Grace Collins es una chica de 19 años que vive con su madre, una mujer alcohólica y drogadicta que la trata a su antojo. Pero todo cambia cuando decide venderla con un hombre llamado James Hiddleston. Él es un delincuente muy adinerado.
Después de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya lo veía venir. Aún sigo preguntándome cómo puedo ser tan estúpida. Pero vamos, no puedo contra él. Su mirada, sus besos, sus caricias. Todas éstas me hacen caer fácilmente. ¿Existe alguna chica que pueda resistirse a Adam Driver? Apuesto que no. Y si la hay, necesito encontrarla, y preguntarle cómo es que lo hace.
Ya ni siquiera me siento ebria, no sirvió de nada. Descanso mi cabeza en la almohada, y me acurruco en un rincón de la cama. La misma cama en la que Adam y yo estuvimos a punto de volver a hacer el amor... ¿Hacer el amor? Para mí lo es así, pero para él es sólo tener sexo. Soy sólo otra chica que pasó por su cama.
Recuerdo las miles de veces que me repetí, una y otra vez, que jamás me acostaría con Adam. Que no me enamoraría de él. Estúpido corazón, estúpido amor, estúpido Adam, estúpida vida. ¿Por qué tenía que ser él de quien me enamoré? ¿Por qué tan sólo no fue otro chico? Uno bueno, romántico, que me amara de verdad. Dicen que las cosas pasan por algo, seguro esto es para aprender a no creer en cualquiera que me diga 'Te amo'
Tomo mi celular de una mesa de noche que se encuentra a un lado de la cama. Lo desbloqueo y me doy cuenta que ni siquiera he cambiado mi fondo. Es una foto donde Adam y yo nos besamos, todo parece tan real, parece que en verdad me ama. Mis ojos se ponen húmedos y comienzan a derramar lágrimas. Maldita sea, me prometí no volver a llorar por él, pero no puedo evitarlo... Es parte de mí. Lo amo, aunque sea incorrecto.
Entro al álbum de fotos, tengo cientos de fotos de Adam conmigo, me tomaría una eternidad borrarlas todas. Pero debo hacerlo, tengo que dejar de lastimarme viéndolas. Tomo el camino fácil y formateo la memoria del celular. Ahora no queda nada más de él aquí.
Accidentalmente oprimo un botón de llamadas realizadas. Tengo una entrante y varias perdidas de James, otras realizadas a Bruce. Oh, tengo el número de Bruce, ni siquiera lo había notado. Una llama mi atención, es un número desconocido. No recuerdo haberla realizado.
A mi cabeza llega el recuerdo de esa balacera. Adam me pidió mi celular para llamar a alguien. Seguro es a esta persona. ¿Sería buena idea averiguar quién es? Quizás sí.
Llevo mi celular a mi oído. Lo único que escucho son los timbrazos, en espera a que esa persona responda mi llamada. Entonces, al cuarto responde.
-¿Bueno?... ¿Adam? –pregunta una voz llena de confusión. La conozco... ya lo había escuchado en otra parte. No le respondo -Soy John. ¿Eres tú?
-No... lo siento. Número equivocado.
Cuelgo el celular y lo arrojo a la cama. ¿Era... John? ¿El mismo John que conocí hace rato en el bar? Su voz era tan parecida... ¿Por qué Adam lo llamó?
Escarbo en mi cabeza, hasta por fin recordar en dónde lo había visto. Fue en esa balacera, pero él... era un policía... un oficial. ¿Por qué Adam le llamó a un oficial? Vamos, Grace, quizás lo estoy confundiendo... hay cientos de John's. No puedo sacar cuentas yo sola, tengo que hablar con Adam.