Hijas De Mafiosos *PAUSADA*

16

Sonreí, definitivamente él no se lo esperaba. Pase por su costado sintiendo su mirada sobre mí, y entre en la cocina donde me encontré con Faiga. 

-Si señorita, ¿Qué desea? - inclino un poco su cabeza y al levantarla de nuevo evito mirarme los ojos,  a veces me incomodaba que se comportaran así, pero hoy lo deje pasar. 

- Podrías darme una copa con vodka, por favor. - asiente y se acerca a la heladera para sacar la botella de cristal con el delicioso contenido, yo me apoyo en la mesa y veo cada uno de sus movimientos, apoya todo en la mesada y sirve en la copa lo que le pedí. A continuación corto una rodaja de limón y se lo coloco de decoración. 

-¿Algo más? - pregunta amablemente mientras me la entrega. 
-No por ahora. - contesto y me retiro, pero en medio camino me encuentro con cierta persona. 
-Con que las hijas de los Wagner son las Fischer. - dice con un tono que no logro identificar.
- ¿Sorprendido? - pregunto y llevo la copa a los labios para tomar su contenido.
- Bastante sinceramente. - admite y luego murmura algo que no logro escuchar. Fuimos hacia la sala, me incliné para dejar la copa vacía en la mesa de madera y al levantar la vista descubrí a Key con sus ojos oscurecidos mirando fijamente mis atributos, en este momento muy al descubierto por el pijama y su corte en v. Sonreí para mis adentros, pero aún así tosi para llamar su atención.

- Mi cara está arriba. - para mi sorpresa se sonroja un poco, pero luego sonrió pícaramente.
- Nunca quise ver tu cara, amor. - enarco una ceja, iba a replicar pero interrumpieron. 

- Señorita, la llaman el la oficina de su padre. Y a usted también señor. - dice Bluma apareciendo de la nada.

-Bien, gracias. - asiente y se retira, observo unos segundos a Key y luego sin decir nada subo las escaleras dirigiéndome a la oficina de papá.  Escuchaba los pasos del niño seguirme, pero no me gire. No dijimos nada mientras subíamos los dos pisos por las escaleras de madera. Al estar frente de la puerta simplemente pase, interrumpiendo la seria charla que tenían los Salvatore, junto a mis padres, mis hermanas y más personas que no reconocía. 

-Por fin llegan. - dice London mirándome con una cara pervertida, rodé los ojos y me senté en la única silla libre.   

-¿De qué hablan? - pregunté. 

-Sobre el tiroteo que nos agarro por sorpresa en la fiesta especialmente dedicada a mis hijas. - dice mi progenitor con notable molestia en su voz, mamá le acaricia el brazo. - Por suerte logramos capturar a uno, y tu América - la señala - iras a sacarle información. - Mer asiente. - Bien, eso es todo jóvenes. Pueden retirarse, los demás quédense, necesitamos hablar de algo. 

Pov América 

Salgo de la oficina y me dirijo a mi habitación por medio de las escaleras, si iba a torturar a alguien procuraría no hacerlo en pijama. Eso sería totalmente extraño.  Llegue a mi alcoba y entre cerrando la puerta detrás de mi. Me acerque al armario y de dentro saque un conjunto que constaba de unos pantalones deportivos negros y un suéter parecido a un crop top color negro también. (Obviamente me iba a poner corpiño por debajo), y cambie mis pantuflas por unas zapatillas y salí. 

Escuchaba voces abajo, pude reconocer la de mi hermana y la de Key, respecto a ellos fue sorprendente verlos juntos, ya tenía material para burlar a París. 

- La que se prepara. - dice París, pongo los ojos en blanco. 

- Voy bajando. - Les aviso y me voy a una puerta que conducía a otra habitación con escaleras que llevaban a esa zona de tortura. Sonreí cinicamente mientras pensaba en un y mil maneras de hacerle hablar.  Escuchaba unos sonidos raros mientras me acercaba a la entrada de la mini cárcel. Al entrar, en medio de la sala se encontraba el hombre, sentado en una silla con grilletes en las manos y en los pies. Tenia puesto un bozal en la boca, con razón los sonidos, y una cinta negra en los ojos para impedirle que viera.  Me acerque a él, se tenso y soltó de nuevo esos extraños sonidos. Con cuidado le quite la venda de los ojos y le sonreí, el en cambio me miro con miedo.