Parte LXXI: No me importa morir, si la razón es por ti

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Me gustaría poder decirle algo, pero simplemente las palabras no salen de mi boca

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Me gustaría poder decirle algo, pero simplemente las palabras no salen de mi boca. Sigo perpleja, con el corazón latiéndome violentamente y esposada a un tubo de metal. Su mirada me recorre completamente, me pregunto si es porque tiene mucho sin verme o si se está asegurando de que estoy sin ningún rasguño.

La cara de Harrison cambia de colores, primero rojo, luego morado. Al cabo de un rato cierra sus ojos. Adam se da cuenta y lo tira al suelo. Creo que ahora está... muerto.

-Dios mío –jadeo, aterrada.

Adam mira a Harrison y guarda su pistola. Ahora él está jadeando. Da un paso largo y evita a Harrison que está –aparentemente- muerto en el suelo. Me mira antes de acercarse a mi por completo. Había olvidado cómo eran sus ojos.
Trago. Adam ya está frente a mí.

-¿Estás bien?

Asiento. No, en realidad no estoy bien. Estoy asombrada de volver a verte.

-¿Cómo... cómo supiste donde estaba?

Adam comienza a buscar las llaves de las esposas en todos los cajones.

-Supuse que te traerían aquí –dice, sin voltear a verme.

¿Lo supuso? Ahora, no sé qué preguntarle. Tengo miedo. Encuentra un aro de metal con cientos de llaves. Mierda, esto llevará tiempo.

-¿Pero qué carajo? –Sisea, está desconcertado- ¿Cómo se supone que sabré cual es la llave?

Frunce el entrecejo y comienza a intentar abrir con una. Falla. Lo intenta con otra y de igual forma falla. Unas gotas de sudor empiezan a recorrer su frente. Se ve desesperado.

-¿Por qué haces esto? –le pregunto.

Se detiene un momento y me mira como si hubiera dicho algo muy estúpido. ¿Lo hice?

-¿No recuerdas mi promesa?

Sus palabras llegan a mi cabeza inmediatamente 'Te dije que siempre te protegería y siempre lo haré. Ahora te prometo que no te abandonaré. Lo prometo.'

Me quedo callada. Él vuelve a intentar buscar la llave correcta para liberarme.
Resopla con frustración. Ahora tengo tantas preguntas que hacerle, pero creo que no es el momento indicado para hacerlo.

Un hombre de cabello rubio entra y mira a Adam extrañado. Reacciona al ver a Harrison en el suelo. Saca un arma de un lado de su cintura y le apunta a Adam. Por suerte, él reacciona primero y lo mata.

-Mierda –masculla.

Vuelve a tomar el aro de llaves y sigue intentando.

-Adam, vete. Vete antes de que te maten.

Se detiene y vuelve a mirarme. Entrecierra los ojos.

-¿Estás loca, acaso? No te dejaré, ¿es que no lo entiendes?

Negocios Miserables {Adam Driver}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora