Grace Collins es una chica de 19 años que vive con su madre, una mujer alcohólica y drogadicta que la trata a su antojo. Pero todo cambia cuando decide venderla con un hombre llamado James Hiddleston. Él es un delincuente muy adinerado.
Después de...
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Este olor. Estoy completamente segura de que si me vendaran los ojos y me trajeran aquí, adivinaría inmediatamente que se trata de un hospital.
Este tipo de lugares me trae malos recuerdos; como cuando James venía a hacerse pruebas. Pensar en eso hace que inmediatamente se me haga un nudo en la garganta.
Adam rodea mis hombros con su brazo y me besa la sien.
-Sé lo que estás pensando –dice en voz baja.
Una mujer vestida de blanco y con una cofia del mismo color, se acerca a nosotros leyendo una tabla que tiene en sus brazos. Parece que apunta algo. Cuando termina levanta la mirada y nos observa.
-¿Son ustedes familiares del paciente...-mira su tabla nuevamente y luego levanta la cabeza- Oscar Driver?
-Soy su hermano –responde Adam inmediatamente.
La mujer sonríe.
-Pueden pasar, él los espera. La habitación es la 1215.
Adam asiente con una sonrisa y toma mi mano para que lo siga.
No había visto a Adam tan emocionado hace tiempo. Creo que yo estaría de la misma forma si estuviera en sus zapatos.
Intento seguir su paso, pero algunas personas que se atraviesan hacen que me detenga. Adam nota mi ausencia y me espera con una sonrisa. Al fin cuando las personas han dejado de atravesarse, corro a su lado y vuelvo a tomas su mano con fuerza.
-No te separes de mí.
Asiento y camino a su lado con mi mano bien sujeta a la de él.
Después de mirar varios números de habitaciones finalmente encontramos la 1215. Adam se ve nervioso. Seguro no ha visto a Oscar desde ese día.
Le doy una pequeña caricia en la mano para intentar relajarlo y creo que lo logro.
Pone una mano sobre la perilla, la gira y finalmente abre la puerta con cautela.
Observo al hermano menor de Adam acostado en la cama con la sábana hasta los hombros. Tiene la mirada vacía, pareciera que está absuelto en su mundo.
-Oscar –dice Adam con ímpetu.
Él se sobresalta y se sienta en la cama, para luego dirigir su mirada hacia nosotros. Su mirada ya no está vacía, ahora se ve contento, muy contento.
-¡Adam! –exclama lleno de felicidad.
Adam suelta mi mano y corre hasta su hermano para abrazarlo, al parecer, con muchas fuerzas. Oscar cierra los ojos y sonríe mientras abraza a Adam. Me gustaría poder incluirme en ese abrazo, pero es un momento de hermanos, ahora son sólo ellos dos.
-Oscar...-Adam acaricia su cabello. Parece que está sollozando- Te extrañé tanto, hermanito...
