Capítulo 55

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-¡No se suponía que estabas dormido!- Me quejé viendo a Matt parado detrás nuestro.

-Sí. Estaba. En pasado. ¿No te dieron clases de los tiempos del verbo?- Fingí una sonrisa.

-Además, se suponía que no podías levantarte sin ayuda ¿Qué haces caminando por ahí solo? Eres un descuidado.

-Mi brazo es el lisiado, mis piernas están bien, Liza.- Entrecerré los ojos. -Ahora ¿Van a contarme todo esto de Jack con Jack y mini Jackies?

-Oh por favor, cierra la boca Espinosa.- Gilinsky se resbaló un poco en el sofá y luego se volteó a mirarme mal. -Esto es tu culpa, mocosa.

-¡Lo lamento, de acuerdo! No creí que Matt despertaría pronto.- Espinosa caminó hasta nosotros y sentó a nuestro lado con cuidado.

-¿Y bien?

Esta sería una larga tarde, por lo que empecé a contarle lo que sabía de inmediato con ayuda de G, y después de aproximadamente una hora, Matt pareció comprenderlo al fin.

-No puedes decir nada. Al menos no por ahora.- Lo miré señalándolo acusadora.

-¿Y si me secuestran? ¿Y si comienzan a pegarme para que les cuente? ¿Y si deciden cortarme mis dedos? ¡Uno por uno! ¡¿Y si...?!- Lo miré cansada, esperando que guarde silencio. -Está bien, me callo, me callo.

-Mira, si planean en algún momento que les cuentes, procura que elijan matarte primero. El secreto muere contigo y todos contentos.- Le palmeé el hombro, fingiendo falso apoyo.

-Eres cruel.- Hablaron ambos chicos al mismo tiempo y yo los ignoré completamente al escuchar el motor de la Suburban apagarse fuera de la casa.

¿No les pasa que después de mucho tiempo, su cerebro empieza a reconocer esos sonidos? ¿No? Está bien.

-¡Por fin! ¡Muero de hambre!- Unos cuantos segundos después Cam abrió la puerta y detrás entraron los chicos con comida en mano y haciendo escándalo, como siempre. Taylor se acercó a mí y me entregó la bolsita de papel de Carl's, a lo que yo le agradecí con una gran sonrisa.

Iba a extrañar estos momentos like hell...

(...)

-Liza, juguemos Candy Crush.- Suspiré cansada.

-¿Qué parte de que estoy estudiando no entiendes, Hayes?- El menor asintió.

-De acuerdo...- Segundos después, volvió a hablar. -¿Y si jugamos UNO?- Estrellé mi frente contra mi cuaderno, estaba controlándome para no golpearlo fuertemente en la cara y que luego decidan llevarme presa por maltrato a menores.

-¡Estoy es-tu-dian-do Hayes! ¡Estudiando! ¿Te lo deletreo? ¡E-S-T-U-D-I-A-N-D-O! ¡ESTUDIANDO!- Mi frustración estaba al límite y solo con saber todo lo que debía estudiar ya me dolía la cabeza, no pueden culparme. -¡Son los exámenes finales y debo estudiar!

-Está bien. Perdón.- Solté el aire contenido y comencé a leer nuevamente para volver a concentrarme en lo que debía aprenderme, sin embargo, música escandalosa llegó a mis oídos unos cuantos minutos después.

-¡Nash!- Me quejé aún más frustrada, fingiendo llorar y señalé a Hayes. -¡Controla al mocoso! ¡Dile algo!

-Mocoso, contrólate.- Lo miré entrecerrando los ojos y cruzando los brazos al ver que no se tomaba en serio lo que le decía.

-Lo digo en serio.- Nash bostezó y me imitó, señalando levemente a su hermano.

-Lo digo en serio.- Lo miré enojada, y luego me volteé enojada mirando a todos.

-Son los peores.- Con eso me levanté y me dirigí a mi habitación, encerrándome junto con todos mis cuadernos, y trabando la puerta.

-Oh vamos Liza.- Se quejaron todos cuando se dieron cuenta que no pensaba salir. No respondí.

-Liza...- La voz de Nash se hizo presente y yo cubrí mi rostro con una almohada. -Lizaaaa... ¡Liza!... ¡Liza, Liza, Liza!... ¡Liiiiiiza!

-Si no se van en este momento ¡No les vuelvo a hablar por el resto de mi vida! ¡Lo juro!- Hubo silencio y luego el sonido de pisadas alejándose me indicó que finalmente se habían rendido. Así que con el dolor de mi alma y con la flojera abriéndose paso en mi cuerpo, me acomodé en el colchón y comencé de nuevo a estudiar.

(...)

Me desperté sobresaltada y por el brinco de mi cuerpo un lápiz que tenía en mi mano salió volando a no sé que parte de mi habitación, mi cabello estaba enredado en mi boca y un cuaderno cubría mi ojo. No tenía idea de cuándo me había dormido ni qué hora era, pero conociéndome y a mi sueño pesado, probablemente ya era tarde.

Hice todo a un lado y me levanté de la cama para dirigirme al baño y lavarme la cara. Había dormido tanto que mi cabeza dolía y mis ojos estaban hinchados. En pocas palabras: estaba del asco, pero yo siempre estaba del asco así que no era nada nuevo.

Salí de mi habitación con celular en mano y cuando llegué a la sala me encontré a todos los simios desparramados en los sofás y dormidos profundamente. Alguien roncaba y estaba segura de que era Matt. Rodé los ojos y me encaminé a la cocina a buscar algo de comer. Mi estómago ardía y hacía ruidos extraños como cada vez que tenía hambre, pero me desilusioné cuando me di cuenta que no había nada en el refrigerador.

Estaba siendo irresponsable y no había comprado nada en el súper. Aún no sabía como carajos había sobrevivido todo este tiempo.

La vibración de mi celular me sacó de mi regaño mental y me asombré cuando vi era mamá llamando. Si ella estuviera aquí viendo como muero de hambre, ya me hubiera golpeado, nunca lo había hecho, pero estaba segura que en ese momento si lo haría. Contesté y me recosté en el mesón de la cocina.

-Hola ma.- Sobé mi pancita y esperé que hablara.

-¡Hola mijita! ¡Falta poco para que vuelvas! ¿No estás feliz? ¡Yo lo estoy! Por fin volveré a verte después de un largo año.- Solté una risita y rodé los ojos.

-Lo dices como si nunca habláramos mamá. Siempre te llamo.

-Si pero no es lo mismo que verte en persona y saber que estás bien. En este momento podrías estar sin comer pero me dirías que ya lo has hecho solo para que no te regañe. ¿Ya comiste verdad?- No supe que decir y solo atiné a reír.

-Posees una gran imaginación mamá. Ya comí, no te preocupes.

-Ves a que me refiero. Estás mintiendo.- Rodé los ojos.

-No estoy mintiendo. Ya comí, de verdad lo digo.- La escuché suspirar y en ese momento eché de menos la comida de mamá.

-¿Y cómo va la universidad?

-Bien. Esta semana ya es la de los exámenes finales y la próxima me darán el certificado de que aprobé el curso. Quizás la siguiente ya me vaya.- Suspiré y susurré separando el celular un momento, para que mamá no me escuchara, aunque de todos modos no me entendería. -Quizás la siguiente ya me vaya, si es que no se demora la entrega del certificado.

-Está bien mijita. No sabes lo contenta que estoy de que por fin vuelvas.

-Yo también me alegro. Te quiero mucho. Debo irme.

-Adiós mijita.

-Chao mami.- Y cerré la llamada. Suspiré y me giré para salir de la cocina, pero me sobresalté cuando vi a Taylor detrás mío con expresión dolida.

-¿Te... vas? ¿En tres semanas te vas y no pensabas decirme nada?

Es que definitivamente yo amo mi suerte...

La Chica Que Unió MAGCON || Old Magcon [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora