Pov América
Estaba despierta y aburrida, así que decidí ir de compras.
Me puse lo primero que encontré: un conjunto de top y pollera negra. Encima me puse un campera de jean sencilla y agarre mi bolso antes de salir de mi habitación.La sala estaba totalmente vacía, así qué no me detuve a saludar a nadie. Afuera los guardias de seguridad seguian serios, impasibles, sin moverse. Cómo estatuas.
Pase por delante de ellos y me subi al Mercedes fucsia. ¿Fucsia? Pues sí, fucsia. Hipotéticamente, es un regalo de mi abuela a London, pero ella no está y nunca lo uso. Así que me encargue de ello.
Me subí a esta maravilla y la encendí para luego estar viajando a gran velocidad. No me llevo más de diez minutos estar frente a uno de los shoppings más grandes de esta ciudad. La gente miraba curiosa el auto y cuando yo salí, las miradas se multiplicaron.
No baje la mirada, ni me sentí incómoda. Al contrario, lo disfruté y disfrute ver las miradas envidiosas de las mujeres que no podían tener lo que yo sí. Quizá sone como una maldita perra, es más, a veces suelo serlo. Pero, ¿Por qué culparme? Si fui criada así.
En cada una de las tiendas que visitaba había algo que yo ya tenía, por lo que me decidí por tres conjuntos de tres tiendas diferentes.
El primero se trataba de un pantalón palazzo color rosa palo con un top normal blanco; el segundo, era un conjunto de shorts y top, ambos de encaje. El último era una enorme campera rosa chicle de Gucci -a juego con una cartera idéntica en color - qué me llevo un pedazo del alma conseguirla. Esa campera era la última y había una gran multitud de mujeres peleándose por conseguirla, pero yo me la quede al ofrecer mil dólares más de lo que costaba.Entre al auto con las bolsas y conduci al Starbucks más cercano. Se me antojaba un frappé de mucho chocolate y quizá algo de café.
Estacione frente a un parque lleno de niños y baje sacando solo mi celular -Tenía cincuenta dólares en el escote-y camine hacía la entrada del café. No estaba muy lleno, por lo que lo agradecí mentalmente y me acerque a una de las empleadas que tenía el pelo teñido de un muy fuerte azul.
La mujer que parecía tener unos veinte y pico de años me miro coquetamente, yo hice mi pedido y antes de entregarmelo escribió una nota y la puso entre las servilletas. Pagué y me fuí al auto.
Si, le pagué con el billete de mi escote y pareció emocionada por eso. Deje mi comida en el asiento del copiloto y agarre la nota.
Me reí, ¿qué mierda?.
- ¿América? -preguntó una voz bastante conocida, arrugue la hoja y la tiré al suelo del auto. Me di vuelta y me encontré con Edik.
-¡Oh!, Hola. -sonreí.
-¿Cómo estás?- preguntó con una sonrisa coqueta que ignore.
-Bien. -Me metí al auto o eso intente cuando sentí que me agarraba del antebrazo. -¿Qué quieres?
-Solo intento hablar con mi cuñada, ¿No te puedo invitar a comer?- dijo como si fuera lo más obvio.
-¿Cuñada? - fruncí el ceño. - Ni siquiera son algo legalmente. -Enarco una ceja y se acercó a mi. Demasiado.
-Ya lo veremos.., te veo esta noche a las diez en el restaurante Lorenz Adlon Esszimmer.- Susurro tan cerca de mis labios que creí que me besaría. Pero se alejó y yo quedé confundida y culpable.
Subí al auto, la paz que sentía por mis compras se había desvanecido tan rápido como una bala de última tecnología perforar un cuerpo. Mire el delicioso batido agarrado por mi delicada mano derecha y luego lo tire al tacho. Necesitaba un trago.
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Hijas De Mafiosos *PAUSADA*
Ação✴ Pd: Prohibida la reproducción, traducción, adaptación,total o parcial de la obra. Sujeto a Derechos de Autor. ♣♠♣ #160 - 11/12/17 #133 - 14/12/17 #88 - 04/01/17 #95 - 05/01/18 #59 - 31/01/18 #56 - 11/02/18 #49 - 21/02...