Narra Yara:
- Señorita, ¡señorita! - Escuché una rasposa voz seguida de unos suaves empujones, resignada entreabrí los ojos encontrándome así con la luz de una bombilla penetrando mis ojos grises. Los cerré y traté de abrirlos de nuevo, de modo que pude identificar la cara de un celador de hospital. ¿Qué hacía yo allí? Buah ni siquiera lo alcanzaba a comprender.
- Debería marcharse, no le van a dejar ver a su amigo hasta mañana.
¿Mi amigo? Me puse de pie medio mareada, y me vi en un vestido con el que me sentía disfrazada prácticamente. Solo pude pensar en qué tal vez le pasó algo a Logan, pero no recordaba nada. Salí del hospital, pero cuando alcancé la puerta sentí una sensación de culpa invadirme por lo que volví mis pasos y me quedé en la silla anterior.
Entonces fue cuando noté una carta, en el asiento. ¿Cómo es que no me di cuenta antes?
La desdoblé intrigada:
"Querida hermana:
Nunca antes había hablado contigo, y preferiría no tener que hacerlo la primera vez en estas circunstancias.
Íñigo, es mi mejor amigo. Bueno, nuestro mejor amigo aunque tú no lo sepas.
Recibió una bala por nosotras, así que no lo dejes solo porfavor.
No sé cuándo volveré, pero cuida de él, hermanita te lo ruego.
No sé si siquiera sería propio llamarte así... Pero en fin, recuerda que nunca estamos totalmente solas.
Cámbiate de ropa después de salir del hospital, hay cámaras y mejor que no te vean y te metas en otro lío por mi culp"Y ahí terminó la carta, le faltaba una a. Aunque no entendía nada, sentí que tenía que hacerlo. Por primera vez, sentía que tenía una cosa clara, que no estaba sola. Tal vez debería estar asustada, pero más que eso me encuentro cómoda conmigo misma. Pero el vestido este lo cambiaría por algo menos extravagante, nunca me había gustado mi cuerpo tanto como para presumir de él así. ¿Por qué lo habría hecho? ¿Soy sonámbula acaso?
En realidad, eso no importaba ahora.
Esperé horas allí sentada, en ocasiones los ojos se me caían, pero alguna enfermera pasaba corriendo para atender a un paciente o lo que fuera y me despertaba con los zapatos.- Ya puede pasar a verle señorita. -Dijo un enfermero, al entrar vi a la médica haciéndole unas pruebas. Y el chico de cabellos azules me miró sorprendido.
Miré a Íñigo, tenía muy mala cara.
Estaba muy pálido, vi que tenía una venda rodeando su abdomen.- La operación ha salido exitosa, ahora está un poco perdido por la anestesia. Recién se acaba de despertar.
Asentí nerviosa y me aproximé a su camilla en cuanto la enfermera se marchó, sonreí leve.
-¿Qué tal te encuentras? - Me reñí mentalmente, claro que se encontraría mal...
- B-bien. ¿Yara?- Me miró algo confundido.
- Si, no sé qué hago en este vestido. Pero recibí una carta de mi hermana, dice que la conoces. -él se limitó a asentir, aunque la duda me consumía no quise alterarlo y guardé silencio. Su mano buscó la mía y suavemente se la acaricié en un intento de dar ánimos.
De pronto escuchamos una voces, una en concreto se me hizo conocida.
- Tienes que irte de aquí, ahora. No te preocupes por mí.
- ¿Qué?- No podía dejarlo allí...
- Hazme caso, no merece la pena que nos cojan a los dos. Vete. - Lo miré sin entender nada.- ¡Sal por la ventana, ya! - Habló susurrando y pude notar lo que le costaba decir esas palabras.
Hice lo que me dijo, no sin antes prometerle que volvería.
Subí por la estantería tratando de llegar a la ventana donde salté hacía un muro que estaba relativamente cerca. Corrí por él hasta que llegué a un árbol, la adrenalina y algo en mi interior era lo que me guiaba.
Bajé por el árbol y cuando alcancé el suelo corrí, corrí como loca hasta llegar a mi casa. Sin dejar que me vieran subí a mí habitación, me cambié de ropa y me quedé pensando lo que había pasado.
¿Dónde estaría Alexa? ¿Quien disparó a Íñigo?
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El Antifaz [TERMINADA]
Romance¿Qué sentirías si al despertarte por la mañana encontraras las cosas de una manera en la que no la dejaste? ¿Y si hallas tu cuerpo vestido con ropas que no se adecuan a las que te pondrías según tu personalidad? ¿Y si además no recuerdas lo que suc...