Miro la hora por milésima vez en los últimos 25 segundos rogando por ya irme. Es antinatural ver como siendo ya las cuatro de la madrugada estos mocosos buenos para nada siguen con ánimos de bailar y beber.
Taylor fue hace quince minutos al baño y justo ahora me estoy debatiendo si realmente fue al baño porque no aparece. La música ya fastidia y sigo con la mitad de la tercera cerveza que me dieron. La pongo a un lado de la silla en donde me encuentro y me levanto bostezando. Intento caminar entre tantos borrachos tirados por ahí hasta el pasillo que lleva a la salida, y puedo jurar que hay uno vomitado.
Ya saben lo que dicen, mejor afuera que adentro.
Finalmente levanto la pierna para cruzar al último pero el mUY IDIOTA LEVANTÓ SU RODILLA Y ME MANDÓ DE BOCA.
*y entonces morí*
Quizás, solo quizás, estoy exagerando. Alcancé, gracias a Yisus, la manija de la puerta, así que no caí por completo.
*pero sobreviví*
Silencio, rata inmunda.
Salí de ese infierno hecho casa y miré a mi alrededor, a mi lado derecho divisé al pobre Hayes hecho ovillo acostado en el típico césped cliché de esta casa. He caído en cuenta que todas las historias clichés son ciertas, la mayoría de las fiestas gringas son así. Nada como las borracheras de mi país, con los tíos borrachos peleando por la herencia de la abuela.
*el mundo necesita de tu originalidad Flint xdxd*
JAJAJAJAJA basta, estúpido.
Me acerqué al bebito para cerciorarme de que aún respiraba y traté de levantarlo, pero estaba hecho funda, literalmente. Pobre.
¡Bendito seas Nash como hermano!
Deberían darte un premio y todo.
Intenté levantarlo pero Hayes es un poste, no se puede con un poste. Menos aún con uno mareado.
-¡Hayes! ¡Hayes!- Susurré y le golpeé levemente una mejilla. Él simplemente refunfuñó y se acomodó más. -Maldita sea Hayes, esta no es tu cama. Es un maldito jardín.- Continúe golpeando su mejilla. -¡Hayes!- Grité más fuerte, tan fuerte como sus ganas de ignorarme, y se dió la vuelta.
Al diablo mis intenciones de querer ayudar, abordaré el tren de la miseria hasta mi departamento.
Comencé a caminar lejos de él, y vamos, es un bebé, no lo puedo dejar. Es como que alguien intente dejar media pizza botada. Imperdonable. Regresé de nuevo a verlo, dispuesta a darle un buen golpe si no me hacía caso.
Me acerqué a su rostro y volví a golpear su mejilla.
-Hayes... Hayes... ¡Hayes, maldita sea, meteré mi tacón en tu trasero si no despiertas!- Lo removí e intenté sentarlo.
-Qu-ue sean l-los dos-s...- Soltó un hipido y se intentó sentar, lográndolo con mi ayuda. Comencé a reírme.
-No es un buen momento para que desahogues tu homosexualidad, bebito.- Volví a sujetarlo fuerte para que no caiga y lo acomodé mejor sentado. -Por si no lo has notado, intento levantar un tráiler llamado Hayes en este momento.- Lo tomé de la cintura, e intenté impulsarme pero me dí cuenta que era una muy mala idea. Los tacones se estaban enterrando en la tierra del césped, así que me los quité y los coloqué a un lado, sintiendo algo de frío.
-¡Hey! ¡T-tiene mi nom.bre! S-si me dices donde es-está lo compro.- Comenzó a reírse.
-Estás tan perdido como mi dignidad, eso lo aseguro.- Volví a reírme y lo tomé de la cintura más fuerte. Me impulsé hacia arriba e intenté levantarlo.
-¡Lo buscar...!
-¡Hayes! ¡Necesito algo de ayuda con esto también!- Lo miré enojada y lo volví a impulsar, esta vez logrando que se ponga de pie, tambaleándose un poco.
Un poco bastante diría yo.
-¿Puedes mantenerte de pie un segundo? Debo tomar mis tacones.- Lo acomodé bien y fui alejando mis manos despacio, viendo si realmente podía quedarse de pie. Me agaché rápidamente y me levanté con los zapatos en las manos, para luego tomar al pequeño Grier por la cintura antes de que vuelva a caer. -Recuérdame insultarte mañana por esto. Corrección. ¡Insultarlos, insultarlos a todos malditos simios buenos para nada!- Señalé a Hayes y comencé a caminar con él.
-Jeje, oukei...
Logramos pasar el jardín dificultosamente hasta llegar a la Suburban, en la cuál apoyé a Hayes para que no se cayera. Saco mi celular del bolsillo del vestido y le marco a Taylor.
Vamos, vamos...
-Si no contestas te arrancaré las bolas Taylor.
Taylor
-...testas te arrancaré las bolas Taylor.-Usualmente cuando alguien llama a otra persona lo primero que dice es "Hola".- Fuerzo otra vez la puerta del baño y la golpeo.
-Trae tu trasero hasta la Suburban, Caniff, y las llaves del auto también.
-Vamos, Liz. Es muy temprano para irnos aún.- Vuelvo a girar la perilla y alejo mi celular un poco. -¡Maldita sea Samuel! ¡Suelta la maldita puerta!- Escucho risas fuera mientras acerco el dispositivo.
-¿Puerta? ¿Tay? ¿Qué...? No, no preguntaré. Ni siquiera tendría sentido que lo haga. Vamos Taylor, quiero irme y llevar a Hayes, está en malas condiciones ya.- Escucho como se aleja un poco mientras sigo halando la puerta. -¡Ugh! ¡Hayes! ¡Al otro lado! Taylor, está en pésimas condiciones, es un niño aún y ustedes imbéciles, unos malos amigos. ¡Quédate ahí Grier! ¡Ahí! ¡No te muevas o te golpearé!
-Voy voy voy, solo... solo dame cinco minutos de acuerdo. Estoy ahí en cinco minutos.
-Si no estás aquí en cinco minutos, te daré otros tres para que huyas y dos de maldito sufrimiento ¿escuchaste Michael?
-Si, mamá.- Rodé los ojos riendo, colgué la llamada y guardé mi teléfono en mi bolsillo. -¡Wilk suelta la maldita puerta!
-¡Bien, nenita! ¡No te vaya a comer el coco ahí!- Volvieron a reír. Giré la perilla de la puerta y finalmente pude abrirla sin ningún problema.
-¿Experiencia, hermano?- Todos rieron por lo que dije, molestando a Sammy. -Matt, la llave de la Suburban.
-¿Te vas?- Preguntó Nash a su lado mientras bebía una cerveza.
-Llevaré a Liza, y a tu hermano. Por lo que escuché por la llamada, Hayes está en muy malas condiciones. Y tú no estarás en muy buenas si mañana te topas con Liza.- Agarré las llaves que Matt me tendía, mientras los demás se burlaban de Nash. -Ninguno de nosotros, en realidad. Estaba enojada.- Me despedí de todos y salí de la casa hasta la Suburban, donde Liza estaba agarrando a Hayes para que no se cayera.
Ese niño literalmente estaba hecho mierda.
-Tardaste siete minutos. ¿Cuál quieres conservar, izquiera o derecha?- No entendí muy bien su pregunta hasta que señatlo mi entrepierna. Automáticamente dirigí mis manos ahí para cubrirlas.
-Las dos, gracias.- Ambos reímos mientras abría la Suburban.
-Subiré primero y luego me lo pasas.- Asentí mientras sostenía a Hayes. Vi como ella ingresó al auto y me indicó que le pasara a Hayes, el cual ya estaba dormido. Lo acomodamos de modo que la cabeza del pequeño Grier quedara en sus piernas y acostado. -Gracias Tay.- Liza me sonrió, sus ojos demostraban cansancio. Asentí devolviéndole la sonrisa e ingresé al auto para besar su frente y su mejilla.
Cerré la ouerta y salté por encima de la segunda fila de asientos y llegué al del conductor, encendí el auto y me dispuse a manejar hasta el departamento de Liza.
-Te quiero mucho Tay...- Es lo último que escucho antes de notar por el retrovisor caer a Liza dormida.
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La Chica Que Unió MAGCON || Old Magcon [Completa]
Fanfic[Completa] El viaje de una chica estudiante que cambiará la vida de diez chicos. ¿Para bien? ¿Para mal? Si quieres averiguarlo, quédate para saber cómo se desencadenará esta rara y divertida historia. ADVERTENCIA: Esta historia contiene una gran ca...