Grace Collins es una chica de 19 años que vive con su madre, una mujer alcohólica y drogadicta que la trata a su antojo. Pero todo cambia cuando decide venderla con un hombre llamado James Hiddleston. Él es un delincuente muy adinerado.
Después de...
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Es la primera vez que despierto con Adam. Estoy en sus brazos. Volteo a verlo y sigue dormido. Luce tan perfecto, sus ojos, sus labios, todo él. Le doy un leve beso en los labios, pero luego comienzo a agitarlo y lentamente abre los ojos. Me mira y sonríe.
-¿Cómo te sientes? -pregunto.
-Bien, eso creo.- responde.- ¿Cuánto dormimos?
-Mucho, ya es tarde.
-No siento el tiempo cuando estoy contigo.
-Adam.-le hago mala cara.
-¿Qué? Sólo digo la verdad.
-Como sea, ¿ya no te duele la pierna?
-Créeme, ni siquiera la siento.
-Como lo siento, en verdad.
-Tranquila, aunque debo decirte que no me habían asustado así en mi vida. No es de todos los días que alguien te despierte apuntándote con una pistola.-ríe.- Fue extraño.
-Tenía que averiguar por qué...espera, ahora sí me vas a explicar todo.
-¿Explicar qué?
-¿Por qué quieres matar a James?
Adam pone los ojos en blanco.
-Joder ¿no te queda claro? No quiero matarlo.
-¿Y por qué el sobre?
-Antes tienes que decirme que fue lo que viste ahí.
-Sólo el expediente de James.
Adam suspira aliviado.
-James me lo pidió, esa es la verdad.
-¿Cómo sé que no mientes?
-No hay razones por las que quiera matarlo.
-Sí hay.
-¿Cuál?
-Tú quieres que sea tu novia ¿no? pero sabes que James no nos dejará jamás.
Adam comienza a reír.
-Eso no es verdad, yo te quiero y enfrentaré cualquier cosa.-hace una pausa.- Entiéndelo, Grace, yo no quiero matar a tu padre, primero que nada, no te lastimaría de esa forma.
Sus palabras son sinceras, lo puedo ver en sus ojos.
-De acuerdo.-digo.- te creo.-Adam sonríe.
-Gracias, preciosa.- me toma de una mejilla y me besa.
-Adam, me besaste.
-Creo que sí, ¿acaso no te gusta?
-Sí, es solo que...
-Vamos.-me interrumpe.- Te encanta que lo haga.
Doy un suspiro y vuelvo a acostarme a su lado. Tiene razón, me encanta, no entiendo por qué actúo de esta forma. Volteo hacia el buró y veo la foto de su familia. Quizá pueda preguntarle sobre ellos. La tomo y miro a Adam.
-¿Son...tus padres? -pregunto.
Adam da un suspiro y toma la foto en sus manos.
-Sí.-dice serio.
-¿Dónde están?
-Ellos...murieron.
-Lo...lamento, yo no sabía.
-Tranquila, no importa.- Ve la foto y sonríe.- Él era mi hermano.-señala al chico de la foto.- Su nombre era Oscar, siempre discutíamos de pequeños, pero cuando creció se empezó a alejar mucho de nosotros, ya no era él mismo, pero en fin... lo extraño, no sólo a él, sino también a mis padres, se llamaban Nancy y Joe.
-¿Y...qué pasó? Claro, sí tú quieres decirme.
-Fue un accidente automovilístico.
-Adam, ¿Por qué no decidiste ser algo mejor que...un delincuente? Por tu familia.
Adam me mira serio.
-Sólo pasó, Grace, una vez que entras ya no puedes salir.
-Lo sé, pero quiero decir, tú pudiste haber decidido antes.
-Ya no puedo arreglar nada, lo hecho...hecho está.
Me quedo seria un momento. Creo que mejor no debí de haber preguntado sobre eso, quizá lo hice recordar cosas que no quería. Bueno, en realidad a nadie le gustaría recordar la muerte de sus padres. Me levanto de la cama y veo a Adam.
-¿Qué pasa? -pregunta.
-Me iré a mi habitación, he estado todo el día aquí.
-Se supone que me cuidarás ¿no?
-Sí, pero necesito mi tiempo. Cualquier cosa que necesites me llamas.
-Te necesito a ti.
-Adam, hablo en serio.
-Yo también.
Doy un suspiro.
-Adiós, Adam.
Voy hasta él y le doy una caricia en su cabello. Me acerco lentamente para poder besarlo dulcemente. Después de un rato me levanto y sonrío.
-Es justo lo que quería.-dice Adam.
-Ahora que estás bien me voy.-sonrío y comienzo a avanzar hasta la puerta.- Ah...otra cosa....-lo miro.- Yo también te quiero.- me dedica una hermosa sonrisa y salgo de la habitación.
