Capítulo 36

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-No tienes que venir conmigo.

-Te llevaré en la Suburban.

-No vendrás conmigo.

-Queda una hora. Vámonos ya.- Taylor tomó mi mano y colgó mi mochila en su hombro. Todos los demás tomaron sus celulares, quienes caminaban en modo zombie, tanto, que podía ver como chocaban unos con otros para caminar hasta nosotros. La noche anterior insistieron tanto en quedarse en el departamento a dormir y ahora entendía el por qué.

-Oh por Dios. No pueden estar pensando en venir todos.- Los miré a cada uno esperando que fuera una broma, pero por desgracia, no, no era una broma. -Tienen que estar bromeando.

-Si no te das prisa llegaremos tarde.- Matt revolvió mi cabello, sonriendo. Aparte de Nash y Taylor, era él único que estaba consciente.

-"Llegarás". No conjugues el verbo "llegar" a plural. "Llegarás". El "llegarás" especifica que llegaré sooo-laaa. Sin naaa-dieee. ¿Por qué? Porque pienso ir sola. Sin ninguno de ustedes.- Le arrebaté la mochila a Taylor y caminé hasta el comedor, agarrando las llaves del departamento. -Pueden quedarse aquí flojeando todo el día hasta que termine mi turno en la noche, si quieren, pero no vendrán conmigo.- Caminé hasta la puerta y faltando tres malditos centímetros para agarrar el pomo, siento que alguien toma mi brazo y comienza a halarme.

-Esa no es un opción. Iremos todos.- Taylor me miraba serio. Vaya, jamás lo había visto así. Me está dando algo de miedo.

-¿Por qué?... Por Dios, son clases. No iré a presentarme ni a modelar. Sólo comienzo el pregrado.- Me crucé de brazos frunciendo el ceño.

-Da igual, cerebrito. Todos iremos. Deberías empezar a acostumbrarte porque dudo que sea la última vez.- Añadió Gilinsky bostezando. Lo miré enojada viendo como apoyaba su brazo en el hombro de Johnson -quien también estaba adormilado- y alzaba sus manos a la altura de su pecho. -Sólo digo.

-Ustedes deberían estar durmiendo. Son las seis de la mañana y es lunes... Dios, ahora que lo digo suena horrible. No quiero madrugar todo un jodido año.- Susurré lo último y rasqué mi frente exasperada. -¿No piensan dejarme tranquila, verdad?- Los chicos negaron a lo que simplemente suspiré. En realidad, era algo estúpido discutir con todos. Son nueve simios contra mí, no tenía nada a mi favor. -De acuerdo...- Todos chocaron los puños contentos, y dormidos. Dormidos y contentos, jsjs. Espero ver que les pasa cuando caigan en cuenta que deben madrugar todos los días si insisten tanto, supongo que con eso reaccionarán y será la única manera de que me dejen tranquila.

¡No me juzguen! Es el estrés pre-académico...

Ni siquiera estoy segura de que eso exista. En fin..

Salimos del departamento, yo quedándome al último para asegurar la puerta del departamento. Caminamos hasta la Suburban donde se acomodaron todos. Taylor de piloto y Cam de copiloto, Nash, Matt y Hayes en la segunda fila, Carter, Aaron, Gilinsky y yo, quien iba en las piernas del moreno íbamos en la tercera fila, y al pobre de Johnson le tocó ir en el maletero por ser el más pequeño y el que cabía ahí. Aunque realmente la más enana era yo, pero ninguno quiso dejarme ir atrás, así que obligaron a mi pobre rubia.

Todos iban conversando, llevábamos en el auto aproximadamente quince minutos y ya comenzaba a aburrirme, así que decidí molestar a alguien.

-¡Aaron!- Grité quitando un auricular de su oído haciéndolo asustar. Reí al ver como se puso pálido. -¡Ay que lindo!- Apreté su mejilla y coloqué el auricular en mi oreja. -¿Qué escuchas?- No se escuchó nada unos segundos y luego Hurt People de los Jacks se reprodujo.

-¡Súbele a esa madre, esa me gusta!- Le arrebaté el celular apretando la tecla de volúmen alto. Todos se giraron a verme, quizás por el grito, quizás porque no entendieron nada de lo que dije, quién sabe...

-¿Qué está escuchando?- Alcancé a escuchar a Hayes, viéndome bailar raramente la melodía de inicio de la canción.

-Hurt People...- Respondió Aaron y un "Oh no..." colectivo retumbó en la Suburban.

-¡Cállense!- Comencé a cantar la letra pronunciando el inglés terriblemente mal. De la misma forma que lo hacía antes de aprenderlo. Canté hasta que Gilinsky terminó el coro. -Aún me pregunto que tipo de pacto con el diablo hiciste para rapear así...- Me quejé volteando a mirar a Johnson y comenzando a moverme extraño por la emoción del comienzo del rap. Díganme que no soy la única a la que le emociona escuchar esa parte de la pista... -¡Okay, I'm sick of the games...! ¡I'm sick and I feel like I'm wastin' my time...!- Vale sí, es la única parte que puedo cantar. Luego comienzan las invocaciones de Jack y no puedo seguirle el hilo.

-¡Aaron! ¡Quítale el auricular!- Volví a escuchar, esta vez por parte de Cam cuando comenzaba nuevamente a cantar el coro.

-Juro patearte el trasero si lo haces.- Amenacé al pelinegro.

-Perdón bro. Aún quiero conservar mi trasero.- Se resignó Aaron.

-¡Paren todo! ¡Viene mi frase favorita de esta canción!... ¡If we could learn to stab each other in the back a lil' bit less, then we could last a long, long...! ¡If we could learn to stab each other in the back a lil' bit less, then we could last a long, long, long, long time!... Wuuu...- Terminé de cantar el último coro y le entregué el auricular a Aaron. -Ha sido un placer cantarles a todos. Ustedes dos son unos genios.- Me dirigí a los Jacks, golpeando mi pecho con mi puño y luego enseñándoles el signo de paz, viendo como la Suburban se detenía en el estacionamiento de la universidad, el cual ya estaba lleno de autos y chicos bajando de ellos. Todos comenzaron a intentar salir del auto, pero rápidamente los detuve.

-¿Están locos? No pueden bajarse aquí.- Me quejé mirándolos. Un "¿Por qué?" salió de la boca de todos a lo que rodé los ojos. -No quiero morir aplastada por fans suyas hormonales antes de siquiera poner un pie fuera del auto.- Todos bufaron y se quedaron en sus puestos. Yo me levanté de las piernas de Gilinsky dándole un beso en la mejilla al chinito, Aaron y a los Jacks, y trepándome en el asiento crucé a la fila de delante para poder salir. Besé la mejilla de Matt, Nash, Hayes y Cam, mientras el ojiazul mayor abría la puerta de la Suburban, justo antes de que mi torpeza se diera a conocer aún más, al pisar mal e irme hacia adelante.

Por suerte Nash alcanzó a agarrarme de la cintura y Matt del brazo, si no hubieran tenido que despegar todo mi tonto rostro del suelo con una pala.

-Oh, gracias a Dios. Son mis salvadores.- Todos rieron mientras bajaba y cerraba la puerta del auto.

-¿A qué hora sales?- Preguntó Taylor.

-No puedes venir a recogerme. Debo ir al Starbucks.- Respondí mirándolo.

-Te llevaré al Starbucks.- Alzó sus hombros no dándole importancia a eso. Rodé los ojos mirándolo mal.

-Eres jodidamente insistente.- Le besé la mejilla y comencé a alejarme del vehículo, dirigiéndome a la entrada de la universidad.

-¡No me dijiste la hora!- Gritó desde la Suburban.

-¡Ya lo sé!- Admiré nuevamente todo el lugar, ignorándolo, y dándome cuenta de que ni siquiera entraba a clases y ya odiaba absolutamente todo. Definitivamente odio estudiar.

La Chica Que Unió MAGCON || Old Magcon [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora