamente lo que Auria me pide. Bebo la poción y me tumbo. Entonces, según dice las palabras mágicas en su lengua nativa, noto como mis ojos se van cerrando, sin olvidar que Tristan está tomando mi mano.

Unha filla quere liberar a súa nai.
Unha filla quere liberar a súa nai.
Necesitas a forza que os seus medos poden darche.
Vencelos e terás a clave.
Unha filla quere liberar a súa nai.
A maldición romperase se supera a proba.
Pura anima in infernum descende.

Entonces, mi cuerpo pierde todo su peso, solo siento cómo respira en otra parte, lejos de mí.

Abro los ojos, pero no soy capaz de ver nada. La oscuridad me envuelve, me siento perdida. ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora?.

Intento levantarme, pero un peso me lo impide. Esa sensación la reconocería en cualquier parte, y el sonido metálico me lo confirma.

Vuelvo a tener exactamente los mismos grilletes que me aprisionaban cuando vivía en aquel maldito pueblo. Así que, realmente era mi infierno personal, ¿verdad?

Oigo las voces de alguien al otro lado. Un hombre le está gritando a alguien...

No puede ser... ¿he vuelto al momento en el que mi padre seguía ahí?

Tengo que salir, pero no veo nada... No veo ninguna escapatoria.

Los latigazos resuenan por todo el calabozo. Empiezo a entrar en pánico.

Revivo de golpe todos los años de tortura que sufrí. Puede que a mí me diera igual que me hicieran daño... pero a mi padre no. El sonido de su voz cada vez que le herían era insoportable... y estoy volviendo a escucharlo.

Eternidad (Tristan Duffy y tú) AHS HotelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora