Narra Yara:
- Si, ya me encargo yo de limpiar las mesas. -Dije a mi compañera mientras con un trapo limpiaba cada resto del desayuno depositado en las mesas del bar en el que trabajaba.
Era una lastima ver tanta comida desperdiciada, pero lamentablemente poco podría hacer al respecto.
- ¿Illa te has enterado?!- Entró chillando como cada mañana a la hora del almuerzo mi mejor amiga Diana.- Han asesinado a un hombre que vive en apenas dos manzanas de aquí.
Un escalofrío me recorrió de un extremo a otro de la espina dorsal.
- ¿Sabes quien era?- pregunté intrigada, mientras terminaba de limpiar la última mesa.
- Si, eso es lo mejor de todo. Al parecer era un maltratador, que la policía estaba investigando. Pero alguien se tomó la justicia de su mano. Que claro no digo que me parezca mal per....- Sonó el timbre de la puerta y algunos agentes la interrumpieron.
- Buenos días. -Contestó el más joven de los tres y sin duda el más atractivo. Ojos verdes, mandíbula un poco marcadita y pelo castaño.- Tres sandwiches de queso para llevar porfavor.
Diana aún seguía embobada, y mi compañera de trabajo a saber dónde estaría. Así que asintiendo les preparé los sandwiches, mientras ellos en una esquina de la barra hablaban sobre la muerte del hombre que me había comentado mi amiga.
- Aquí tienen -Me acerqué de nuevo dejándole los bocadillos mientras el más flacucho me pagaba.
Una vez salieron de allí una histérica Diana no podía parar de hablar de lo buenos que estaban.
Rodando los ojos seguí con mi faena deseando terminar cuanto antes, me dolía bastante la cabeza desde por la mañana . Lo peor de todo era que al despertar, mi cuarto parecía haber sufrido un huracán, y eso que recordaba haberlo ordenado la noche anterior.
Terminé mi servicio orgullosa de poder ganar mi propio dinero, el cual invertiría en algunos libros que deseaba leer.
Caminé hacía la librería, observando cada detalle de la ciudad. Parecía un lugar tranquilo, pero se podía respirar la tensión y desigualdad social que en ocasiones había.
Al entrar, saludé al dependiente quien siempre me atendía bastante bien desde pequeña.
- Llegó un nuevo libro de Laura Gallego, "Cuando me veas".
Era obvio que me lo llevaría, estamos hablando de un libro de Laura. De mis escritoras favoritas, su forma de escribir era única. Y creo que podría reconocer por su talento cualquiera de los libros que hubiera escrito, aunque no supiera que eran de ella.
Pagué el libro, salí de la librería y fui directa a la fuente donde me solía sentar en uno de sus bordes a leer.
Sentí como si alguien me estuviera siguiendo, pero apenas veía una cabellera corta azul andando en sentido contrario. Por lo que volví a prestar atención a mi lectura la cual a cada página se volvía aún más interesante.
Esto ocurrió cada día durante unas semanas, atendía a los agentes encontrándome con esos ojos verdes que iluminaban mi mañana. Y tras eso el libro me llenaba de sueños y sentimientos perdidos.
En ocasiones, los mejores héroes son anónimos y no tienen porque llevar capa.
Mi vida podría parecer a simple vista bastante monótona, pero algo me decía que esto sólo acababa de empezar.
Tal vez esto lo pensaba porque estuviera loca, o porque como me decía mi madre los libros que leo me llenan la cabeza de tonterías. Pero sé que sin esas locuras no sería yo.
¿Pero realmente me conocía?
*
*
¡Hola! Espero que os guste ❤️ si es así comentad vuestra opinión.¡Gracias!
ESTÁS LEYENDO
El Antifaz [TERMINADA]
Romance¿Qué sentirías si al despertarte por la mañana encontraras las cosas de una manera en la que no la dejaste? ¿Y si hallas tu cuerpo vestido con ropas que no se adecuan a las que te pondrías según tu personalidad? ¿Y si además no recuerdas lo que suc...