Narra Marco:
Examinaba la ficha del último ciudadano de la ciudad. Esperando encontrar algun sospechoso en el caso antifaz. Pero nada, desde las seis de la mañana llevaba en ese despacho del cual ni siquiera salí para comer o cenar.
- Tío ven conmigo, ¿recuerdas ese pub al que fuimos la última vez? Hoy vuelve a bailar ella, tenemos que ir. Todo el mundo irá. - Dijo uno de mis mejores amigos dentro del oficio.- Además necesitas salir de aquí.
Recordé esos ojos grises que se me quedaron grabados, semejantes a los de Yara ahora que lo pienso. Lo dudé un par de segundos, siempre odie esos espectáculos, pero finalmente tomé mi cazadora dispuesto a acompañarlo.
Cuando llegamos ya estaba ella allí, con un vestido color vino, casi del color de sus labios, este dejaba visible el lateral de su pierna derecha. Y resaltaba cada una de sus curvas, el pelo le caía sobre los hombros en algunas hondas naturales. Llevó el micrófono a su boca comenzando a cantar la canción que estaba puesta de fondo, el antifaz negro ocultaba ese rostro de apariencia delicada que tanto deseaba ver. Sus ojos grises volvieron a encontrar los míos, siguiendo así cada uno de sus movimientos. Como si de dos imanes de tratarsen.
Xx: Cuentame, si te perdí quiero
que sepas,
Que sigo aquí, buscandote por
ser la estrella.
La estrella de mi corazón,
La que me guía en mi dolor,
Buscando tu rostro aunque no lo
vea.
Te canto esta canción,
Pa pedirte lo que quiero.Sé que amas tener el control,
que me quieres a tu forma.
Ahora dices que no te gusto,
aunque no me veas bien.
Que importa el presente si no
tenemos ni el ayer.
Enséñame a mover mi cuerpo,
como lo haces tú de bien.Sé que dices bailando que todo
te va genial.
Queda en tus ojos grabados
todas las veces que nos
encontramos aquí.
Ahora me pasó pensando, como
tú puedes seguir así.
Fingiendo que no sabes que
estás sola aquí.Sólo yo he podido fijarme,
Lo que tú baile ha querido
mostrarme,
Y cuando tus labios brillaban,
ya no podía resistirme a ti.Dialogando con tu mirada,
No reconoces mis emociones,
Esa es mi prioridad,
Pasaste a mi mente en colores,
Estoy sin armas, que apaguen el
fuego que tu vestido me quemó
aquí.
Dejando que todo el humo me
llegará a mí. - Me veía perdido en cada palabra que salían de sus labios repitiendo la canción, y en cada movimiento que le hacen volverse música para mis ojos. Acabó la canción con mis piernas aún quietas donde me quedé, estático e hipnotizado me habla dejado ella.Siguieron más canciones, y el todl terminó antes de que lo que imaginaba.
Necesitaba hablar con ella, verla una vez más antes de que se perdiera hasta el mes que viene. Cómo me comentó mi amigo, quien recibió una mirada no muy agradable por mi parte.
Definitivamente, me iba a volver loco. No sabía que me pasaba con ella, era pura atracción y aunque no negaría la física sentía que todo iba más allá que eso, cuando me perdía en ella desaparecía todo lo demás.
Esquivé a la gente siguiéndola, como los niños siguen el rastro del algodón de ázucar. Y al fin conseguí llegar a su lado.
- ¿Que desea el señor teniente? -Contestó con una sonrisa de lado sin siquiera mirarme.- está prohibida la entrada aquí.
- Lo siento, no me malinterprete. Sólo quería saber dónde aprendió a bailar así.
- Nací sabiendo querido. -Respondió con esa voz fría pero juguetona, estaba divirtiéndole la situación. - Ahora si me disculpas, bueno aunque no lo hagas. Me voy a cambiar en mi cuarto, y sí, es ese que estás tapando.
Me aparté dejándole paso, y estaba dispuesto a irme cuando un chillido proviniente de la habitación me sobresaltó.
Giré el pomo de la puerta, encontrándome a la asustada bailarina con su tacón en la mano, subida en lo alto de una endeble silla. Bajé la mirada encontrándome así el motivo por el cual pegaba esos alarmantes chillidos, una culebrilla que no le picaría. Pero a juzgar por su expresión pensaría que la iba a comer o algo como la serpiente cascabel.
Me acerqué dispuesto a pisarla pero otro hizo que me quedara estático en el sitio.
- ¿Estás loco? ¿Cómo se te ocurre hacer eso?¡No puedes matarla! -Sus ojos tristes destacaron bajo el antifaz.
- ¿Entonces por qué tienes un tacón dispuesta a atacarla cuando ni siquiera te puede a picar?- Pregunté curioso.
- En realidad el tacón era porque se me rompió al subir corriendo- Señaló su tacón, el que en efecto estaba roto.- ¡Pero ahh quitala de ahí!
- A mí no me molesta.- Decidí hacerle sufrir un poco, me divertía de la situación mientras podría asegurar que por su mirada estaría más que enterrado.
- Como me muerda o algo, te enteras. -No pude aguantar soltar una sonora carcajada, cogí un papel y tiré a la culebrilla por la ventana que daba al exterior sin herirla.
-De nada. -Bajó de la silla, y no pensé que esta resistiría a tanto movimiento. Se acercó a mí embriagando con su aroma todos mis sentidos. Pude notar su cuello cerca de mis labios, pude notar a todo mi cuerpo temblar y de pronto se retiró con unas llaves en la mano, dejándome allí plantado.
Tras unos instantes de desconcierto me giré viendo así un alambre donde se podía colgar un llavero y comprendí todo. Salí de la habitación, intentando ver algún rastro de ella pero en efecto, se había ido.
Sin duda alguna la extraña atracción me unía a ella cada vez era más fuerte, y ansiaba quitarle ese antifaz para poder verla. En seguida supe que su aroma sería mi mayor perdición y su rostro mi mayor misterio.
Y los policías están para resolverlos.
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El Antifaz [TERMINADA]
Romance¿Qué sentirías si al despertarte por la mañana encontraras las cosas de una manera en la que no la dejaste? ¿Y si hallas tu cuerpo vestido con ropas que no se adecuan a las que te pondrías según tu personalidad? ¿Y si además no recuerdas lo que suc...