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Los corazones nos bombeaban a mil por hora y los nervios estaban a flor de escamas, contuve la respiración y solo pude volver a respirar cuando ya me asegure de estar lejos de ella y de mis compañeros de especie (Green Dead es grande, pero lenta, bueno, comparada conmigo). Solo entonces aterrice.

— ¡No, no, tiene mucho sentido! —estaba diciendo Astrid en ese preciso momento, mientras saltaba de mi grupa muy exaltada, tal vez había estado hablando antes y no me había dado cuenta hasta ese momento. Solía pasarme con frecuencia— Es como una colmena gigante. Son los obreros, ¡y esa es su reina! Los controla.

Premio para la mata dragones. Parecía que había conseguido lo que quería, pero no quería cantar victoria tan deprisa. Después de todo, si no había funcionado, todavía estaba a tiempo de deshacerme de ella.

— ¡Avisemos a tu padre! —exclamó comenzando a correr hacía la zona humana. 

Sin embargo Hiccup no me decepcionó y se mantuvo impasible en su lugar.

— ¡No, no, no! —bueno, tal vez no tan impasible, mientras se ponía a su frente y le cortaba el camino— Matarían a Toothless, por favor, no Astrid.

No estoy muy seguro de como debería sentirme al escuchar algo así, pero sin duda complacido como me sentí al ver como mi humano se preocupaba así de fuerte por mi vida, no.

— Tenemos que pensar bien esto —¡ese era mi humano!

Las comisuras de mi hocico se curvaron hacía arriba mientras me mantenía mudo, un observador en ese momento de revelación para ambos humanos. Bueno, por eso y porque el corazón aun me latía desbocado, de hecho, sumergi mi cabeza en el lago frío para aclarar mis ideas, fingiendo que no escuchaba. Eso se me daba muy bien.

— Hiccup, acabos de encontrar el Nido de dragones —dijo como si lo que hubiera que hacer al respecto fuese obvio—. ¡Es lo que los vikingos buscamos desde que existimos, nuestros padres se mueren por saber donde esta! ¿Vas a traicionarles así por un dragón mascota, es en serio?

Si la situación hubiera sido diferente la habría calcinado en ese instante por atreverse a decirme "mascota", pero no era el mejor momento.

— Sí —mi Hiccup no tuvo ni que pensar su respuesta, su mirada verde se mantuvo impasible frente al shock de la humana frente a él.

Y mi corazón latió desbocado. Él había entendido. Ella no, pero él si. Me esperaba cualquier reacción enfurecida por parte de Astrid ante esa traición verbal en toda regla,  pero no lo que pasó a continuación.

— Está bien —accedió—, ¿y qué hacemos?

Fue nuestro turno para quedarnos en shock, ¡era simplemente demasiado bueno para ser verdad! Sin embargo la mirada en sus ojos azules denotaba sinceridad. Su aura misma reflejaba sinceridad. Puede que ella no hubiese captado mi mensaje, pero estaba claro que jamás olvidaría lo que había visto.

— Solo... dame hasta mañana, pensaré en una solución.

Mi humano se encontraba cabizbajo ahora, ni tan siquiera se atrevía a mirar a la humana frente a él, de hecho, le dio la espalda. Quise protegerle con una de mis alas, pero nada puede proteger a nadie de lo que se lleva por dentro.

— Está bien... —accedió rendida, entonces, como intentando recuperar su actitud ruda, le dio a mi humano un golpe en el hombro.

— ¡Ay! —él se quejó.

— ¡Esto por las mentiras!

Mi humano dirigió hacía mi una mirada de duda y yo se la devolví de igual forma sin saber que decirle. ¿Qué querría oír, qué las hembras están locas? Lo había oido muchas vecesde boca de los dragones, pero nunca lo había entendido.

Como Entrenar a Tu VikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora