La llegada a Hogwarts fue un golpe bajo para Remus, le invadieron los recuerdos de todo lo que había vivido allí, junto a Sirius, James, Lily y Peter... Esa sucia y asquerosa rata de alcantarilla, ojalá se estuviera pudriendo en el infierno. Al llegar a Hogwarts lo recibió la profesora Macgonagall, muy contenta de verle, para un merodeador que la daba un respiro.
- Sr. Lupin – dijo antes de abrazarlo – ¿o debería decir profesor? Ya iba siendo hora de que aceptara la propuesta del Sr. director.
- Bueno he tenido una buena razón.
- ¿Cómo se encuentran?
- Bien... Creo que aún estamos en ello.
Remus sabía bien a que se refería, no había vuelto a ver a Macgonagall ni a ninguno de los profesores o alumnos de Hogwarts desde el funeral de los Potter.
- El profesor Dumbledore lo espera, creo que ya sabe dónde está su despacho – dijo alzando una ceja.
- Si, creo que lo recuerdo.
Remus fue al despacho de Dumbledore y mientras recorría los pasillos de Hogwarts los recuerdos lo invadían, era imposible no recordar todo lo vivido allí, todas las veces que lloraron, que se rieron, que pelearon. Los mejores años de su vida y ya nunca iban a volver.
Al llegar al despacho de Dumbledore toco la puerta y al entrar lo vio junto a quien menos quería ver Snape.
- Genial – pensó Remus.
- Sr. Lupin no sabe cuánto me alegra tenerlo aquí de nuevo – dijo el profesor Dumbledore.
- Profesor Dumbledore es un placer verlo de nuevo – dijo Remus con una sonrisa – Snape – dijo algo frio.
- Lupin – dijo Snape igual de frio que él.
- Bueno, antes que nada, los he reunido a ambos aquí para poder solucionar esas viejas rencillas del pasado. El profesor Snape se encargará de suministrarle la poción matalobos todos los meses y lo sustituirá cuando se encuentre indispuesto.
- Lo sé y se lo agradezco – dijo Remus muy cortes, Sirius en su lugar ya lo habría llamado quejicus.
- Por el bien de ustedes y de la escuela propongo una tregua – dijo Dumbledore mirando a Snape.
Snape a regañadientes le extendió la mano a Remus y este se la estrecho, aunque por dentro ambos se estaban maldiciendo.
- Bien, Severus déjame a solas con el Sr. Lupin – Snape se marchó y Dumbledore abrazo a Remus muy feliz de verle – me alegra mucho tenerte en la escuela, más este año - dijo sentándose en su escritorio y Remus se sentó enfrente de el – siempre he creído que tenía talento para la enseñanza.
- Gracias por pensar en mí.
- Su pequeño problema peludo no tiene por qué ser un inconveniente para hacer una vida normal – Dumbledore miro el aniño de su mano – aunque por lo que veo no lo ha sido. Enhorabuena.
- Gracias.
- Después de la trágica muerte de los Potter, no sabíamos que sería de ustedes y de Harry, me alegra comprobar que los tres están bien. Harry habla maravillas de ustedes dos, claro que nadie sabe quién es el marido de su padrino o al menos no los alumnos.
- Y agradecería que siguiera siendo así, ya tiene bastante con lo suyo.
- Claro, dígame, ¿cómo se encuentra Sirius?
- Está bien, la muerte de James le afecto mucho y con el reciente fallecimiento de su tío... Ha tenido tiempos mejores, pero es una persona fuerte.
- La muerte de James siempre lo atormentara, como a ti imagino.
- No lo sabe usted bien.
- Han hecho un gran trabajo estos años cuidando a Harry y estoy convencido de que James y Lily estarían muy agradecidos por ello.
- Gracias señor.
Mientras, un rato antes en el lago, cuando los alumnos llegaron al castillo y bajaron de sus botes Harry estuvo a punto de caer del bote, pero una mano lo agarro del brazo y lo atrajo hacia él.
- ¿Es que nunca aprenderás a bajar sin caerte? - le pregunto Draco riendo.
Draco tenia a Harry agarrado por la cintura, muy cerca de él. Cuando Harry lo vio se puso rojo como un tomate, Draco había cambiado mucho, estaba más alto que el, ya no llevaba el pelo tan repeinado para atrás, estaba realmente guapo, ya no parecía el niño del año pasado sino un auténtico preadolescente. Incluso cualquiera se atrevería a decir que era mayor.
- Drac – dijo Harry completamente embobado mirándolo a los ojos.
- Hola Harry – dijo Draco con una sonrisa y Harry lo abrazo con fuerza.
- Hola – tartamudeo Harry algo intimidado por lo guapo que estaba - estas... Wow.
- Gracias, tú también estas wow – dijo Draco riendo – estas mucho más guapo y yo que creía que era imposible - Harry se ruborizo y Draco volvió a abrazarle, era demasiado adorable.
- Hola Draco – lo saludo Hermione.
- Hola Hermione – la saludo Draco.
- Hola tío – dijo Ron.
- Hola – lo saludo Draco - oye Harry, ¿estás bien? He oído lo del dementor – le dijo preocupado.
- Si yo eh... Estoy bien no te preocupes.
Draco puso una mano en la mejilla de Harry - ¿seguro? - le pregunto.
Harry se sentía intimidado, Draco estaba distinto, puede que solo tuviera 13 años, pero ya no era un niño. Se veía algo más maduro, y no solo porque hubiera crecido sino porque se veía más atractivo y seguro de sí mismo.
- Estoy bien de verdad – dijo tomando el valor necesario para cogerle de la mano – y más ahora que estoy contigo.
Draco no pudo evitar sonreír, quería besar a Harry, lo tenía tan cerca. Durante todo el verano en lo único que había podido pensar fue en el beso y en las ganas que tenia de repetirlo. Draco iba a intentar acercarse más a Harry, pero la voz de Goyle se lo impidió.
- Tengo que irme – dijo Draco apenado.
- Lo sé – dijo Harry y Draco se marchó sin decir nada más.
Harry agacho la cabeza algo triste y Hermione lo rodeo con el brazo y le sonrió, sabia por lo que estaba pasando su amigo, era demasiado evidente.
Aclarar que yo en el prisionero de azkaban veo a Draco no más maduro, pero como más seguro de sí mismo y más molesto ya que empieza a dar por culo demasiado pero aquí lo he cambiado a que ahora se siento un poco más seguro a la hora de hablar con Harry.
ESTÁS LEYENDO
El amor contra el mal - 3 Temporada
Fanfic¿Amor? Una palabra que no deja de dar vueltas en la cabeza de Harry y Draco y que marcara una nueva aventura. Sirius y Remus descubrirán una mentira de su pasado y tendrán que arreglar lo que en su día no pudieron. Remus como nuevo profesor en Hogw...